Jueves, 14 de Noviembre de 2024
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Semana del 15 de Noviembre al 21 de Noviembre de 2024

La fortaleza en la fe y los vientos de doctrina

La fortaleza en la fe y los vientos de doctrina

Pastor Héctor de Luna Espinosa



Los vientos, en tiempos bíblicos, eran un peligro constante para las casas y las embarcaciones. Los ardientes vientos del sur y del sureste, que provenían del desierto de Arabia, provocaban sequías y agotaban las plantas, mientras que el viento del norte, más fresco, beneficiaba la vegetación. El aventador usaba la fuerza del viento para separar el grano del tamo y la paja, limpiando así la semilla que había trillado. Los navegantes también se servían de los vientos para orientar sus barcos, una metáfora de que existen vientos beneficiosos y otros peligrosos.

En el contexto espiritual, el viento también simboliza aquello que puede ser positivo o negativo en nuestras vidas. En Efesios 4:14, Pablo nos advierte sobre los "vientos de doctrina" al decir: "Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina." Además, agrega que estos vientos son fruto de la "estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia las artimañas del error".

Pablo emplea la imagen del viento para describir las ideas sin base sólida que van y vienen, generando inestabilidad espiritual. Así, nos exhorta a no ser niños fluctuantes, es decir, inmaduros en la fe, que se dejan llevar por cualquier enseñanza que parezca nueva o atractiva, pero que en realidad nos aleja de la verdad de Cristo.

Esta advertencia es esencial, porque no todas las doctrinas o enseñanzas provienen de Dios, incluso si aparentan ser sabias o espirituales. A lo largo de la historia, muchas enseñanzas que parecían bíblicas desviaron a personas de la verdadera fe. La falta de discernimiento llevó a muchos a seguir ideas que no se alineaban con el Evangelio, y hoy día, esas ideas continúan tratando de atraer la atención de los creyentes.

¿ESTÁ TU FE FIRMEMENTE FUNDADA?
Es importante preguntarnos: ¿está nuestra fe fundamentada en Cristo y en las Escrituras, o en ideas humanas que pueden ser engañosas? Para alcanzar la madurez en la fe y evitar ser arrastrados por falsas doctrinas, existen tres aspectos fundamentales:

1. ESTUDIO CONSTANTE DE LA PALABRA
La Biblia es el ancla que nos ayuda a no ser arrastrados por doctrinas falsas. Al conocer la verdad, se hace más fácil detectar la mentira. Un creyente que estudia la Palabra puede discernir cuando algo no concuerda con el Evangelio. Así como los expertos en detectar billetes falsos estudian el billete auténtico, nosotros, al conocer las Escrituras, podemos reconocer cuando algo no proviene de Dios. La Palabra de Dios debe ser el estándar por el cual juzgamos cualquier enseñanza.

2. ORACIÓN Y DEPENDENCIA DEL ESPÍRITU SANTO
La oración es fundamental para que el Espíritu Santo nos guíe y nos dé discernimiento. Él nos ayuda a interpretar correctamente las Escrituras y a reconocer el error. No podemos alcanzar la madurez en la fe sin depender del Espíritu Santo, quien es nuestra guía y nuestro consuelo. Al estar en constante oración, nos mantenemos en contacto con Dios, quien nos muestra el camino correcto y nos da claridad cuando enfrentamos enseñanzas dudosas.

3. COMUNIDAD Y CRECIMIENTO CONJUNTO
Pertenecer a una comunidad de creyentes maduros es un apoyo invaluable. En una comunidad fuerte, podemos ayudarnos a mantenernos en el camino y corregirnos unos a otros cuando notamos algún desvío. En Hechos 17:11, se menciona que los de Berea examinaban diariamente las Escrituras para comprobar si lo que Pablo enseñaba era cierto; su comunidad los ayudaba a mantenerse firmes. La comunidad es clave para nuestra madurez en la fe, pues en ella encontramos respaldo y nos fortalecemos mutuamente.

Cristo mismo dijo en Juan 14:6 que Él es "el camino, la verdad y la vida". Permanecer en Él no solo nos permite conocer la verdad, sino que nos ayuda a vivir conforme a ella. La constancia en nuestra relación con Cristo, a través de la oración, la adoración y la lectura de la Palabra, profundiza nuestra fe y nos evita caer en cualquier moda o enseñanza engañosa.

MANTÉN TUS OJOS EN JESÚS
Recordemos la historia de Pedro, quien caminó sobre el agua mientras mantuvo su vista en Jesús. Sin embargo, al mirar las olas a su alrededor, comenzó a hundirse. Esta historia ilustra que, al mantenernos en Cristo, podemos caminar seguros, sin miedo de ser arrastrados por ideas o enseñanzas que nos alejan de Dios.

Además, Gálatas 5:22-23 nos enseña que el fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas es evidencia de nuestra madurez en la fe. Si el fruto del Espíritu está presente, significa que estamos en buen camino. La madurez nos protege de ser engañados y nos permite vivir conforme a la verdadera fe.

Cristo es la verdad. Al permanecer en Él y en Su Palabra, caminamos seguros y firmes, sin desviarnos con cualquier viento de doctrina. Que Dios te bendiga y que el Espíritu Santo te guíe hacia una fe sólida y madura.

 


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