Semana del 05 de Diciembre al 11 de Diciembre de 2025

La dignidad con precio en Pozos

La dignidad con precio en Pozos

Concejo intentó agenciarse aguinaldos millonarios

En Villa de Pozos, ese "municipio bebé" como muchos ya lo llaman, ocurrió uno de los episodios más reveladores del verdadero rostro político que impera en ciertas oficinas públicas. No fue un rumor. No fue guerra sucia. Fue un documento: un acta firmada, rubricada por todos los concejales, todos los síndicos, todo el cuerpo del nuevo Ayuntamiento. Un documento que mostró, sin maquillaje, la urgencia con la que algunos se lanzaron sobre el erario, como quien encuentra un botín en plena calle desierta.

Tres puntos firmados. Tres decisiones que, juntas, representaban un golpe directo al dinero público:

1. La devolución del ISR retenido.
2. El pago de siete días extra por los meses con 31 días.
3. El incremento del aguinaldo de 30 a 45 días "así de un plumazo sic".

Todo firmado, todo acordado. Y aun así, negado. Negado, como dije, "como Pedro negó a Jesucristo tres veces sic". Porque cuando el escándalo estalló, todos aseguraron que aquello era falso, que era montaje, que era invento. Pero ahí estaba la minuta; ahí estaban las firmas. Ahí estaba la verdad.

LOS 250 MIL QUE DESATARON LA HAMBRES
De haberse aprobado ese paquete de prestaciones extraordinarias, cada concejal y cada síndico habría recibido aproximadamente 250 mil pesos, solo por diciembre. En un municipio con enormes carencias, donde cada peso debería contarse como herramienta para patrullas, calles, luminarias o servicios públicos de primera necesidad, los representantes populares se veían autorizando su propio festín.

"Traen mucha hambre en Pozos sic", dije, y lo sostengo. Hambre política. Hambre económica. Hambre de poder. Esa que no se sacia con el discurso moralista que presumen en fotos y boletines, sino con dinero contante y sonante, con privilegios indebidos, con abusos escondidos bajo el sello de "acuerdo administrativo".

Y ahí no terminó el asunto. La historia dio un giro cuando, gracias a la denuncia pública, algunos concejales recularon. Tres cambiaron el sentido de su voto. De pronto, la defensa acérrima se convirtió en prudencia fingida. La minuta que días antes habían firmado con gusto, ahora la rechazan por vergüenza, por enojo, por quedar exhibidos.

EL AUDIO QUE NO PUDIERON NEGAR
Pero lo más brutal, lo que terminó por derribar cualquier discurso de victimización, fue un audio. Un audio claro, nítido, sin espacio para excusas. Ahí se escucha a Maribel, a Dante Alan Carreón, y a otra regidora llamada Lupita. Se les oye hablar sin pudor, sin rubor, sin miedo:

"A ver, nos vamos a dar 250 mil de diciembre cada uno".
Y acto seguido, la frase que terminó de sepultarlos:
"Pónganle otros 200 mil y le votamos a favor sic".

Era la venta del voto. Era el reconocimiento implícito de corrupción. Era, como bien se dijo, "una prostitución política sic", el intercambio de dinero por aprobación de cuentas. No había manera de ayudarles. No había forma de justificarlo. Era su voz, su conversación, su acuerdo.

Algunos intentaron culpar al área de Comunicación Social. Otros buscaron señalar enemigos externos. Pero no hay comunicación social que obligue a una persona a decir: "Pónganle otros 200 mil sic". Eso sale del alma, de la convicción, del estómago político de quienes han confundido poder con permiso.

LA CAÍDA DEL DICTAMEN
La presión pública surtió efecto. El acuerdo regresó a comisiones. No lo aprobaron. Se les cayó todo. Y lo que hubiera sido una transferencia directa de más de 500 mil pesos por persona —250 mil "legales" y 200 mil "por abajo del agua"— terminó en nada.

Es ahí donde el periodismo cumple su deber más puro: exhibir, denunciar y obligar a que las cosas cambien. No por venganza, no por odio, sino por responsabilidad. Por respeto al pueblo. Por dignidad.

Porque sí, cuando la dignidad tiene precio, deja de ser dignidad.

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