PRI AL BORDE DEL COLAPSO
El PRI en San Luis Potosí atraviesa una de sus peores crisis internas, marcada por conflictos y decisiones que han dejado al partido en una posición cada vez más precaria. La reciente expulsión del alcalde Enrique Galindo, junto con las acusaciones de amenazas por parte de Alberto Rojo hacia la regidora Irene Margarita Hernández Fiscal, pone en evidencia un ambiente de hostilidad y desorganización. A esto se suma la controversia en torno a Sara Rocha, cuya gestión ha sido duramente cuestionada, dejando dudas sobre si el PRI podrá recuperarse de este declive.
Enrique Galindo criticó la falta de transparencia en su expulsión, señalando que solo recibió una copia simple de una resolución de más de 98 páginas. Según el alcalde, su salida podría estar motivada por sus diferencias con Alejandro "Alito" Moreno y destacó cómo esta acción limita la libertad de expresión dentro del partido. Además, no es un caso aislado: figuras como Edmundo Torrescano también han enfrentado represalias. La pregunta ahora es si el PRI podrá revivir de esta crisis, o si está destinado a quedar sepultado en su propio conflicto interno.
LA CAÍDA DEL AZUARISMO
La reelección de Verónica Rodríguez como dirigente estatal del PAN en San Luis Potosí marcó un punto de inflexión en la política interna del partido. La contundente derrota del clan Azuara, que durante años consolidó su poder, representa no solo el fin de una era, sino un fuerte golpe a los intentos de Xavier Azuara y su primo Gerardo Sánchez Zumaya por mantener el control absoluto del partido. La estrategia de Rodríguez, respaldada por el alcalde Enrique Galindo y con el apoyo clave de Palacio de Gobierno, evidencia la consolidación de la llamada "derecha del verde" dentro del panismo potosino.
La pregunta que ahora ronda los círculos políticos es: ¿qué sigue para Xavier y David Azuara? Con su influencia debilitada y su aliado Sánchez Zumaya fuera de posición estratégica, el clan Azuara podría estar buscando nuevos espacios de poder o alianzas en la sombra para mantenerse relevantes. Sin embargo, su capacidad de maniobra parece limitada, especialmente en un PAN que busca redefinir su rumbo sin cacicazgos tradicionales. Por ahora, la caída del azuarismo abre la puerta a una nueva etapa en la política potosina, aunque queda por ver si esta transformación será para bien o solo un cambio de rostros en el tablero.
URGE UNA TRANSFORMACIÓN PROFUNDA
El organismo operador de agua, DAPA Ciudad Valles, enfrenta una crisis estructural que exige cambios urgentes para su buen funcionamiento. La "herencia maldita" que dejó la administración anterior, encabezada por Paco "el florerito" Gómez, sigue siendo un obstáculo que afecta tanto la eficiencia del servicio como la percepción pública del organismo. Alfredo Zúñiga Hervert, actual director, tiene en sus manos la oportunidad de liderar una reestructuración a fondo. Es momento de que dé un golpe en la mesa y demuestre que está dispuesto a enfrentar los problemas heredados. Esto implica no solo revisar los procesos internos, sino también sanear las finanzas, optimizar la operación y garantizar un servicio digno a los vallenses. El reto es grande, pero los ciudadanos demandan soluciones concretas. La transformación de DAPA no puede esperar más.
¿INTERVENCIÓN?
Una y otra vez hemos dicho en este espacio que en política no existen las casualidades o los goles de suerte, pero sí los acuerdos por debajo del agua, por más que las corrientes políticas sean de agua y aceite
Así llegamos a la expulsión parcialmente sorpresiva de Enrique Galindo Ceballos del Partido Revolucionario Institucional, decisión validada por la cúpula nacional presidida por "Alito" Moreno, fallo que en su conjunto demuestra un rechazo total.
Hasta ahí los mensajes políticos están claros, sin embargo, la interpretación a fondo puede dar pie a plantear diversos escenarios que dejan entrever el origen del desdén hacia el otrora primer priista del estado, y sí, todo apunta a la corriente externa y tal vez a la color Verde
La reflexión es sencilla: con el retiro del apoyo partidista de alguna manera merma el posicionamiento del presidente municipal releccionista, que poco a poco ha ganado terreno en las bases gallardistas, sectores difíciles de convencer o modificar su postura política.
No es una locura pensar que las aves silvestres se inmiscuyeron en la vida interna del dinosaurio, porque hace varias semanas Alito, Sara Rocha Medina y algunos alcaldes tricolores se reunieron con el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, encuentro en el que desde luego no estuvo convocado Galindo.
O sea, 2 más 2 son 4. Esta vez Galindo está siendo presa de denominado fuego amigo, impulsado por sus vecinos de enfrente que desde ya buscan paliar todo intento de despuntar en su intentona gubernamental.
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