El presidente Andrés Manuel López Obrador es un hombre sí lee mucho, le gusta leer, pero cosas pendientes a lo que más o menos su ideología le indica al paso de los años, no avanza a otros lados, no camina, no explora incluso seguramente ni en su lectura como no lo hace en sus discursos y no se sale de una misma línea específica que tiene que ver con una serie de estrategias ya muy bien planteadas, es decir, lo que dice y hace Andrés Manuel López Obrador no es que esté descubriendo el hilo negro, más bien está siendo parte de un protocolo específico, de una serie de acuerdos que se han tomado por parte de este creciente socialismo en Latinoamérica para que la formula sea exactamente la misma, convencer a los más pobres y eso en Latinoamérica hay muchísimos, los jodidos somos más, la idea es convencerles que él es el salvador, la opción.

Eso sucede en otras latitudes, como en algún momento sucedió en Venezuela, en Cuba, en Argentina, la lectura del presidente y de lo que le gusta hacerse llegar es justamente este tipo de “propaganda” ligada a su ideología y a lo que él representa, concatenado con el resto de Latinoamérica o por lo menos esta ala socialista.

Algo que tiene bien definido el presidente son sus seguidores, yo hoy cada día estoy más convencido de que cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador, y por eso se torna peligroso el asunto, diga a sus seguidores que se tiren de un risco, me parece que va a haber una buena cantidad de mexicanos que van a tirarse pensando que Andrés Manuel López Obrador es el mesías. Esta misma semana los he visto desgastándose, a los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, a los llamados “chairos”, que a mí las clasificaciones no me gustan como tal, pero ellos mismos se sienten orondos de llamarse así, e incluso a los que criticamos sin querer, sin tener una agenda especifica sólo y específica contra el presidente, sino más bien pensando en la objetividad y en los errores ya nos califican como “fifís”; en esta semana he visto “chairos” defendiendo lo más capitalista que existe en el planeta y que se llama Donald J. Trump, esa idea de “ya ven, se la perdieron, no pasó nada, el protocolo, el discurso, los abrazos, las porras mutuas”.

Leía una declaración de Andrés Manuel López Obrador diciendo que hubo mucho respeto y mucho por rescatar, y mucho decoro, este decoro en la relación bilateral se tiene que dar todos los días, cuando migrantes mexicanos allá son maltratados, cuando en la frontera norte nos tratan como delincuentes sólo por entrar al país, cuando los aranceles, a pesar del Tratado de Libre Comercio se ven gandallas en razón de la producción mexicana. En todas esas circunstancias es cuando debe existir el decoro, en la diplomacia es muy importante y tendría que haber visitas recíprocas, habría que entender en qué momento es el correcto.

Cómo es posible que esos simpatizantes de izquierda, más pendientes al socialismo, que tanto criticaban a la “mafia de poder”, a los adinerados, a los empresarios como Ricardo Salinas Pliego y otros que le acompañaron en esta gira al presidente, cómo es posible que esta misma gente que decía -muera el PRI-, -adiós a los ricos más ricos-, hoy teniéndole que defender escudándose en la figura presidencial.