Semana del 26 de Junio al 02 de Julio de 2020

Toda una trayectoria Doña Chayito y sus 23 años en la cocina

Toda una trayectoria Doña Chayito y sus 23 años en la cocina

Yesenia Rivera

Rosario Leal Pérez, conocida como "Chayito", lleva 23 años trabajando en la cocina de los restaurantes La Troje, lo ha hecho en las tres sucursales, pero le tiene un cariño especial a la ubicada en la calle Juárez, ya que aquí fue donde comenzó a laborar y con el paso del tiempo le traen muy buenos recuerdos.

Doña Chayito, como le dicen sus compañeros, recuerda que desde muy pequeña descubrió su gusto por la cocina y ahora ama ser cocinera, y sobre todo ama su trabajo, le encanta lo que hace todos los días, aunque se levanta desde las 04:50 de la mañana para prepararse y entrar a su trabajo.

Relata que en el año de 1997 comenzó a trabajar como ayudante de cocina y poco a poco fue conociendo más, y con el paso del tiempo ha aprendido muchas cosas de las compañeras que ha tenido en todo este tiempo, recordando a algunas como la señora Liz y la señora Estelita, sus grandes maestras.

Dice que como todos, con el paso de los años nunca dejamos de aprender, y siempre tienen que estar al día, aprendiendo, y en su caso lo ha hecho mucho de otras cocineras, inclusive de reposteras, ya que de todo un poco se debe aprender, pues "como es mucha gente la que viene, en temporadas de vacaciones son muchos los turistas que vienen y hay que ofrecerles de todo".

De acuerdo a su experiencia, los platillos más solicitados son los antojitos, como los bocoles, las migadas y las gorditas, los turistas por lo regular piden las enchiladas huastecas con cecina, que es un platillo muy delicioso y uno de los más solicitados del restaurante.

Comenta que con el cierre de la sucursal por la pandemia del COVID-19 se sintió muy triste, pues con la convivencia del día a día los compañeros se vuelven parte de la familia y el local su segunda casa, y es difícil ya no llevar el mismo ritmo de trabajo al que ya se está acostumbrado.

Confiesa que pasar afuera de la sucursal y ver todo cerrado, le causaba una profunda tristeza, por eso ahora con la reapertura su emoción es incomparable, y sus ojos a punto del llanto delatan ese sentimiento al ver que su lugar de trabajo es abierto nuevamente.

Y es que cómo no extrañar el lugar donde ha pasado tantas vivencias, donde ha adquirido tanto aprendizaje, y menciona que ahora tiene que echarle ganas para salir adelante.

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