Semana del 27 de Diciembre al 02 de Enero de 2025

Paz, esperanza y salvación: El mensaje que deja la Navidad

Paz, esperanza y salvación: El mensaje que deja la Navidad

Héctor de Luna Espinosa

Cuando las luces se apagan, los regalos se abren y el bullicio de la Navidad se desvanece, nos queda una invitación profunda a reflexionar sobre lo que esta celebración realmente significa. Aunque la Navidad es sin duda una fecha llena de alegría, es también un recordatorio vivo del amor de Dios manifestado en Jesús. La pregunta clave no es qué pedir o esperar de esta celebración, sino qué debemos celebrar y cómo vivir su esencia más allá de la temporada.

MÁS QUE UNA FIESTA TRADICIONAL
Para muchos, la Navidad es una reunión familiar, una noche de intercambio de regalos, cenas copiosas o incluso un tiempo de excesos. En algunos casos, la celebración deriva en pleitos o estridencia, alejándonos de su verdadero significado. Aunque estas costumbres pueden ser agradables, nos arriesgamos a perder el corazón de la Navidad: el cumplimiento del plan eterno de Dios al enviar a su Hijo al mundo para salvarnos.

Como lo relata Lucas 2:8-11, fue en una noche común, entre pastores velando por sus rebaños, que un ángel anunció: "Os doy nuevas de gran gozo que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor". Este mensaje nos recuerda que la Navidad no es solo una fecha festiva, sino la celebración del regalo perfecto de Dios.

EL REGALO PERFECTO
Jesús es el regalo inigualable. Como nos recuerda Juan 3:16, "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". Este acto supremo de amor no fue motivado por méritos humanos, sino por la gracia divina.

Jesús no vino como juez en su primera venida, sino como Salvador, dispuesto a dar su vida por la humanidad. Este regalo nos llama a vivir en gratitud y reconciliación con Dios, una paz que trasciende las circunstancias de la vida cotidiana.

LA PAZ VERDADERA
La proclamación angélica en Lucas 2:14, "Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres", subraya que la paz que ofrece Jesús no significa ausencia de problemas, sino reconciliación con Dios. Es una paz que transforma el corazón y otorga esperanza eterna.

En un mundo lleno de incertidumbre, conflictos y preocupaciones, esta paz es un ancla firme. Nos recuerda que, independientemente de nuestras circunstancias, Jesús está con nosotros, ofreciendo consuelo y dirección.

NUESTRA RESPUESTA A LA NAVIDAD
La Navidad también es un llamado a responder con adoración y acción. Al igual que los pastores que acudieron con humildad a adorar al Rey recién nacido, nosotros también somos invitados a acercarnos con gratitud y reverencia.

Pero la Navidad no debe quedar solo en un acto personal; también es una oportunidad para compartir. Los ángeles anunciaron las buenas nuevas con gozo, y de la misma manera, nosotros somos llamados a proclamar el mensaje de salvación. Que nuestros vecinos, amigos y compañeros de trabajo puedan conocer que Jesús es el Salvador del mundo.

MÁS ALLÁ DE LA TEMPORADA
Ahora que los ecos de la Navidad comienzan a desvanecerse, el mensaje sigue vigente. No se trata de luces ni regalos, sino de un amor eterno que nos transforma y nos invita a transformar el mundo con ese mismo amor.

Celebremos cada día el verdadero motivo de la Navidad, reconociendo a Jesús como nuestro Salvador y compartiendo su mensaje de esperanza. Que la paz y el gozo que ofrece Cristo nos acompañen en cada momento del año.