Lic. Víctor Hugo Waldo Alvarado
Estudiaba yo en la Preparatoria Valles cuando estaba localizada en la planta alta del edificio al lado de la presidencia municipal y al frente, cruzando el jardín Hidalgo, estaban los deliciosos preparados y la sinfonola del Oasis de Doña Pelanchito y Don Poncho, su esposo.
Probablemente estábamos en clase de física y no recuerdo como, pero acabamos discutiendo la causa del tremendo calor. Los alumnos, adolescentes la mayoría, argumentábamos que los incendios eran la causa, yo tuve la osadía de argumentar que la entrada a la atmósfera de los vehículos espaciales generaba miles de grados centígrados de calor, que estos podían transmitirse y que entonces los incendios si calentaban el aire; el profesor, el Ing. Mancilla, sonreía ante lo apasionado (pero ahora se, llenos de ignorancia) de nuestros argumentos; volvió a sonreír y rápido porque seguía otra clase; simplemente nos dijo "el aire es un muy buen aislante del calor, no son los incendios los culpables".
¿Por qué le hago historia y peor aún, personal?. Porque debido a lo intenso del calor que hemos sufrido, nuevamente se escucha en cualquier lugar..."es que están quemando caña"...Evidentemente no soy meteorólogo, ni físico, ni experto en incendios; sin embargo, recordé la anécdota preparatoriana de la que años después, supe que el Ing. Mancilla tenía razón; el aire es un mal conductor del calor.
La lana, ese tejido que nos protege del frío lo hace porque entre el tejido están espacios llenos de aire que nos permiten conservar nuestro calor. Algunos materiales sintéticos para aislar refrigeradores, viviendas, motores etc. tienen burbujas de aire selladas en su interior.
Si estalla un fuego a unos cientos de metros de donde estamos, lo más probable es que la capacidad aislante del aire provoque que no sintamos su calor.
Se argumenta también que la "quemazón" calienta el aire y que el viento arrastra el tremendo calor hasta nuestras viviendas. Me atrevo a decirle que tampoco es así. La dinámica del fuego hace que el aire caliente se vuelva menos denso y se ve obligado a subir a alturas en las que logra transferir su calor al aire circundante; este ascenso provoca un "vacío" en la base de la llama que es llenado con el aire de alrededor, por cierto menos caliente que el que subió; este proceso de aire muy caliente que sube y aire frío que es absorbido hacia la llama, es constante; por lo tanto, el aire caliente se va a capas más altas de la atmósfera y el que sentimos en la ciudad es muy poco probable que sea el de la quema.
Es posible que usted esté recordando el fenómeno de inversión térmica en el que una capa de aire fría y más densa encima de la caliente, provoca que el humo y el calor no puedan ascender mucho y por consecuencia se dispersan en una mayor superficie (las amas de casa de cerca del ingenio y de la juguera de Huichiuayán lo conocen muy bien; las cenizas no logran ascender, se dispersan en un área mayor y luego caen ensuciándolo todo); bien, este fenómeno parece no presentarse en el caso de los incendios porque las columnas de humo ascienden normalmente y solo se inclinan a merced del viento.
A estas alturas ya estará usted indignado y yo deseando que no abandone la lectura. Usted estará preguntándose...¡Entonces que!, ¡¿los "calorones" y los vientos de horno, los soñamos ,o que?!. Continúo tratando de explicar......
El sol es el proveedor de energía, su luz calienta; sin embargo, la atmósfera deja pasar el calor que llega hasta el suelo y este es el que se calienta; el albedo (cantidad de luz o radiación rechazada) de los suelos con maleza es de 10 o 12%; es decir, casi un 80% del calor solar es absorbido por el suelo y se calienta. Este calor se devuelve hacia arriba; tanto en forma de radiación infrarroja, a la que no es inmune el aire; como por conducción (el contacto entre el suelo caliente y las moléculas de aire) entonces, gracias a esos dos fenómenos, las capas bajas de la atmósfera se calientan. El aire caliente tiene que subir y el espacio que deja tiene que ser ocupado por aire frío; esos movimientos de masas de aire son los vientos.
En estos días en nuestra región, la insolación ha sido muy intensa. ¿Cuánto se calientan la tierra y el aire mediante estos fenómenos?, ¿alcanzan a calentar nuestro aire en los rangos que decimos haber medido (50oC o más) y las quemas solo son coincidentes con el fenómeno? o tal vez deba escribir ¿o los fenómenos de aire caliente y sequía solo son aprovechados por gente del campo para quemar más eficientemente sus cultivos o terrenos sin que tengan mucha influencia en la elevación de la temperatura que sufrimos en Cd, Valles?.
Tal y como escribí líneas arriba , no soy especialista; estas opiniones tienen la intención de llamar la atención sobre las cosas que no sabemos de los asuntos que son importantes para nuestra comunidad; también el recordar una colaboración anterior en la que me referí a la necesidad de promover la investigación en muchas áreas de nuestra región; por ejemplo, llevar un registro de la temperatura, fuerza, duración y dirección de los vientos calientes para verificar si provienen de áreas en combustión.
Existen fenómenos colectivos en los que su proceso de existencia y efectos nos parecen lógicos y por lo tanto creíbles. Por ejemplo, en el imaginario colectivo estaba la concepción de que el universo giraba alrededor de la tierra (así se veía desde la tierra, el paso de los cuerpos celestes en el firmamento parecía confirmarlo). Más recientemente, cuando a los niños se les sumía o se les caía la mollera, lo lógico era asirlos de los pies, ponerles cabeza abajo y golpearles en las plantas para que, efectivamente por gravedad, el hundimiento desapareciera por el momento, pero el niño estaba en realidad deshidratado y la disminución del volumen líquido provocaba el hundimiento. Muchos recién nacidos murieron por esa creencia. Aquí en Cd. Valles, cuando nos inundamos, se comienza a escuchar..."dicen que abrieron las compuertas de la presa"...parece ser (es algo que debo confirmar) que la dichosa presa no tiene el tipo de compuertas que muchos creen, si no, un muro de rebose; además de que la ley de protección civil, incluye la obligación de alertar a la población en caso de que el desfogue pudiera afectar poblaciones y/o propiedades.
¿Las quemazones elevan la temperatura del pueblo, como muchos afirman? No lo se; pero lo poco que se del fenómeno, me sugiere que no es así.
Finalmente, dos cosas: primera, no pretendo defender las quemas irresponsables porque el calor que sufrimos no es el único, ni el más grave, riesgo de daño que pueden causar los incendios y segunda, tal y como le invité en otras colaboraciones, si usted conoce el tema, me gustaría aprender más. Quienes tenemos la suerte de estar en los medios, no tenemos todas las respuestas, solo más información que la mayoría y que nos permite hacer las preguntas.
Gracias por su lectura.
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