Semana del 17 de Enero al 23 de Enero de 2025

Los Diez Mandamientos

Los Diez Mandamientos

Héctor de Luna Espinosa

Los Diez Mandamientos son 10 leyes en la Biblia que Dios llevó a la nación de Israel poco después de su Éxodo desde Egipto. Los Diez Mandamientos son esencialmente un resumen de los más de 600 mandamientos contenidos en la ley del Antiguo Testamento. Los primeros 4 mandamientos tratan de nuestra relación con Dios, y los siguientes 6 mandamientos tratan de nuestra relación con los demás. Los Diez Mandamientos están registrados en la Biblia en Éxodo capítulo 20 y en Deuteronomio capítulo 5.

Son los siguientes:

Número uno: No tendrás dioses ajenos delante de mí. Este mandamiento es contra la adoración de cualquier otro Dios que no sea el único Dios verdadero. Todos los otros dioses son falsos.

Número dos: No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. Este mandamiento es en contra de hacer un ídolo, una representación visible de Dios. No hay imagen que podamos crear que pueda representar fielmente a Dios. El hacer un ídolo que represente a Dios es adorar un Dios falso.

Número tres: No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. Este mandamiento prohíbe tomar el nombre del Señor en vano. No debemos tomar el nombre de Dios a la ligera. Debemos mostrar reverencia a Dios, mencionándolo solo de manera honrosa y respetuosa.

Número cuatro: Acuérdate del día de reposo para santificarla. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, más el séptimo día es de reposo para Jehová tu Dios. No hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas, porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día. Por tanto Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. Es un mandamiento para apartar el sábado, el último día de la semana, como un día de reposo dedicado al Señor.

Número cinco: Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. Este es un mandamiento para que siempre trates a tus padres con honor y respeto.

Número seis: No matarás. Este es un mandamiento contra el asesinato premeditado de otro ser humano.

Número siete: No cometerás adulterio. Es un mandamiento en contra de tener relaciones sexuales con alguna otra persona que no sea tu cónyuge.

Número ocho: No hurtarás. Un mandamiento que es en contra de tomar cualquier cosa que no nos pertenezca, sin permiso de la persona que pertenece.

Número nueve: No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. Este es un mandamiento en contra de testificar falsamente contra otra persona. Es esencialmente un mandamiento que está en contra de la mentira.

Y por último, número diez: No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Este es un mandamiento en contra de desear cualquier cosa que no te pertenece. El codiciar puede conducir a quebrantar los mandamientos antes mencionados: matar, adulterar y robar. Si está mal hacer algo, está igualmente mal el desear hacerlo.

Mucha gente erróneamente considera los Diez Mandamientos como un conjunto de reglas que, si se siguen, garantizarán la entrada al cielo después de la muerte. Pero, en contraste, el propósito de los Diez Mandamientos es forzar a la gente a darse cuenta de que no pueden obedecer perfectamente la ley. Por lo tanto, necesitan la misericordia y gracia de Dios. Los Diez Mandamientos demuestran que todos hemos pecado, por lo tanto estamos en necesidad de la misericordia y gracia de Dios, la cual está disponible únicamente a través de la fe en Jesucristo, Salvador del mundo.

Dios te bendiga.