Semana del 01 de Mayo al 07 de Mayo de 2020

Resplandor

Resplandor

Martha Barberena Martell

El mundo se colapsaba con esa fuerza, nadie lo entendía, incluso la vida misma no podía hacerlo, era algo tan extraño y sorprendente, tan intenso pero eufónico, intermitente pero presente.

Es como esas cosas que suceden y no pasan sino muchas vidas más para que regrese, si es que lo llega a hacer, ni siquiera tiene nombre.

¿Recuerdas esa escena de la bolsa fluyendo con el viento? Así se siente, permeable... es como esos casos sin resolver, historias inconclusas.

¿Dónde se guarda algo así? ¿Dónde se esconde? ¿Cómo se pretende que dejó de existir? Es como la vida misma, como los años, la respiración, un olor, una sensación... no puedes atraparla, no puedes adueñarla, no sabes cómo controlarla y cómo dejarla ir, no sabes su tiempo. ¿Cómo saber si ya se fue o sigue ahí? Sólo sientes el espacio, la fuerza que sigue creando el movimiento con su poder, pero no puedes verlo, no sabes dónde está.

¿Qué le da vida a las cosas? ¿El pensamiento? ¿La mente? ¿Y cómo le quitas vida a algo que está tan vivo?

¿Recuerdas el fuego cuando pareciera que ya se esfumó y sin embargo pones las manos y aún puede darte calor? Es como el frío, no sabes de dónde proviene o cómo entra, pero sabes que está ahí y peleas contra él, pero poco o nada puedes hacer y entonces lo aceptas y vives con ello, y así es mejor.

Ves la hoja queriendo dar vuelta con el viento y sólo la dejas fluir, y ya no peleas con eso y sonríes porque está, estuvo, fue o se dejó ir.

El tornado de juguetes con vida, de cristales inquebrantables.

Ansío el olor de la primavera, ansío ver una vez más florecer, ansío el olor fuerte a agua de mar. Algunas veces he sentido ese olor en mi puerta, a veces creo y quisiera que fuera así.

¿Pero quién controla eso?
Toda esa energía tal vez se expandió hacia el universo, tal vez se transformó en algo mucho mejor, si es que eso era posible. Todo necesita morir para volver a vivir. Tal vez sólo necesitaban tomar lo mejor, lo más increíble, necesitaban algo demasiado bueno, para transformarlo. No podía ser poseído por unos pocos, o tal vez sólo no pudieron con el hecho de que existiera tal estrella, era demasiada la magia, la fuerza. Podría intimidar a cualquiera y ser el celo de quien quisiera.

Recordando que es la misma luna la que nos ilumina a todos, pienso si ese brillo abraza a los cuerpos del universo, pienso si el pensamiento puede viajar así como la energía, si alguna vez esos candados que se guardan en la escalera que recorre la energía de nuestra vida, podrán ser desbloqueados para llevarnos a la felicidad, para soltar todo lo que faltó dejar ir y entregarse a la luz del sol y al fuego, para olvidar el tiempo y ver la vida correr alrededor de aquel sendero no muy lejano, donde se huía del bullicio, alrededor del agua quieta que lo acompañaba, ahí donde hubo tantos amaneceres.

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