Semana del 08 de Agosto al 14 de Agosto de 2025

Creciendo, evolucionando y dando fruto

Creciendo, evolucionando y dando fruto

Héctor de Luna Espinosa

En estos días en que celebramos el 19 aniversario de Emsavalles, me permito compartir una breve pero sentida reflexión sobre lo que ha significado para mí acompañar este proyecto desde hace ya varios años, como colaborador, como amigo y, sobre todo, como testigo del obrar de Dios en medio de esta plataforma de comunicación.

Recuerdo con claridad aquel día, caminando en la pista del estadio, cuando Samuel me compartió su visión. Ahí nació mi participación en este medio, no como una casualidad, sino como un llamado a sembrar un mensaje que, desde entonces, no ha dejado de fluir: la Palabra de Dios.

Han pasado muchos años desde aquel momento, y lo que he visto es un crecimiento constante, una evolución real. El eslogan de este aniversario, "Creciendo y evolucionando", no es solo una frase bonita; es una verdad que he vivido personalmente. Esta empresa ha sabido desarrollarse, diversificarse y consolidarse, pero sobre todo, ha sabido mantenerse con una identidad auténtica, sin pretender copiar a nadie. Emsavalles es, en muchos sentidos, una familia.

Y esa familia ha tenido la sabiduría —y el valor— de abrir sus canales de comunicación a diferentes corrientes de pensamiento, pero de forma especial, ha mantenido una puerta abierta para que la Palabra de Dios siga llegando a la audiencia. Eso no es poca cosa. En un tiempo en que muchos medios prefieren callar los temas espirituales por temor a perder audiencia, aquí se ha optado por sembrar semillas de fe, y eso merece ser reconocido.

Jesús lo dijo claramente en Mateo 10:32: "A cualquiera que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos." Esa es una promesa poderosa. Pero también advirtió que a quien lo niegue, él también lo negará. No podemos ignorar esa dualidad. Honrar a Dios en público tiene consecuencias eternas, y también bendiciones tangibles aquí en la tierra. "El que me honra, yo le honraré", dice el Señor. Y creo, con todo mi corazón, que parte del éxito de Emsavalles tiene que ver con esa decisión: honrar a Dios.

Al mirar hacia atrás, y ver lo que se ha construido, no puedo evitar citar también Josué 1:8: "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley... porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien." Y es que las cosas, Samuel, te han estado saliendo bien. Pero no solo por estrategia o esfuerzo humano, sino porque ha habido un ancla espiritual, una búsqueda genuina de dirección, de protección, de sustento y provisión por parte de Dios.

El Salmo 1 lo resume muy bien: "Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará." Y es así como veo a Emsavalles hoy: como ese árbol que ha estado plantado junto a las aguas, que ha dado su fruto a su tiempo, y que aún tiene mucho por dar.

Por eso hoy no solo quiero felicitar a Samuel y a todo el equipo que forma parte de esta gran familia. Quiero, sobre todo, dar gracias a Dios. Por su fidelidad, por su dirección en los momentos difíciles, por su cuidado continuo y su generosidad constante.

Este aniversario no es solo una celebración de años transcurridos; es un testimonio vivo de que, cuando se pone a Dios en el centro, las cosas prosperan. Y mi deseo es que así continúe. Que este sea solo un peldaño más en una escalera que sigue subiendo, no solo en impacto mediático, sino en calidad humana, en servicio a la comunidad, en integridad.

Termino esta columna como lo hice aquel día al aire: con una oración. Porque todo comienza y termina en Dios. Que Él siga siendo parte de esta empresa. Que los guíe, los proteja y los bendiga en cada nuevo paso que emprendan.

¡Feliz aniversario, Emsavalles! Vamos por más años, con la certeza de que mientras crezcamos con Dios, no hay límite para lo que se puede alcanzar.