Angie Fields / Terapeuta emocional
¡Hola! Espero que te encuentres muy bien hoy. Muchísimas gracias por acompañarme. Vamos a platicar acerca del vínculo madre-hijo: cuándo comienza, cómo se desarrolla desde que la mujer está embarazada, qué siente el bebé. Este lazo comienza desde la concepción y evoluciona a lo largo del embarazo y la vida del niño. Se forja a través de una combinación de factores biológicos, emocionales y psicológicos. Te proporcionaré datos sobre cómo fortalecer este vínculo madre-hijo para que lo tengas en cuenta."
Para empezar, existe una conexión biológica que surge desde el momento de la concepción. La madre y el bebé comparten una conexión única, ya que la madre provee todo lo que el bebé necesita para vivir y el entorno necesario para su desarrollo. A través del cordón umbilical, el bebé recibe nutrientes y también las emociones de la madre. Incluso puede percibir cuando ella habla o se toca el abdomen, sintiendo ese calor y estableciendo una conexión física más profunda.
Durante el embarazo, la madre puede sentir las pataditas del bebé y cómo sus órganos se reajustan para darle más espacio, como cuando se le ajustan las costillas, entre otros cambios físicos.
Luego pasamos al desarrollo del vínculo emocional. Aunque el feto no experimenta emociones de la misma manera que nosotros, estudios indican que sí puede responder a estímulos externos, tanto auditivos como emocionales. La madre transmite al bebé todo lo que está sintiendo: tristeza, alegría, euforia, enojo, todo es sentido por el bebé. Un ejemplo de esto es cuando el padre habla al bebé y éste empieza a moverse, lo que indica que está captando diferentes sonidos y tonos de voz.
Además de esto, existe una conexión energética continua entre la madre y el hijo desde el momento en que el bebé nace, o más bien, desde que está gestándose hasta aproximadamente los 7 años. Esta conexión es más profunda durante los primeros tres años de vida del bebé, ya que aún se siente como una extensión de la mamá. Después de este periodo, el niño comienza a mostrar más independencia, como ir al baño solo, vestirse sin ayuda, y permitir que la mamá haga cosas sin su constante compañía. La interacción entre ellos cambia y comienza a separarse gradualmente.
Durante la gestación hasta los 7 años, especialmente en los primeros tres, la conexión entre madre e hijo es muy fuerte. Tanto es así que, si el bebé se enferma, no solo se debe tratar al bebé, sino también observar cómo emocional y físicamente afecta a la mamá. Esto ayuda a detectar el origen de los problemas que pueda estar enfrentando el niño.
Es crucial considerar profundamente esta relación madre-hijo, que involucra una conexión energética, física y emocional extremadamente poderosa. Espero que esta información te haya sido útil. Recuerda que puedes encontrarme en mis redes sociales como "El Rincón de Angie" en Facebook, y "El Rincón de Angie - Oficial" en Instagram y YouTube. ¡Muchas gracias y nos vemos en la próxima!
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