Martha Sandoval de Balderrama
Me encantó el tema del libro del psicólogo estadounidense - ,ni yo sabía que existía, porque uno se acostumbra a otro tipo de inteligencia que van tratando los investigadores, y es que antes nos hablaban mucho de inteligencias múltiples.
Sobre todo cuando vas a solicitar un trabajo o vas a entrar a una universidad o una escuela, te aplican un examen psicométrico, en el que se enfocaba más a las inteligencias lingüístico-verbal y lógico-matemáticas, si salías bien podías ingresar; pero siempre se había descuidado la inteligencia emocional, que siento que es una de las más importantes, porque son las habilidades psicológicas que nos permiten apreciar de manera equilibrada nuestras propias emociones.
Si nosotros podemos manejar nuestras propias emociones, podemos entender las emociones de los demás, la inteligencia emocional nos va a ayudar a tener una capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en las metas y en los sueños, a pesar de que tengamos limitaciones o frustraciones en el camino.
Controlar los impulsos, imagínense cuando aprendamos a hacerlo, vamos a ser seres humanos totalmente diferentes, pues regular nuestro estado de ánimo para no caer en depresión, evitar que la angustia interfiera en las decisiones, todo eso nos va a ayudar a que seamos mejores personas.
Pongo un ejemplo, el de dos personas con maestría o doctorado que están solicitando un empleo en una empresa importante, si pasan los exámenes psicométricos que les aplican, pero uno no pasa el examen de inteligencia emocional, que ahora en las grandes empresas ya lo están aplicando, como Cemex y otras importantes, esa persona va a batallar más para lograr el éxito, sí lo va a lograr, pero al no tener bien definida su inteligencia emocional, va a tener más frustraciones y más piedritas en el camino para conseguirlo.
Ahora me encuentro que están estudiando una novena inteligencia, la existencial, yo le agregaría la espiritual, una de las más importantes, la que engrandece al ser humano, ahí iría incluida la fe.
Si nosotros pudiéramos controlar nuestras emociones, podremos entender a los demás, y si tenemos fe, si mantenemos a Dios como el centro de nuestras vidas, nos va a ayudar.
Tener una fe inquebrantable, es el primer paso, segundo paso que tomen cursos, talleres, que lean más sobre inteligencia emocional para poder entenderse así mismo y a los que nos rodean.
Poder a ayudar a tantos niños y jóvenes a desarrollar su inteligencia emocional, será un placer, porque yo la empecé a desarrollar ya grande, ya que no había esa disciplina o esa teoría cuando yo estudiaba.
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