Semana del 13 de Marzo al 19 de Marzo de 2020

Los niños de nadie

Los niños de nadie

Mariel Sánchez

A varios de los niños que hay en las calles, les han robado su infancia, son explotados, ¿a qué punto?, muchos hasta piden monedas aún vestidos con su uniforme escolar.

Cada que alguien le entrega una moneda a los niños que están en las calles, lo único que ocasionan, es que tarde que temprano se los vuelvan a encontrar, no se les ayuda, por el contrario, se les perjudica, porque la explotación de la que son víctimas es tan arraigada, que impedirá puedan evadirse de esa situación de precariedad.

El problema es severo, complejo, con frecuencia, en cada esquina, es común ver que los hay niños, en prácticas de mendicidad. No importa que México esté suscrito a acuerdos internacionales con los que se busca el bienestar supremo de los niños y niñas.

El Centro Histórico capitalino es una estampa cruel de la incapacidad institucional, la insensibilidad, la inopia, y la irresponsabilidad de padres de familia ignotos, no vistos, mientras sus hijos deambulan por las calles, expuestos a los cientos de peligros inherentes a ellas, olvidados, vitupereados en ocasiones, tristes.

SON LOS NIÑOS DE NADIE.
Lo son porque no existen, sólo lo hacen justo en el momento en que piden una moneda, pero de inmediato son rechazados, pese a que están ahí, en las calles, se rehúsa su existencia, como si con ignorar el problema, fuera una solución.

El ayuntamiento capitalino como rector de la ciudad, debería ser la primera instancia preocupada por ofrecer posibles soluciones e impedir que los niños y niñas, queden expuestos y sean utilizados de una forma ruin y cobarde, para obtener las más de las veces, solo unas pocas monedas, entregadas a sus padres después.

A varios de los niños que hay en las calles, les han robado su infancia, son explotados, ¿a qué punto?, muchos hasta piden monedas aún vestidos con su uniforme escolar.

Es como para dar tristeza, la directora del Sistema Municipal DIF de SLP, Adriana Urbina Aguilar reconoció hace poco, que ni siquiera saben cuántos niños y niñas andan por las calles, tan solo del Centro Histórico de SLP, en donde en una plaza sí, y en otra también se les encuentra a cada instante.

La funcionaria se justificó en que haya una intermitencia, en los niños que son vistos, para reconocer que no tienen una estadística, pero eso no la exime de que no ha hecho, ni se ha visto algún esfuerzo por revertir esas condiciones.

Para las madres y los caciques el venir a exponer a niños a peligros se convierte en un negocio rentable ya que utilizan a los menores para dar lástima y que las personas se sientan motivadas a dar dinero para "ayudarles", cuando la realidad es que los perjudican, mientras la autoridad es omisa a la realidad de los niños de nadie.

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