Semana del 01 de Abril al 07 de Abril de 2016

El Sueño de un Profeta

El Sueño de un Profeta

Rodolfo del Ángel del Ángel

El 4 de abril se cumple el aniversario del asesinato de Martin Luther King a manos de un extremista blanco que había escapado de prisión. Inspirado en el ejemplo de Mahatma Gandhi, libertador de la India, y en sus convicciones cristianas, pues King era pastor bautista, llevó adelante una lucha no violenta para reivindicar los derechos civiles de la población negra de los Estados Unidos. En 1955 dirigió un boicot contra una compañía de transporte, logrando que el tribunal supremo prohibiera la segregación en el trasporte público de la ciudad.

En 1963 estuvo al frente de una multitudinaria manifestación a favor de los derechos civiles en Birmingham, Alabama, que culminó con una marcha en Washington, pronunciando en el Capitolio su famoso discurso "Yo tengo un sueño".

En numerosas ocasiones fue encarcelado, otra vez apuñalado, y su casa destruida, pero él se mantuvo siempre firme en el principio de la no violencia.

En una de las numerosas ocasiones que fue arrestado y llevado a prisión, en el interior de su celda reflexionaba sobre las palabras de Jesús en el Sermón de la Montaña: "Ustedes han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo le digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el solo sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos" (Mateo 5:43-45).

Este texto, escribía Luther King, me da tres poderosos motivos para renunciar a una actitud vengativa y violenta: El odio engendra odio y nos lleva a una espiral ascendente de lucha creciente y sin fin; el odio nunca fue capaz de construir nada, el odio es destructivo; finalmente, El amor es la victoria más definitiva, porque no sólo nos guarda de ser violentos y destructivos, pero es la única fuerza capaz de transformar a nuestro enemigo en amigo.

En el año de 1964 Luther King se convirtió en el hombre más joven en recibir el premio Nobel de la Paz. Su vida y su lucha son un ejemplo vivo y encarnado de las inspiradoras y desafiantes palabras de Jesús en la Bienaventuranzas: "Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios" (Mateo 5:9).