Jueves, 26 de Diciembre de 2024
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Semana del 09 de Noviembre al 15 de Noviembre de 2024

La sabiduría de Salomón

La sabiduría de Salomón

Pastor Héctor de Luna



Salomón, recién nombrado rey, recibe un desafío en la corte cuando dos mujeres traen a un bebé reclamándolo como suyo. La sabiduría de Salomón es puesta a prueba.

Una de ellas le dijo: "Su majestad, esta mujer y yo vivimos en la misma casa. Mientras ella estaba ahí conmigo, yo di a luz y, a los tres días, también ella dio a luz. No había en la casa nadie más que nosotras dos. Pues bien, una noche, esta mujer se acostó encima de su hijo, y el niño murió. Pero ella se levantó a medianoche, mientras yo dormía, y tomando a mi hijo lo acostó junto a ella y puso a su hijo muerto a mi lado. Cuando amaneció, me levanté para amamantar a mi hijo y me di cuenta de que estaba muerto, pero al clarear el día lo observé bien y pude ver que no era el hijo que yo había dado a luz".

"No es cierto", exclamó la otra mujer. "El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo".

"Mientes", insistió la primera, "el niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío". Y se pusieron a discutir delante del rey.

El rey deliberó y dijo: "Una dice: 'El niño que está vivo es el mío y el muerto es el tuyo', y la otra dice: 'No es cierto, el niño muerto es el tuyo y el que está vivo es el mío'".

Entonces ordenó: "¡Tráiganme una espada!". Cuando se la trajeron, dijo: "Partan en dos al niño que está vivo y denle la mitad a esta y la otra mitad a aquella".

La verdadera madre, angustiada por su hijo, le dijo al rey: "Por favor, su majestad, dele usted a ella el niño que está vivo, pero no lo mate". En cambio, la otra exclamó: "Ni para mí ni para ti; que lo partan".

Entonces el rey ordenó: "No lo maten. Entréguenle a la primera el niño que está vivo, pues ella es la madre".

Cuando todos los israelitas se enteraron de la sentencia que el rey había pronunciado, sintieron un gran respeto por él, pues vieron que tenía sabiduría de Dios para administrar justicia.

Ambas mujeres alegaban ser la madre del bebé, pero no había testigos. Parecía un caso imposible de resolver. Salomón pide que partan al niño en dos, dando la mitad a cada mujer. Esta petición choca por lo brutal, pero expone rápidamente la verdadera identidad de la madre. La sabiduría divina no siempre sigue la lógica humana; a veces, las soluciones que parecen imposibles o duras revelan verdades profundas.

Cuando enfrentamos decisiones difíciles, tendemos a reaccionar de manera emocional o apresurada. La sabiduría implica detenerse, analizar la situación y buscar un enfoque diferente que revele la verdad, como lo hizo Salomón. Salomón sabía que la verdadera madre revelaría su amor por el niño en su reacción. Aunque la amenaza de partir al niño fue impactante, la verdadera sabiduría de Salomón no estaba en el acto, sino en evitar el daño y traer justicia.

En nuestras decisiones diarias, debemos buscar soluciones que no solo beneficien a una parte, sino que hagan justicia para todos. Salomón pidió sabiduría a Dios para gobernar, y Dios le concedió más de lo que pidió. Santiago 1:5 nos recuerda que, si pedimos sabiduría, Dios nos la dará generosamente.

Salomón no se enfocó en la solución inmediata; en lugar de simplemente juzgar basándose en lo que escuchaba, usó una estrategia que le permitió ver más allá de las palabras y llegar a la verdad del asunto. En nuestra vida, muchas veces enfrentamos decisiones en las que lo que se ve a simple vista no es toda la historia. Ver más allá implica mirar el panorama completo, considerando las consecuencias y el propósito detrás de cada decisión.

Así como Salomón, Dios también vio más allá del sacrificio inmediato. Él no solo vio el sufrimiento de Jesús en la cruz, sino también la resurrección y la victoria sobre la muerte. Lo que parecía una pérdida momentánea era, en realidad, el triunfo más grande de la historia. A través de la muerte y resurrección de Cristo, Dios vio el fruto eterno: la salvación y la vida eterna para todos los que creen en Jesús. Él nos mostró que, al igual que en nuestras decisiones, a veces el dolor o el sacrificio presente tiene un propósito mayor que podemos no ver de inmediato.

En nuestra vida es fácil enfocarse solo en lo que está frente a nosotros: el problema, la dificultad, la injusticia. Pero si pedimos sabiduría a Dios, Él nos dará una visión más amplia, permitiéndonos ver cómo lo que enfrentamos hoy puede ser parte de un plan más grande y glorioso.

Cuando enfrentamos decisiones difíciles, ya sea en la familia, en el trabajo o en nuestras relaciones, debemos aprender a ver más allá de la solución inmediata, como lo hizo Salomón, y considerar el impacto a largo plazo. ¿Qué podemos concluir? Así como Salomón vio más allá de la disputa entre las mujeres, y Dios vio más allá de la cruz de Jesús, nosotros también debemos aprender a ver más allá de las dificultades actuales. Dios tiene un propósito mayor en cada situación, y cuando tomamos decisiones con sabiduría, basados en una visión amplia, podemos confiar en que el fruto será para bien.

Te animo a confiar en el plan de Dios y pedirle que te ayude a ver el panorama completo en cada decisión que enfrentas. Dios ve más allá de nuestras circunstancias. ¡Dios te bendiga!

 


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