Diana García
Para tratar los detalles conflictivos es importante considerar que la familia es el primer ámbito de amor y educación, destaca
La doctora Laura Berrios Villafuerte es neuropsicoterapeuta y presidenta fundadora internacional de la Organización Mundial de la Familia, quien nos ayuda a entender estos desafíos emocionales y sociales que traen las fechas o épocas especiales, como fueron las recientes festividades de Navidad y de fin de año.
"La pasión que tengo en la vida es entender que las familias son el primer ámbito de amor y educación del ser humano, que nace como una tabla rasa, sin etiquetas ni problemas sociales, no nace mal hecho, a no ser de que tenga un trastorno del neurodesarrollo o un tema genético, pero en su esencia, en su ser, nace libre y es ahí donde se escriben todos estos detalles complicados, conflictivos que se van dando en su propio desarrollo por los estilos de crianza no adecuados, o por los temas no resueltos por los progenitores, o por este ámbito denominado familia, que ahora tiene diversidad de figuras y estamos tratando de construir en ellas el ámbito importante de valores y virtudes para que ese niño esté bien acompañado y direccionado en sus procesos evolutivos", comentó.
"Es el motivo de que la salud inherente al ser humano es quebrada por disfunciones del propio ser humano, y tener esta mirada amplificada hace que tomemos en cuenta que la responsabilidad que tenemos como padres ante estos niños, es muy grande, y la responsabilidad que tenemos de solucionar los conflictos internos como adultos es sólo nuestra, es una autorresponsabilidad y este es un proceso de resignificar", agregó.
"Y acaba de pasar esta temporada bonita que moviliza el corazón, la mente y muchas veces el amor, y otras en contradicciones, soledad y conflictos, y si son a un nivel adulto es importante hacerme responsable de ello, saber que yo soy el protagonista de mi vida y entrar en un proceso de resignificación, que es la capacidad de darle un sentido diferente a aquello que estoy interpretando en contra mía, porque me está haciendo sufrir y poniendo en conflicto", ponderó.
En este sentido explicó "para resignificar tenemos que entrar en contacto con 4 áreas importantes en valores, y una de ellas la energía más poderosa, que es el amor, que es parte de nuestra naturaleza y es la creación divina dentro de nosotros, que se expresa en diferente intensidad vibracional y en diferente forma como lo vayamos dirigiendo, es amor a la naturaleza, a mi trabajo, a mi pareja, a mi padre, a mi hijo, a mis hermanos, el amor está presente en todo, pero es diferente intensidad y forma de expresión; entonces, el amor incondicional realmente único, entendible es con uno mismo, si no cultivo ese encuentro personal en amor propio, no voy a estar en capacidad de dar amor afuera".
"Y nos lleva esto a una segunda virtud maravillosa, que es la compasión, que es entender que soy un ser humano, por tanto imperfecto, que me equivoco en muchos aspectos de mi vida, contra mí, contra otros, pero me perdono, me amo, me respeto, me resignifico y me valido, y todo lo que viví de negativo lo suelto y me quedo con lo aprendido; si este proceso lo hago conmigo, entonces aplico esta compasión con el otro, una mirada sin etiqueta, sin juicio, que me lleva al rencor, y digo ‘ah me hizo esto’ y ahora pues estoy altamente sensible por estas épocas y esa sensibilidad no me conduce a un amor puro, de perdón, me conduce a los sentimientos de rabia, de ‘me hicieron, me dejaron’, estoy poniendo la responsabilidad de mi ser, de mi vida, de mi salud, de mi felicidad, de mi plenitud, en la parte externa, en el otro, ahí me pierdo y asumo una posición de víctima", añadió.
"Pero si empiezo a tomar en mi vida estos dos procesos es fundamental, y voy luego de esta capacidad compasiva a autoperdonarme, a perdonar al otro, no significa que estoy de acuerdo con la acción negativa, pero la vida, el universo, las leyes se hacen cargo de ello, pero perdono porque es un acto de amor para conmigo mismo, porque me libero de ese veneno; hay un dicho que es netamente no sentir rabia y odio por el otro, es tomar yo el veneno y pretender que el otro muera, entonces es un acto de amor, ese veneno sacármelo, continuar con mi vida, construir, porque mientras yo esté con esos sentimientos van a quebrar mis pensamientos negativos de rabia, mis creencias, mi existencia y mi realidad, porque como pienso siento, como siento decido, como decido actúo y ahí construyo esa realidad, entonces ser cocreadores de lo que yo quiero vivir, así son importantes esos tres puntos mencionados", destacó.
"Y vamos al cuarto, que es el pilar más hermoso de la existencia humana, como los otros tres, la gratitud, que nos expande la conciencia y nos apertura a oportunidades hermosas en la vida, si no somos y no estamos en gratitud, estamos en el reclamo, poniendo el foco en lo que me falta, en lo que no tengo, en lo que no me hizo, el que no me dijo, entonces otra vez caemos en este bucle de darle la responsabilidad a situaciones externas y no hacernos responsables con nuestra vida, nos ponemos en una posición de victimización y esto nos aniquila, pero si entro en gratitud agradezco lo que no tengo, porque me enseña que lo debo tener, me lo merezco y lo quiero, porque tengo salud, respiro, tengo vida, tengo estas oportunidades y esa mente maravillosa se va a ir direccionando, a expandirse a qué cosas más hay y capto, si me cierro en lo que no tengo, no puedo, no me dieron, en mis carencias, mi mente se va a direccionar a captar ese ámbito de carencia, entonces la gratitud te expande a más oportunidades en todos los aspectos de nuestra vida, a nivel familiar, personal, de salud, económico, laboral y todo", afirmó.
La doctora Laura Berrios subrayó también que "los abrazos son maravillosos, abrazar en familia quizás sea un momento hermoso para sensibilizarte y decir ‘esta rabia que la tenía pues no me deja vivir, este conflicto que tengo y esta presencia que no es sincera la voy a convertir en verdadera, porque voy a perdonarlo en mi corazón, en mi mente, porque es un ser humano que se equivocó’, me libero de ese sentimiento negativo y la otra persona continúa con su vida, es su responsabilidad y será lo que tenga que ser, pero yo en mi intimidad, en mi autorresponsabilidad me hago cargo de mí, entonces empiezo a disfrutar y construyo vínculos reales, obviamente me cuido de lo que me tenga que cuidar, ahí pongo límites importantes en mi vida, como autocuidado".
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