En menos de 24 horas, la tormenta se transformó, desafiando las expectativas y alcanzando una potencia destructora; ya como huracán sobrepasó las proyecciones establecidas.
www.excelsior.com.mx/| www.excelsior.com.mx/| | Viernes, 10 de Noviembre de 2023| 15:50
Imagen compuesta que muestra la destrucción en Acapulco post-huracán Otis con un mapa satelital del huracán en su máxima intensidad a la izquierda y una fotografía de personas evaluando los daños en una carretera inundada con árboles arrancados y vehículos varados, a la derecha. Incluye el logo de ´Ciencia UNAM´, indicando el análisis científico de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Lo sucedido con Otis vuelve abrir el debate sobre cómo mejorar las estrategias de prevención de desastres, considerando que las condiciones climáticas cada vez más cálidas sugieren la posibilidad de la ocurrencia de este tipo de fenómenos naturales con más frecuencia.
El paso de Otis en la costa de Guerrero fue una alarma para la comunidad científica: un fenómeno meteorológico que avanzó con una intensidad y velocidad inesperadas, convirtiéndose en un desafío sin precedentes para los expertos en climatología. La rápida evolución de Otis a un huracán categoría 5, el grado más alto en la escala Saffir-Simpson, puso de manifiesto la urgencia de comprender mejor las fuerzas de la naturaleza que pueden desatar catástrofes de gran magnitud.
Desde su gestación en las aguas cálidas del Pacífico, Otis fue monitoreado de cerca por el Servicio Meteorológico Nacional y el Centro Nacional de Huracanes. A pesar de las tecnologías avanzadas y la vigilancia constante, el huracán sobrepasó las proyecciones establecidas, desencadenando una emergencia que dejó huellas profundas en la infraestructura y el bienestar de las poblaciones afectadas.
El lunes 23 de octubre, la comunidad fue alertada sobre lluvias fuertes y la llegada inminente de la tormenta tropical Otis. Sin embargo, en menos de 24 horas, la tormenta se transformó, desafiando las expectativas y alcanzando una potencia destructora. Esta rápida transición no solo causó sorpresa sino que también señaló posibles brechas en nuestros sistemas de pronóstico actuales.
¿Qué sucedió con Otis?
El doctor Jorge Zavala Hidalgo, director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, describe las circunstancias necesarias para que un huracán adquiera intensidad rápidamente.
En primer lugar, la capa caliente del océano, también conocida como capa mezclada o límite, debe ser profunda.
En el momento en el que pasa el ciclón tropical, la energía que genera la fuerza del viento sobre el mar, con el oleaje y la turbulencia, provoca una mezcla.
Si esta capa no es tan profunda, rápidamente se enfriará y el huracán se debilitará. Sin embargo, si hay suficiente calor latente de evaporación que el ciclón puede extraer del océano, se intensifica.
Actualmente tenemos el fenómeno de El Niño, vivimos un año muy cálido, la temperatura del Pacífico es más cálida en esta época del año, esas condiciones pudieron influir en la intensidad de Otis, dijo el investigador en entrevista en el programa radiofónico La ciencia que somos (27/10/2023).
Agregó que probablemente también había un anticiclón, un remolino en el mar que gira en sentido de las manecillas del reloj, que hace más profunda la capa mezclada.
Cofepris desecha vacunas y medicamentos que quedaron inservibles tras paso de ´Otis´ en Guerrero
Otro factor para la intensificación rápida de un huracán es que en la columna atmosférica —en la troposfera que va desde los 8 a los 12 kilómetros— no haya capas con un nivel bajo de vapor que generarían intrusiones de aire seco, porque esto lo hubiera debilitado.
Asimismo, se requiere que en los niveles más bajos haya condiciones que favorezcan el movimiento ciclónico, vientos que vayan en contra de las manecillas del reloj, mientras que en los niveles altos se requiere lo contrario, que las masas de aire que ascienden por el ciclón encuentren condiciones favorables para alejarse del centro, es decir, se encuentren en divergencia.
Otra condición es que los vientos medios en los que está inmerso el ciclón tropical deben ser similares a los que hay en los niveles bajos y altos de la tropósfera. Si son muy diferentes, el ciclón no tendrá una buena estructura vertical, se deformará y no alcanzará a intensificarse.
Es necesario, dijo, que ocurran todas esas condiciones para que se produzca la rápida intensificación.
Devastación de Otis en la madrugada
El impacto nocturno de Otis fue brutal, con vientos que superaron los 270 km/h, una velocidad que tiene el potencial de arrasar con todo a su paso. Las imágenes de destrucción en Acapulco y otras localidades evidenciaron la feroz realidad de un huracán que no dio tregua y cuya fuerza se subestimó hasta que fue demasiado tarde.
Esta inesperada escalada de Otis a huracán categoría 5 no solo provocó pérdidas materiales y humanas, sino que también generó preguntas incisivas sobre la dinámica de la formación de huracanes. ¿Qué factores contribuyeron a la rápida intensificación de Otis? ¿Por qué los modelos de pronóstico no pudieron anticipar un cambio tan drástico y acelerado?
El doctor Zavala explica que para que un huracán intensifique su fuerza rápidamente, se requiere una combinación de factores oceánicos y atmosféricos. Una capa de agua caliente profunda es crucial, ya que proporciona la energía necesaria a través del calor latente de evaporación. Otis encontró las condiciones perfectas para su fortalecimiento: una capa oceánica caliente y una atmósfera favorable que evitaron la disipación de su energía.
La anomalía de Otis plantea cuestiones sobre la precisión de los modelos climáticos actuales. Aunque generalmente confiables dentro de un margen de incertidumbre, los modelos no pudieron prever la fuerza de Otis, indicando que el conocimiento científico actual puede no ser suficiente para predecir con precisión estos eventos extremos.
Esta brecha en la predicción sugiere la necesidad de una revisión y mejora de los sistemas de vigilancia climática. Los especialistas deben ahora analizar los datos disponibles para ajustar y perfeccionar los modelos de pronóstico, con la esperanza de mitigar los efectos de futuros huracanes y mejorar las estrategias de respuesta y prevención.
Vienen huracanes más potentes que Otis
El cambio climático juega un papel indiscutible en este escenario. La tendencia hacia temperaturas más cálidas del océano amplía la posibilidad de huracanes más potentes y más destructivos. Zavala destaca la relación directa entre el aumento de la temperatura del océano y la capacidad del aire para retener vapor de agua, lo que resulta en una mayor intensidad y duración de los huracanes.
El patrón de condensación y liberación de calor cerca del ojo del huracán es un motor que alimenta su intensidad. Otis se convirtió en un claro ejemplo de cómo el cambio climático puede estar influyendo en la ferocidad y frecuencia de estos desastres naturales.
La ciencia se enfrenta a la tarea de adaptar sus métodos y herramientas para enfrentar la realidad de un clima cambiante. A medida que los datos y experiencias de eventos como Otis se acumulan, la oportunidad de aprender y evolucionar en nuestra comprensión y manejo de los huracanes se vuelve cada vez más crítica.
El caso de Otis no será el último de su tipo, pero con cada desafío viene la oportunidad de mejorar. Las lecciones aprendidas hoy pueden ser la clave para salvar vidas y proteger propiedades mañana. Las investigaciones en curso y las discusiones abiertas después de Otis influirán decisivamente en cómo la humanidad se prepara para el próximo gran huracán. La ciencia, en su eterna marcha hacia adelante, busca respuestas en el corazón del caos, con la esperanza de brindar un faro de guía en la tormenta.
Otis, un fenómeno atípico
"En el caso del huracán Otis, las condiciones fueron tales que se rompieron récords por periodos de tiempo de intensificación rápida y en 24 horas está en los primeros lugares de rápida intensificación", señala el doctor en Ciencias en Oceanografía Física.
Una característica es que horas antes, los modelos de pronóstico que existen, tanto globales como regionales, incluyendo el que siguen los investigadores en el Instituto de Ciencias de la Atmósfera, no contemplaron que Otis se iba a intensificar.
Esto fue algo anómalo, dice, ya que en general la capacidad de pronóstico de los modelos aporta cierta confianza, dentro de un cierto rango de incertidumbre. Se toma en cuenta el posible error en intensidad de viento, en trayectoria y posición.
Diputados aprueban usar fideicomisos del Poder Judicial para Guerrero por ‘Otis’
No obstante, esta vez el error, entendido como la diferencia entre lo que se predijo y pasó, rompió récords. "Es un caso fuera del promedio de los errores del pronóstico".
Sugiere que la causa pudo ser que la información de los modelos sobre el estado de la atmósfera en el cual se va a desarrollar ese ciclón, no fue correcta. "Eso se tendría que investigar, es difícil porque si no hubo suficientes datos habrá que hacer un esfuerzo extra para reconstruir lo que realmente estaba ocurriendo".
O tal vez hubo condiciones que los modelos no contemplaron correctamente. Ahora los especialistas en huracanes tendrán que revisar los sistemas de vigilancia para comprender mejor los procesos de formación.
La influencia del cambio climático
Las condiciones que requiere un ciclón tropical para formarse, mantenerse o intensificarse tienen relación con las temperaturas cálidas.
Es necesario que la temperatura del océano esté por encima de los 28 grados. Actualmente, los periodos en los que esta temperatura se alcanza son más extensos debido a la influencia del cambio climático.
Sinaloa apoya a damnificados por Otis
Zabala, quien estudia procesos de interacción océano-atmósfera, menciona que esta capa de la Tierra tiene la capacidad de retener una cierta cantidad de vapor de agua que crece exponencialmente con el aumento de la temperatura.
El vapor se produce cuando los vientos soplan sobre el océano y evaporan el agua, hasta que prácticamente se saturan las parcelas de aire. Cerca del ojo del huracán, esas partículas ascienden; baja la presión atmosférica y la temperatura; se expanden y en ese momento, se favorece la condensación.
Cuando el vapor pasa a fase agua, se libera una gran cantidad de calor que va a calentar la atmósfera, provocará mayor ascenso y mantendrá al ciclón tropical en intensificación.
Lo sucedido con Otis vuelve abrir el debate sobre cómo mejorar las estrategias de prevención de desastres, considerando que las condiciones climáticas cada vez más cálidas sugieren la posibilidad de la ocurrencia de este tipo de fenómenos naturales con más frecuencia.
En México, existe un Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales en el que participan varias instituciones como el Servicio Meteorológico Nacional, que ha tenido avances en cuanto a las acciones preventivas y de atención a la población. Sin embargo, en opinión de Zavala, el sistema no estaba preparado para un evento tan repentino y alejado del pronóstico oficial.
emsavalles© 2006 - 2024 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos sin previa autorización.
Emsavalles Publicidad, Escontría, 216-A, Zona Centro, Ciudad Valles, S.L.P. Tel:481-382-33-27 y 481-381-72-86. emsavalles@hotmail.com. contabilidad@emsavalles.com
No. de Certificado de Reserva Otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2021-071615041800-203