Víctor Manuel Tovar González
La mezcla entre costumbres españolas e indígenas dio origen a lo que actualmente en todo México constituye la Fiesta de Día de Muertos, y en la Huasteca la fiesta del Santoro para los Tenek y la del Xantolo para los nahuas. El Santoro Tenek o Xantolo Nahua (palabra introducida al Náhuat y al Tenekl por la deformación de la frase latina festiumominum sanctorum, que quiere decir fiesta de todos los santos), es la tradición más importante de esta región Huasteca, la cual aún se mantiene muy arraigada. Este peculiar culto a los muertos, en el que se les recuerda y venera de manera especial. En México, país pluricultural y pluriétnico, la celebración de muertos no tiene un carácter homogéneo, sino que adquiere diferentes modalidades según el pueblo indígena o grupo social que la realice. Las variantes rituales son muchas, sin embargo, todas ellas giran alrededor de ciertas prácticas comunes: la bienvenida y despedida de las ánimas, la colocación de ofrendas para los muertos, el arreglo de las tumbas, la velación en el cementerio y la celebración de oficios religiosos.
Los preparativos aquí en la Huasteca para estas fiestas varían; en las comunidades Tenek inician el 15 de mayo, con la siembra de la flor (cempaxúchitl);en el caso de los nahuas, se inicia el 29 de septiembre, fecha en que se celebra a San Miguel, este día se realiza la primera ofrenda a los muertos.
Los últimos días de octubre o el primero de noviembre dependiendo del grupo, da inicio a la celebración del Día de Muertos, que al parecer esta marcado por la preparación de la ofrenda en la cual participa toda la familia. En estas ofrendas podemos encontrar diferentes elementos como son: el arco de varas adornado con la huastequisima limonaria, la flor de cempaxúchitl , las velas, el copal, un crucifijo o algún santo, alfarería o cerámica funeraria ornamental, comida y bebida de la que gustaban los difuntos entre otras cosas.
Durante este periodo la productividad en las comunidades aumenta significativamente. Los artesanos empiezan a trabajar uno o dos meses antes. Las flores como el esbelto gladiolo, el crisantemo, o la que destaca la flor de los cuatrocientos pétalos, más conocida como la flor de muerto o cempaxúchitl inundan los mercados, mientras la parafina, cera, sebo, le van dando forma a las velas tan codiciadas en esas fechas.
Los panaderos se encargan de satisfacer el paladar de vivos y muertos con los panes especiales para esa época del año como son: el pan de muerto y el chichimbre. Cabe mencionar que muchos panes especiales para estas fechas, tienen formas humanas o de animales. Los dulceros hacen lo suyo con las famosas calaveritas de azúcar que llevan impreso el nombre del comprador, las cruces, los violines o el sabroso dulce de pepita de calabaza. Así, los mercados se ven abarrotados de zarabanda, todo tipo de chiles, hojas para tamal y todos los ingredientes necesarios para elaborar los platillos que se ofrendan a los muertos y que nos comemos los vivos.
La fiesta de Día de Muertos en México principalmente entre los grupos indígenas, es un momento de reunión de toda la familia, tanto vivos como muertos, con lo cual, se fortalece la identidad, además de las relaciones sociales interfamiliares primero y comunales después. Es por esto, que esta celebración tiene una función social de suma importancia por la gran riqueza simbólica que se encuentra presente durante toda la celebración.
En los grupos indígenas Tenek como Nahuas aquí en la huasteca, se acostumbran las comparsas, las cuales juegan un papel importante, pues no solo se trata del rito de ahuyentar al mal y ofrendar a los muertos, o de la representación de las ánimas que no tienen una casa a la cual llegar, y que vagan por la comunidad, la cual se encarga de dar a dichas ánimas alimento y bebida, sino también de transgredir normas y la representación de los problemas cotidianos así como de su entorno a través de la danza y la música.
La música se escucha por todos lados. En la zona Tenek se escucha el pulik zom y el zacam zom, en el panteón, acompañando las comparsas, en las casas, en la iglesia. Pero lo que es un hecho, es que la música no falta durante estas fiestas entre los pueblos indígenas de nuestra Huasteca. Y el día 1º de Noviembre día de los santos inocentes, la serranía Tenek bulle con los sonidos de los vinuetes, música que acompaña a los niños difuntos.
Para recibir a las ánimas, se les quema copal y se les dirigen algunas palabras de bienvenida. Es común que estas acciones vayan acompañadas de música. Uno o dos días antes de la fecha, los familiares acuden al panteón a limpiar y a adornar las tumbas con flores, velas y cruces.
Las ofrendas se colocan en los altares domésticos o sobre mesas de uso cotidiano. Se cubren con finos manteles con las tradicionales floresTenek, papel de china, hojas de plátano o petates de tule, según sea la costumbre regional. Después se les agregan flores especiales para la ocasión, ceras, alimentos, incensarios con copal, la bebida que más le gustaba al difunto, cigarrillos, panes, tamales, fruta, sal, el retrato del muerto y un vaso con agua, ya que las ánimas están sedientas por el viaje emprendido a la tierra.
Desde la entrada de la casa a la ofrenda se pone un camino de pétalos de flores de cempaxúchitl, que sirve como guía para que las almas lleguen al altar y puedan absorber la esencia de los alimentos puestos para tal efecto. Para despedir a las ánimas se tañen las campanas de la iglesia y se queman cohetes. Mientras en la zona Nahua la banda toca música fúnebre, los deudos acompañan a las almas hasta el panteón para que puedan regresar a sus tumbas.
La colocación de la ofrenda y todas las actividades que se realizan alrededor de la celebración del Día de Muertos, originan una gran producción artesanal de carácter meramente ritual. Semanas antes de las fechas conmemorativas, los artesanos de toda la Huasteca comienzan la tarea de elaborar objetos rituales que han de utilizarse para el adorno de tumbas, ofrendas y los servicios religiosos.
Es costumbre en algunos lugares de la zona Nahua, que los incensarios, los candelabros y las vajillas donde se sirve la comida de los difuntos, sean nuevos; por lo que cada año se prevé el gasto de la compra. Después de "usados" por el muerto, sirven para el uso cotidiano.
Todos estos productos artesanales cumplen una función específica, están dirigidos a las ánimas de los parientes muertos y tienen como objeto propiciar su llegada, a la vez que proporcionarles la esencia de los elementos que les permitan mantenerse en buenas condiciones en el lugar del más allá en que se encuentran. Por otro lado, por medio del ritual de la ofrenda y sus componentes, el difunto obtiene la conciencia de que no ha sido olvidado, de que aún "vive" en el recuerdo de sus familiares porque es objeto de atenciones especiales el día de la "Fiesta de las muertos".
Las actividades rituales que se realizan durante las celebraciones del Día de Muertos, originan un intenso comercio de productos agrícolas y artesanales en todos los pueblos y ciudades de la República Mexicana y obvio en nuestra Huasteca.
Para elaborar las ofrendas, muchas familias obtienen los productos de sus propias cosechas y manufacturas artesanales. Sin embargo, si es necesario compran otros artículos de los que no se dispone. Entonces se acude a los mercados regionales, que agregan a las mercancías habituales aquellas que se utilizarán para los altares y demás acciones colaterales, así como mascaras, pelucas y utensilios para la comparsa.
En las tiendas y vinaterías se adquieren las bebidas que se van a poner en el altar. Los cirios, las velas y las imágenes de santos se compran en las iglesias, los mercados o en las tiendas dedicadas a la venta de objetos religiosos. Los mercados de la Huasteca, durante las fiestas de los muertos, constituyen uno de los espectáculos más bellos y tradicionales de la cultura popular.
Para finalizar, disfruta en nuestra Huasteca el Santoro Tenek, O el Xantolo Nahua, no te los pierdas, son tus fiestas.
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