Semana del 14 de Agosto al 20 de Agosto de 2020

La magia del "jembe"... Tocar con el corazón y hablar con las manos

La magia del "jembe"... Tocar con el corazón y hablar con las manos

Yesenia Rivera

Desde hace cinco años Daniel Echavarría toca el tambor, que da alegría a las personas
Daniel Echavarría es originario del Estado de México y toca el "jembe", que es un tambor africano tradicional, es un instrumento de tres almas, la primera viene siendo el cuerpo y el árbol que le dio vida para formar su figura, la segunda es la piel que le da el sonido, y la tercera es la que conecta a las otras dos, que es uno mismo, el que hace que le dé el ritmo con el sonido del corazón, esto es tocar con el corazón y hablar con las manos.

Recuerda que comenzó a tocar este instrumento inculcado por un amigo que lo tocaba tan bien que le gustó, y así poco a poco comenzó a tocarlo, ahora ya tiene cinco años tocando la baqueta con el "jembe", y considera que lo más difícil para aprender a tocar este instrumento, fue que sus manos se acostumbraran, porque sí duelen, lo cual le llevó un mes, para acostumbrarse.

LA PASION POR EL TAMBOR
Comenta que esto es su medio de sustento, es el modo en el que genera una moneda, de lo cual no se queja, pues de hambre hasta el momento no se ha muerto; actualmente en Ciudad Valles se encuentra generando dinero, ya que en el Estado de México por la pandemia está todo cerrado y no hay mucho qué generar.

Admite que Ciudad Valles ahora es una opción para sobrevivir, añadiendo que llegó desde que comenzaría la feria y ya se quedó, porque aquí por el momento sí hay modo de generar y se piensa quedar por lo menos hasta noviembre, aunque ahorita que regresó el semáforo rojo bajó un poco la afluencia de gente y por ende disminuyeron las monedas.

Afirma que ha tenido muy buena aceptación de la gente de Ciudad Valles, ya que le gusta mucho el "jeme", y así no ha faltado quien le regale desde una moneda hasta una comida, o lo más bonito, una sonrisa, es lo que les gusta del "jembe", ya que el nombre significa estar juntos, y llama las personas, llama los corazones, llama la alegría.

Aquí lo han aceptado bien, no lo han discriminado, ya que luego en otros lugares "como te ven te tratan".

A TOCAR EN LAS CALLES
Conoció a Juan Carlós hace tres meses, cuando radicaba en Puebla con su pareja, no tenía para la renta y su amigo le dijo "vamos a la calle a tocar los tambores", y así fue como aprendió a tocar, andando en las calles y restaurantes, así le agarró el gusto, y hace tres años se compró su primer tambor, con el cual pues poco a poco y viendo a sus amigos tocarlo, aprendió.

Dijo que están acostumbrados a que a donde van generan, pero la pandemia del COVID-19 torna el panorama difícil, pues hay menos gente en las calles, la mayoría está asustada, pero con gusto toca el tambor todos los días, y la mayor satisfacción que han adquirido a través de tocar el "jembe", la dan los niños.

"Ver al papá bien regañón y a las mamás bien enojadas, y ver el niño que va bailando, hasta se les olvida su enojo, como que entra la rítmica dentro de su ser, lo sienten, les cambia la pupila, les brillan los ojos, ver la alegría, y es que con cualquier instrumento transmites alegría, aunque con los tambores es especial, porque es súper vibratorio, se siente, se goza, hasta tiemblas", finaliza.

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