Samuel Roa Botello
La expulsión de Galindo ha sido un golpe que sacudió la política local
La reciente expulsión de Enrique Galindo Ceballos, alcalde de la capital potosina, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) no solo ha generado titulares, sino que ha puesto en evidencia la profunda crisis que atraviesa este partido en San Luis Potosí. La decisión tomada por la dirigente estatal, Sara Rocha, ha desatado una serie de reacciones que oscilan entre el desconcierto y la indignación entre militantes y simpatizantes del tricolor.
Enrique Galindo, quien llegó al poder en 2021 respaldado por una coalición conformada por el PRI, el PAN y el PRD, había logrado posicionarse como un líder con significativa aprobación ciudadana. De cara a su proceso de reelección, su figura parecía representar una de las pocas esperanzas de revitalizar al PRI en un contexto político adverso.
Sin embargo, la decisión de Rocha de expulsarlo sin un proceso formal claro ha sido vista por algunos como el clavo en el ataúd de un partido que ya mostraba señales de debilitamiento. "Esto no solo afecta al PRI, sino a toda su base militante. Es evidente que esta acción no fue consensuada ni transparente", expresó Irene Margarita Hernández, regidora del Ayuntamiento de la capital, quien ha criticado abiertamente el proceder de la dirigencia estatal.
UN PRI DIVIDIDO Y UNA MILITANCIA DESILUSIONADA
La controversia se suma a las pugnas internas que han caracterizado al PRI en los últimos años, dejando a muchos militantes con un sabor amargo. Según Hernández, el reciente consejo político donde se tomó la decisión no cumplió con los requisitos necesarios para garantizar su legitimidad. "Solicité el acta notarial de este consejo para verificar quiénes asistieron y si cumplían con los requisitos, pero hasta ahora no he recibido respuesta alguna", declaró.
Para Hernández, el partido está "secuestrado" por intereses que no reflejan las aspiraciones de su base militante. En este sentido, propuso abrir una convocatoria amplia y democrática para elegir a los líderes del partido. "El PRI debe resurgir desde su militancia y su base, no desde un consejo amañado", enfatizó.
¿QUIÉN GANA Y QUIÉN PIERDE?
La expulsión de Galindo ha generado un debate sobre sus implicaciones para el futuro del PRI en San Luis Potosí. Por un lado, su salida podría dividir aún más a un partido que ya lucha por mantener su relevancia en un panorama político dominado por nuevas fuerzas como Morena y el Partido Verde.
Por otro lado, su figura se ha convertido en el centro de la agenda mediática y política. "Hoy, Enrique Galindo acapara los reflectores. Su trabajo en la capital ha sido reconocido, y su expulsión podría convertirse en un punto de inflexión para el PRI", señaló Hernández.
La regidora no duda en reconocer el impacto de Galindo en la política local: "En la capital potosina obtuvimos 55,000 votos gracias al trabajo que desempeñó en tres años. Nos devolvió el municipio después de dos derrotas consecutivas. Es, sin duda, uno de los mejores alcaldes del país", aseguró.
Sin embargo, la decisión de Rocha ha sido percibida como una reacción visceral y mal calculada que pone en riesgo no solo la unidad del PRI, sino también su credibilidad ante la ciudadanía.
UNA DIRIGENCIA CUESTIONADA
Sara Rocha, actual dirigente estatal del PRI, ha sido blanco de críticas no solo por la expulsión de Galindo, sino también por su manejo del partido en general. "Es una mujer formada en las filas del partido, pero sus decisiones recientes parecen estar desconectadas de la realidad política que enfrenta el PRI en San Luis Potosí", opinó Hernández.
Aunque Rocha argumenta que la decisión fue respaldada por el Comité Ejecutivo Nacional, las dudas sobre el procedimiento y la falta de notificación formal a Galindo han alimentado las especulaciones sobre posibles intereses personales detrás de la medida.
EL FUTURO DEL PRI EN SAN LUIS POTOSÍ
La expulsión de Galindo podría marcar un antes y un después para el PRI en el estado. Para Hernández y otros militantes, su figura representaba una esperanza de renovación y resurgimiento. "Galindo nos devolvía a muchos priistas la esperanza de poder seguir luchando por una mejor ciudad", afirmó.
Sin embargo, el panorama actual parece sombrío. "Si esto es verdad, estamos perdiendo a uno de nuestros máximos activos. La ciudadanía está contenta con su gestión, y muchos militantes podrían decidir seguirlo, dejando al PRI aún más debilitado", advirtió Hernández.
UNA AGENDA QUE TRASCIENDE PARTIDOS
La controversia también ha trascendido las fronteras del PRI, atrayendo la atención de figuras de otros partidos como Morena y el Partido Verde, así como de facciones dentro del PAN. En un estado donde las alianzas y rupturas políticas son cada vez más comunes, el desenlace de este conflicto podría tener implicaciones significativas para las elecciones de 2024.
Por ahora, la incertidumbre reina en el PRI potosino, mientras su militancia espera con ansias respuestas y acciones que reflejen un compromiso genuino con su base y sus valores fundacionales.
En palabras de Hernández: "Hoy, más que nunca, necesitamos un PRI que escuche a su gente, que respete sus procesos internos y que esté dispuesto a reinventarse desde sus cimientos. La pregunta es si la dirigencia actual está a la altura de este desafío".
VOCES QUE NO SE CALLAN
Los conflictos internos en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en San Luis Potosí continúan escalando, dejando en evidencia las fracturas al interior del partido. Margarita ha decidido alzar la voz ante lo que considera un intento por silenciarla y violentar sus derechos políticos.
Hernández Fiscal, quien presentó una impugnación tras sentirse excluida de las decisiones del Consejo Político Estatal, se ha convertido en un símbolo de resistencia dentro de un partido que, según ella, ha perdido el rumbo y la capacidad de diálogo.
UN EPISODIO DE TENSIÓN
El intento fallido de entregar su impugnación el pasado fin de semana derivó en un incidente que involucró al consejero Rodrigo Zavaleta, a quien acusó de intentar atropellar a una persona que la acompañaba. Margarita asegura que todo está documentado en video, lo que desmiente las versiones que buscaban culparla del altercado.
"Lo único que hice fue acercarme de manera civilizada para entregar mi impugnación. Mi único objetivo era hacer valer mis derechos, pero lo que encontré fue cerrazón, violencia y un intento claro de callarme", declaró Hernández Fiscal.
"EL PRI NECESITA AUTOCRÍTICA, NO VIOLENCIA"
En esta segunda parte de su intervención pública, Margarita lanza un llamado urgente a la militancia priista en San Luis Potosí. "El PRI todavía tiene mucho que ofrecer a México, pero necesitamos recuperar la confianza de la ciudadanía. No podemos permitir que los intereses de unos cuantos secuestren al partido", expresó con firmeza.
La regidora subrayó la importancia de respetar los procesos internos y de abrir espacios de diálogo en lugar de perpetuar actos que desprestigian al partido. "Las elecciones se ganan con votos, no con violencia ni exclusión. Si el PRI quiere seguir siendo relevante, necesita cambiar sus formas y devolverle el protagonismo a su militancia", afirmó.
LLAMADO A LA UNIDAD
En medio de las tensiones, Hernández Fiscal hizo un llamado a todos los priistas que, como ella, están en desacuerdo con las recientes decisiones internas. "Tenemos una base sólida. En las pasadas elecciones logramos más de 55,000 votos en San Luis Potosí. Eso demuestra que todavía hay confianza en el PRI. Pero necesitamos unirnos, ser firmes y demostrar que no vamos a permitir que nos arrebaten lo que nos pertenece", declaró.
Margarita también pidió al dirigente nacional del PRI, Alejandro "Alito" Moreno, que tome cartas en el asunto. "Presidente, las elecciones no se ganan con imposiciones ni con violencia. Si de verdad queremos un PRI vivo, necesitamos formas diferentes y líderes que entiendan lo que está en juego", enfatizó.
UN FUTURO INCIERTO
Con denuncias en curso ante la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Electoral, Margarita Hernández Fiscal asegura que no dejará de defender sus derechos ni de buscar justicia. "Voy a seguir en la lucha. Creo en el PRI, pero también creo que las cosas tienen que cambiar. Mi compromiso es con los ciudadanos y con un partido que debe volver a ser digno de confianza", concluyó.
Mientras tanto, el PRI en San Luis Potosí enfrenta uno de sus momentos más críticos, con una militancia dividida y cuestionamientos que ponen en duda su capacidad para mantener la cohesión interna de cara a los próximos retos electorales. La historia de esta crisis está lejos de terminar, y el desenlace podría marcar el rumbo no solo del partido en el estado, sino de su relevancia a nivel nacional.
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