Semana del 13 de Junio al 19 de Junio de 2025

Lidia Argüello: "Galindo y Vero, se están acabando al PAN"

Lidia Argüello: "Galindo y Vero, se están acabando al PAN"

La crisis que desde hace meses consume al Partido Acción Nacional (PAN) en San Luis Potosí ha llegado a un punto de no retorno. Lo que fue durante décadas un referente moral y político para miles de ciudadanos hoy parece una estructura desarticulada, sin rumbo, presa de intereses personales y venganzas internas. Los recientes procesos de renovación interna, plagados de señalamientos, impugnaciones y denuncias por irregularidades, han evidenciado no solo una ruptura institucional, sino una profunda traición a los principios fundacionales del panismo potosino.

En palabras de la excandidata y referente del partido, Lidia Argüello Acosta, el PAN ha perdido el rumbo. "No pensaba yo que el interés personal fuera mayor al interés del partido, del estado y del país, pero desafortunadamente así es. Hoy estamos en una borrachera de poder en la que no interesa el partido ni San Luis Potosí ni México; lo que interesa es cuánto dinero y cuántos puestos se pueden acumular", sostiene.

La gravedad del momento no puede subestimarse. El partido que alguna vez enarboló los principios del bien común, la subsidiariedad y la solidaridad, hoy parece enfocado en la compra de voluntades, la manipulación de procesos internos y la entrega de sus estructuras a intereses ajenos. "En el momento en el que aquella frase de Manuel Gómez Morín de ‘vamos a mover las almas’ se convirtió en ‘vamos a comprar las almas’, ya tronó toda lógica dentro del partido", lamenta Argüello.

Las acusaciones son directas: Verónica Rodríguez, presidenta estatal del PAN, habría pactado con el alcalde capitalino Enrique Galindo para garantizar su reelección, favorecida por un método extraordinario de elección impulsado desde los comités municipales, muchos de cuyos miembros, según denuncias, fueron coaccionados, amenazados o comprados. La legitimidad del proceso fue incluso impugnada y calificada por la Sala Regional del Tribunal Electoral como plagada de irregularidades.

"Se estuvo comprando a miembros de los comités directivos municipales para que votaran por el método que a ella le favorecía. No se le quiso dar a la militancia el peso que tiene dentro del partido. Sin militancia no somos nada", afirma Lidia Argüello, quien se negó a participar en un proceso viciado y asegura que el PAN no se vendió, sino que quienes lo dirigen son quienes se han vendido.

El ejemplo más evidente de esa entrega es, según denuncia, el hecho de que la suplente de Verónica Rodríguez sea la esposa de Enrique Galindo, un gesto que simboliza una subordinación política total. "Es una vil y clara muestra de que se vendió Acción Nacional al mejor postor", sentencia.

Pero las consecuencias de esta crisis van más allá de los procesos internos. El impacto es visible en la gestión municipal, donde Acción Nacional representa formalmente el gobierno, pero ha sido incapaz de ejercerlo con dignidad. "La capital necesita atención urgente. Faltan servicios, falta agua potable, las calles están destrozadas. Antes se hacían reuniones entre el partido y el ayuntamiento para atender las quejas de la ciudadanía. Hoy, el comité municipal ni siquiera está abierto. No hay manera de desfogar la inquietud de los militantes", denuncia Argüello.

Esa desconexión entre el PAN y su base social es lo que compromete seriamente su futuro electoral. ¿Cómo podrá pedir el voto en 2027 un partido que no escucha, no resuelve y se percibe más ocupado en pleitos personales que en el bien común?

"Lo peor no es que nos critiquen. Lo peor es que no se atienden los problemas. Si se atendieran, la ciudadanía vería que las autoridades trabajan. Pero ni eso hay", afirma con tristeza.

Los resultados de la elección de 2024 en municipios del interior del estado —con cifras tan alarmantes como 16 o 36 votos por municipio— hablan de un retroceso de 30 años. Lo que se construyó con décadas de esfuerzo y principios hoy parece haberse derrumbado por ambición, mezquindad y falta de rumbo político.

"El partido ha retrocedido tres décadas, y sin embargo, se le premia a esta dirigencia otorgándole nuevamente la presidencia. La Sala Regional fue clara: falsificaron firmas, falsificaron actas, amenazaron, hostigaron y acosaron. No lo digo yo, lo dicen los tribunales", enfatiza Argüello.

En este contexto, resulta inevitable preguntarse si el PAN logrará resurgir o si este es el capítulo final de una historia que alguna vez fue sinónimo de lucha cívica, honestidad y compromiso democrático en San Luis Potosí. La esperanza, al menos para algunos, persiste: "Yo espero que le vaya muy bien al partido en 2027... a pesar de la dirigencia que tiene y de la que tendrá".

Pero esa esperanza parece cada vez más frágil. Si no hay una autocrítica profunda, un regreso a los valores que le dieron sentido y una verdadera apertura democrática interna, Acción Nacional podría consolidarse no como la opción viable frente a Morena —como aún sugieren algunas encuestas—, sino como un recuerdo nostálgico de lo que fue y ya no es.

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