Rodolfo del Ángel del Ángel
La Reforma Protestante del Siglo XVI dio paso a un cambio histórico extraordinario que impacto no solo en el ámbito eclesiástico, sino en todos los ámbitos de la vida cultural. Hombres como Lutero, Calvino, Knox, Huss, tuvieron tal influencia que, a partir de ellos el mundo cambió de manera radical. Para empezar, desafiaron el imperio de la iglesia institucional de la edad media que reclamaba un control absoluto sobre en lo político, social, económico y cultural. Esa iglesia sedienta y ambiciosa de poder terrenal, no era más la iglesia de Cristo.
Había que volver a la sencillez del puro evangelio de Jesús, y a la iglesia como una comunidad sacerdotal de iguales que están llamado servirse unos a otros y a servir al mundo en el Nombre de Dios. Se acabaron los privilegios, las jerarquías opresivas, el ocultamiento deliberado de la verdad, y el temor fundado en los juicios eternos e inminentes contra quienes se atrevieran a desafiar la pretendida autoridad eclesiástica.
¿Dónde comenzó la reforma? Ciertamente hablamos de los países europeos como Alemania, Suiza y Holanda. Hablamos de personajes que fueron los apóstoles y mártires, algunos de ellos, proponentes de las inquietudes reformistas que ya se venía gestando desde antes de siglo XVI en el corazón de aquellos que hablaban de la necesidad de un cambio radical. Algunas de esas voces fueron silenciadas de manera violenta, como en el caso Jan Huss, condenado a la hoguera por el concilio de Constanza, unos cien años antes de que Martín Lutero apareciera en la escena de la historia.
No obstante, más allá de los personajes y los lugares geográficos, la Reforma Protestante nació en las Escrituras, en las afirmaciones sencillas e incendiarias a la vez de que la verdad no era el dogma de la iglesia, de que el Papa no era el vicario de Cristo, y que la salvación es solo por gracia. Tales afirmaciones no solo desafiaban a la iglesia institucional del mundo de aquella época, la colocaban directamente bajo el juicio de la Palabra de Dios y la obligaban a un reordenamiento. Ya sabemos que la respuesta fue de condena y persecución en contra de los reformadores.
No obstante, los reformadores no retrocedieron en su empeño. ¿Cuál fue la razón? No era un asunto de ideologías, de intereses económicos y de poder, o de estructuras económicas y políticas. Era un asunto de estar al lado de la verdad o contra ella. No la verdad humana, sino la verdad revelada en las Sagradas Escrituras. El eco de las palabras de Jesús estaba presente constantemente animando la lucha de los reformadores: "no se puede servir a dos señores" (Mateo 6:24). "El que no es conmigo, contra mí es" (Mateo 12:30). "Mi reino no es de este mundo" (Juan 18:36)
Este compromiso con la verdad es la que llevó a Lutero a desafiar a los poderes del mundo reunidos en la dieta de Wörms en Alemania a afirmar: "A menos que me demostréis por medio de las Escrituras que estoy equivocado no me retracto. No es bueno, ni seguro, ir contra la conciencia. Heme aquí, no puedo hacer otra cosa".
La verdad exige esta clase de entrega, fidelidad y confesión. Hoy más que nunca urge revivir el espíritu de la Reforma Protestante, afirmando y confesando la verdad de la Palabra ante tantas mentiras en un mundo que se aparta cada vez más de Dios. ¿Seremos capaces de estar a la altura de semejante desafío? ¿Seremos nosotros lo que traigamos esa nueva reforma que la igelsia necesita para volver a la verdad?
emsavalles© 2006 - 2024 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos sin previa autorización.
Emsavalles Publicidad, Escontría, 216-A, Zona Centro, Ciudad Valles, S.L.P. Tel:481-382-33-27 y 481-381-72-86. emsavalles@hotmail.com. contabilidad@emsavalles.com
No. de Certificado de Reserva Otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2021-071615041800-203