Semana del 09 de Julio al 15 de Julio de 2021

Don Antonio, zapatero de corazón

Don Antonio, zapatero de corazón

Imelda Hernández

• Él es el hombre que reparando miles de pares de zapatos sacó a sus hijos adelante

Con cera, plástico, aguja, hilos y una máquina de coser, es como Antonio Aguilar Hernández ha empezado su día desde hace cerca de 60 años; su oficio no solo le ha ayudado a sacar adelante a sus dos hijos que hoy cuentan con una carrera profesional, sino también le ha dado alegrías, satisfacciones y uno que otro sin sabor, pero ¿qué sería de los buenos momentos de no haber probado la hiel?

Don Antonio es zapatero desdé hace 45 años, su puesto se ubica justo debajo del puente peatonal que se encuentra entre la explanada Ponciano Arriaga y el Mercado República.

Vestido de camiseta azul y al ritmo de un bolero, Don Antonio se coloca sus lentes, se encomienda a Dios y empieza a trabajar.

Pegar suelas, hacer remaches, cocer desperfectos y hasta salvar aquellas maletas y mochilas que están a punto de morir, se ha convertido en su labor diaria, una labor que ni el Covid-19 pudo aniquilar.

Según narra Don Antonio, él se inició en el ofició luego de que su madre lo llevará con un zapatero de antaño, que fue quien le dio las bases para realizar la actividad de la que hoy se mantiene "todo hay que hacerlo con el corazón", dice al tiempo de ensartar hilo en el ojal de su aguja y comenzar con las primeras puntadas de una plantilla.

"Yo tengo 40 años en esto y aun no aprendo, diario trabajo de las nueve a las siete de la noche, no salgo a comer y aprovecho el tiempo aquí, trabajo hasta los domingos; mi trabajo principal son las mochilas, las reparo y hago costuras. Por cada trabajo gano entre 15 y 90 pesos depende del tamaño del encargo", señaló.

Afirmó, que, aunque casi siempre hay trabajo, la entrada del calzado chino al país ha evitado que los potosinos den segundas oportunidades a su calzado, lo cual ha provocado que su labor disminuya hasta un 60%.

El Covid-19 también ha dejado un mal recuerdo, pues contrario a lo que se creía, los potosinos han evitado recurrir al tradicional zapatero.

"El trabajo ha bajado mucho pero no hay chance de quejarse, hay que buscar el trabajo yo no quise estudiar y mi mamá me llevo con un señor de allá adelante para que me pusiera a hacer algo y desde ahí no paré", señaló.

Afirmó que sus clientes principales son las mujeres, que a fin de ahorrar llevan el calzado de hijos y esposo a reparar "gracias a ellas que buscan economizar nosotros tenemos trabajo", dijo.

Don Antonio asegura que aún tiene mucho que aprender y aunque es poco lo que saca diariamente de su trabajo, cada una de las "chambitas", las hace con amor, paciencia y dedicación.

Aguilar Hernández, señaló que el oficio ha envejecido, pues son principalmente adultos mayores son los que hoy siguen adoptando el tradicional dicho mexicano "Zapatero a su zapato".

El zapatero deseoso de superarse, sin perder la fe, confía en que pronto se recupere lo perdido por la entrada del calzado Chino y que los potosinos vuelvan a buscar renovar el calzado al que le tienen cariño, pero ya está desgastado, e insistió que esos pares merecen otra oportunidad, en la que ellos pueden trabajar.

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