Felipe de Jesús González
Han pasado los primeros cien días del gobierno de Enrique Peña Nieto, con sus luces y sus sombras.
El mismo día de cambio de gobierno, el 1 de diciembre de 2012, la fotografía fue muy clara: adentro de la Cámara de Diputados el Presidente de la República entraba por la puerta principal y asumía el mandato constitucional, en presencia de los legisladores de todas las fuerzas políticas y retomando los signos de una Presidencia fortalecida. Al mismo tiempo, afuera, grupos de jóvenes perfectamente organizados provocaban disturbios y violencia. Desde ese día, la pregunta es cuál de los dos México va a prevalecer durante el actual sexenio: el México de las reformas y los acuerdos, o el México de la violencia.
Y así han transcurrido los primeros cien días de EPN. Por un lado, se ve un México que quiere transitar por la ruta de los acuerdos y las reformas. El Pacto por México, encabezado por el gobierno de la República y por los dirigentes de los partidos más representativos del país, como son el PRI, el PAN, el PRD y el PVEM, ha servido de apoyo al Presidente para tomar decisiones que apenas hace poco tiempo parecían imposibles.
En este contexto de diálogo y acuerdos, fue posible aprobar la reforma laboral, la reforma educativa y ahora se vislumbra una ambiciosa reforma en materia de telecomunicaciones, radio y televisión, que sorprendió positivamente a muchos especialistas del ramo, porque se va al fondo; es decir, abre la posibilidad de capital extranjero al 100 por ciento en telecomunicaciones y televisión, ya que solamente son empresas de otros países las que pueden dar la competencia a gigantes como Televisa o Telcel.
Además, este acuerdo político le dio la fuerza al Presidente de la República para hacer una detención emblemática, la de la lideresa del SNTE, la profesora Elba Esther Gordillo, que ostentaba la representación de más de millón y medio de maestros y representaba una verdadera amenaza a la gobernabilidad del país.
Pero, al mismo tiempo, como estridente música de fondo, durante estos cien días los niveles de violencia no bajan y, de manera significativa, se han disparado los secuestros y los levantones. En lo que va del sexenio se han registrado homicidios de alto impacto, como lo fue el del secretario de Turismo de Jalisco, José de Jesús Gallegos Álvarez, así como diversas autoridades municipales en distintas partes del país, como el asesinato del secretario de Seguridad Pública de Tarímbaro, Michoacán, ocurrido este lunes.
En el norte, los medios de comunicación han decidido aplicar una autocensura que lastima. En Reynosa, por ejemplo, son las redes sociales las que informan minuto a minuto de los hechos de violencia y no los medios. En Coahuila o Chihuahua ha habido ataques directos en contra de medios y periodistas, al grado que el periódico Zócalo decidió no publicar una nota más relacionada con el crimen organizado.
Por otro lado, en Guerrero, Michoacán, Oaxaca y el Estado de México proliferan las llamadas policías comunitarias o de autodefensa, algunas financiadas por el crimen organizado, mientras que a finales del año pasado, el EZLN dio una muestra de contar con una importante base social en Chiapas y con ello resurgió el fantasma de la guerrilla.
¿Cuál es el México que va a prevalecer? ¿El de los acuerdos políticos y de las reformas de fondo? ¿O el México violento que amenaza la vida de las personas en diferentes zonas del país?
Lamentablemente, creo que ambos seguirán caminando juntos durante un tiempo. Espero que no sea el México violento el que termine por ganar la partida.
emsavalles© 2006 - 2025 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos sin previa autorización.
Emsavalles Publicidad, Escontría, 216-A, Zona Centro, Ciudad Valles, S.L.P. Tel:481-382-33-27 y 481-381-72-86. emsavalles@hotmail.com. contabilidad@emsavalles.com
No. de Certificado de Reserva Otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2021-071615041800-203