Sábado, 20 de Abril de 2024
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Semana del 06 de Junio al 12 de Junio de 2020

María Guadalupe: "El temor al coronavirus, es el umbral a la muerte"

María Guadalupe: "El temor al coronavirus, es el umbral a la muerte"

Yesenia Rivera



Fue sospechosa de COVID-19, y aunque al final resultó negativa, vivió los días más tristes de su existencia

Derivado de los daños a la salud que ocasionada el coronavirus en muchos países del mundo, se le calificó como pandemia, y en México se estableció la cuarentena para evitar contagios masivos; en Ciudad Valles, una mujer vivió episodios de tristeza, temor e incertidumbre cuando fue catalogada como sospechosa, aunque al final resultó negativa; es la historia de María Guadalupe, quien narra a emsavalles.com cómo fueron esos días:

Mi nombre es María Guadalupe, salía a trabajar y trataba de cuidarme mucho para no adquirir este virus, usaba cubrebocas y gel antibacterial, cuando regresaba a mi casa me lavaba las manos con jabón en la llave del patio, dejaba mis zapatos afuera, inmediatamente me metía a bañar, mi ropa la aventaba por la ventila del baño e inmediatamente la lavaba, después de eso ya abrazaba a mis hijos, a los cuales no veía todo el día, pero primero tenía que desinfectarme, tenía miedo enfermarme y enfermarlos a ellos, pues el peor miedo de una madre es ver morir a sus hijos y nunca me perdonaría que se enfermaran por mi culpa, y menos que perdieran la vida.

Un día comenzó a dolerme la cabeza, pensé "seguro es porque anduve mucho tiempo en el sol", al día siguiente me siguió el dolor, al tercer día el dolor me seguía y ahora se acompañaba de otro pequeño dolor, pero lo peor fue cuando mi compañera de trabajo comenzó a sentirse mal, todos los síntomas que presentaba eran de COVID-19, sólo supe que estaba internada en el hospital y se rumoraba que ya era portadora del virus, por lo cual mi miedo aumentó, así que decidí acudir al hospital con miedo, porque ya sabía que había enfermos internados en todos los hospitales.

Al llegar me preguntaron cuáles eran los síntomas que presentaba, mi nombre, edad, si había tenido contacto con alguien que portaba el virus, y les comenté mi situación, me pidieron cambiara mi cubrebocas, que metiera mis pertenencias en una bolsa, e ingresara a la sala de espera.

En la sala de espera no había nadie, volteé para todos lados y no había ni una sola persona, cuando ingresé al consultorio y me revisaron, me dijeron que sólo presentaba un síntoma de COVID-19, pero que me harían la prueba para descartar cualquier cosa, pues el virus tarda quince días encubándose. Cuando me dijeron "te haremos la prueba", sentí miedo, pues en internet circulaban videos de cómo realizaban las pruebas y la gente se quejaba que dolían, no sabía si tenía más miedo a que me doliera cuando me realizaran la prueba o a que me dijeran que era portadora del virus.

Traté de vencer mi miedo y me encomendé a Dios, la doctora cambió su traje para realizarme la prueba, el cual, me comentó después de realizármela, desecharía; introdujo un hisopo en mis fosas nasales, lo cual no me dolió, sólo sentí cosquillas, posteriormente introdujo un hisopo en mi garganta, el cual tocó mi campanilla y sólo sentí asco, posteriormente me explicaron que me llamarían a diario a mi número celular para preguntarme cómo me sentía, que tomara el medicamento que me dieron y me aislara en mi domicilio de tres a cinco días, ellos me darían el resultado de mi prueba, pero que por lo pronto me mantuviera en un cuarto sola, sin tener el menos contacto posible con mi familia, y que los trastes donde comiera los usara sólo yo o usara desechables, pensé "esto será imposible, mi hija pequeña no podrá comprenderlo".

En la noche tomé mi medicamento y me quedé dormida, no supe más hasta la madrugada que desperté y vi que estaba sola en mi cuarto, era la primera vez que no dormía con mis hijos.

Llegó el fin de semana, seguía esperando mis resultados, mi esposo regresó del trabajo y me dijo "todos ya saben que tu compañera esta contagiada de COVID-19, mi jefe piensa que tú también estas contagiada, por lo cual me pidió que no regrese a trabajar hasta dentro de dos meses", sentí mucho coraje y tristeza a la vez, sólo pensaba "qué vamos hacer enfermos, sin empleo", aunque mi fe en Dios me mantenía fuerte.

El lunes buscan a mi esposo de su trabajo, le ofrecen una disculpa y le piden que regrese a su empleo, y accedió a regresar, pues es difícil conseguir otro empleo en este tiempo de pandemia.

Hoy miércoles por fin me llamaron y me dieron mis resultados, los cuales son negativos, no soy portadora COVID-19, sentí una emoción enorme, por fin la tranquilidad regresó a mi vida. Agradecí a Dios el estar sana y abracé fuertemente a mis hijos.

De verdad yo les pido a todos los que no creen en el coronavirus, que crean, que no esperen a que alguien de su familia se enferme o, lo que es peor, que fallezca por COVID-19.

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