Semana del 14 de Febrero al 20 de Febrero de 2025

El Juego de Poder en el Poder Judicial de SLP

El Juego de Poder en el Poder Judicial de SLP

Entre la Seriedad y la Farsa

El proceso de selección de jueces, magistrados y demás figuras clave del Poder Judicial de San Luis Potosí ha puesto nuevamente en evidencia las tensiones políticas y la lucha de intereses entre las fuerzas partidistas. Las listas de aspirantes a estos cargos revelan mucho más que nombres; cuentan una historia de contrastes entre lo que debería ser una oportunidad para fortalecer la carrera judicial y lo que parece un intento desesperado por llenar espacios con candidatos afines a ciertos grupos políticos.

San Luis Potosí es uno de los 15 estados del país con una carrera judicial reconocida por su solidez y trayectoria. Sin embargo, la publicación reciente de las listas de aspirantes mostró claras diferencias en los perfiles registrados ante el Poder Judicial, el Legislativo y el Ejecutivo. Mientras el primer listado destaca por la seriedad y la trayectoria de sus candidatos, los otros dos parecen más un ejercicio de relleno que un verdadero proceso de selección.

En el caso del Poder Judicial, los perfiles reflejan experiencia y conocimiento del ámbito judicial. Muchos de los aspirantes tienen años de servicio en diversas posiciones clave, como la fiscalía o el propio Poder Judicial, lo que demuestra que el proceso estuvo más orientado a garantizar la idoneidad de los participantes. Por ejemplo, nombres como José Luis Ruiz Contreras y Ángel Santiago, ambos con una destacada carrera judicial, resaltan como ejemplos de profesionalismo.

Por otro lado, el proceso llevado a cabo en el Congreso del Estado parece haber seguido una lógica completamente distinta. Aquí, el registro de aspirantes se asemejó más a una tómbola en la que cualquiera podía participar. La falta de rigurosidad en la revisión de los requisitos fue evidente, y varios de los nombres inscritos no cumplen con el perfil necesario para ocupar un cargo de tal relevancia. No faltaron los compadres, hermanos y paisanos recomendados por algún político, inscritos sin mayor filtro que la cercanía con el poder.

Esta situación recuerda lo ocurrido a nivel federal en procesos similares, donde la premura por llenar listas llevó incluso a registrar candidatos sin su conocimiento. ¿Cómo confiar en un proceso que parece diseñado más para inflar números que para garantizar la selección de los mejores perfiles? La diferencia entre el listado del Poder Judicial y el del Congreso no puede ser más evidente. Mientras el primero refleja un esfuerzo por mantener el nivel de la carrera judicial potosina, el segundo parece una mala copia de los errores del pasado.

Entre los nombres que destacan en las listas está el de una reconocida abogada con una trayectoria impecable, a quien algunos buscan desacreditar por su parentesco con un alto funcionario del gobierno estatal. Sin embargo, reducir su trayectoria a un simple vínculo familiar es ignorar años de trabajo y preparación. Casos como el suyo evidencian la complejidad de este proceso, donde lo profesional y lo político se entremezclan constantemente.

Más allá de la selección de candidatos, lo preocupante es cómo este proceso se ha convertido en un reflejo de las luchas partidistas. Lo que debería ser una oportunidad para que los ciudadanos elijan a las mejores personas para administrar justicia se ha transformado en un campo de batalla político. Los partidos, lejos de mantenerse al margen, han colocado a sus afines en la contienda, distorsionando el propósito original del proceso.

A esto se suma el peligro de que, si no se actúa con responsabilidad, se abra la puerta para que intereses aún más oscuros se infiltren en el Poder Judicial. El riesgo de que el crimen organizado gane terreno en esta elección no es un escenario imposible. El propio proceso, tan vulnerable a las influencias políticas, podría convertirse en el punto de entrada para grupos criminales que buscan controlar decisiones judiciales clave.

En este contexto, resulta esencial que los ciudadanos asuman un papel activo y crítico. La elección judicial es un proceso complejo, y no es fácil conocer la trayectoria de cada uno de los aspirantes. Sin embargo, no participar sería un error aún mayor. La justicia no debe quedar en manos de quienes solo buscan poder o beneficio personal. Es responsabilidad de todos exigir un proceso limpio y transparente, y participar para evitar que esta oportunidad se convierta en una farsa más del sistema político.

A fin de cuentas, el futuro del Poder Judicial potosino no se decidirá solo en las oficinas del Congreso o del Poder Ejecutivo, sino también en la voluntad ciudadana de no permitir que esta elección sea secuestrada por intereses partidistas.

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