Cuando se lleva a cabo la comisión de actos delictivos no solo resultan afectadas las víctimas directas e indirectas, sino todo el entorno social en donde se suscitó el crimen. Por ello, el impacto es socialmente mayúsculo y terrible.
Durante el año 2023, en el estado de San Luis Potosí se iniciaron 60 mil 761carpetas de investigación por diferentes delitos, sin embargo, diferentes porcentajes de la población potosina modificaron su comportamiento social.
El reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), señala que se abrieron5 mil 902 delitos contra la vida y la integridad corporal; 650 contra la libertad personal; 2 mil 064 por delitos contra la libertad y la seguridad sexual; y 26 mil 829 delitos contra el patrimonio.
Asimismo, 10 mil 047 delitos contra la familia; 30 contra la sociedad; y 15 mil 239 contra otros bienes jurídicos afectados; todos ellos indagados por el Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Cada uno de los sucesos delictivos implicó que los delincuentes actuaran de diferente manera, es decir, con saña y exceso de violencia convirtiéndose en unas auténticas atrocidades, tal como lo considera la organización Causa en Común.
El reporte de la asociación civil señala que el año pasado, la entidad potosina reportó 69 atrocidades documentadas en los medios de información distribuidos de la siguiente manera: 5 masacres; 2 fosas clandestinas; 4 casos de mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres; 4 calcinamientos; 10 hechos de tortura; y un asesinato de niños y adolescentes.
Asimismo, 3 asesinatos de mujeres con crueldad extrema; 2 asesinatos de grupos vulnerables; 2 asesinatos de funcionarios; 23 de violación agravada; 2 casos de esclavitud y trata; y un intento de linchamiento.
También menciona sobre 2 casos de violencia en contra de migrantes; 8 actos violentos en contra de la autoridad; y una jornada de violencia.
APRENDER A VIVIR DIFERENTE
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), indica que se consideraron 16 espacios donde la ciudadanía modificó sus hábitos, derivado de la percepción de inseguridad.
Según el reporte a cargo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 73.9 % de la actividad cotidiana que la población de 18 años y más dejó de hacer fue: permitir que los (las) menores de edad que viven en el hogar salgan solos(as).
Asimismo, el 54.2 % manifestó haber dejado de usar joyas por miedo a ser víctima de algún delito; el 53.8 % dejar de salir de noche; el 51.2 % dejó de llevar dinero en efectivo; el 41.2 % dejó de salir a caminar; y el 39.8 % dejó de visitar parientes o amigos.
Sumado a esto: el 36.2 % dejó de tomar taxi; el 33.9 % dejó de ir al estadio; el 33.9 % dejó de llevar tarjeta de crédito o débito; el 33.1 % dejó de viajar por carretera a otro estado o municipio; el 32.5 % dejó de salir a comer o cenar; y el 28.7 % dejó de ir al cine o al teatro.
Finalmente, el 25 % dejó de usar el transporte público; el 21.7 % dejó de frecuentar centros comerciales; el 15.4 % dejó de llevar teléfono móvil o celular; y 5.9 % dejó de ir a la escuela.
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