Ignacio Sánchez
La vida de los comerciantes ambulantes está llena de sacrificios que dÃa a dÃa hacen para poder lograr salir adelante, cuando te obliga a cambiar las reglas, te tienes que adaptar a las circunstancias o vivir con ellas.
Eustorgio Monroy Quintanar es remendón de zapatos, a la edad de 52 años sufre de las secuelas de padecer diabetes. En una silla de rueda, con amputación en ambas piernas y la falta de una familia quien lo apoye, no tuvo más remedio que ambular en las calles y callejones de esta ciudad. Encontró en un espacio de dos metros de largo por uno de ancho en la calle Negrete su hogar y su lugar de trabajo a la vez, la discapacidad lo ha orillado a dejar la comodidad de una casa para hacer de unas tablillas su cama y unos periódicos su cobija, esta es su historia.
UNA JUGADA QUE LO ENFERMÃ
Eustorgio Monroy Quintanar fue un gran empresario ganadero que tuvo en su momento las mieles de la vida, pero un dÃa cambio todo.
Era octubre del 2005 cuando sin pensarlo prestó una fuerte cantidad de dinero, la cual a sabiendas que no le serÃa devuelta, él con toda la buena intención le prestó a un ganadero de la región huasteca, al paso de un mes enfermó de diabetes, pero según él y gracias a un remedio natural se sobrepuso a la enfermedad y volvió a tener buena salud.
Cuando acudió a solicitar que se le devolviera el dinero que habrÃa prestado se llevó la sorpresa que le habrÃan dado la espalda y que se negaban a pagarle, a lo cual se enojó demasiado que de nueva cuenta cayó en cama y de ahà en adelante no pudo recuperar la salud y cada dÃa va empeorando más y más hasta llevarlo a estar en silla de ruedas.
BUENOS DIÃAS RAYO MCQUEEN
âA diario cientos de personas que pasan por el sitio me dan los buenos dÃas, ¡Nos vemos rayo!, ¡Buen dÃa McQueen! Escucho todos los dÃas, algunos son conocidos, otros más ni me acuerdo, pero que bueno que me saludanâ, comentaba mientras reÃa, âpero no creas que a mà me dicen Rayo McQueen por mi nave (aludiendo a su silla de ruedas), es porque yo arregle varios zapatos de ese personaje allá cuando estaba en el pasaje de la Eco-Plazaâ.
âDe los zapatos que arreglo vivo, algunos me traen unos zapatos que ya no utilizan yo les doy una manita de gato y los oferto barato para que salga para comer algoâ.
DEJANDO LA CASA PARA VIVIR EN EL TRABAJO
Debajo de un toldo que recién le regalaron y una tarima de madera Eustorgio se armó para decidir mejor quedarse a dormir en el sitio y ya no volver más al lugar donde rentaba, pues dice que en este sitio estratégico encuentra todo cercano, a dos cuadras encuentra el lugar donde se baña, a una cuadra los alimentos y las medicinas, las cuales tiene que comprar pues no son regaladas, además que algunos comerciantes le cuidan el âchangarroâ mientras va a realizar sus necesidades fisiológicas a una central de autobuses urbana.
Dice que duerme en este sitio, pues si lo deja solo por las noches teme que le roben las pocas cosas que posee.
PROPUESTA MUNICIPAL
En este año el alcalde Adrián Esper Cárdenas ofreció a los comerciantes ambulantes el espacio de los terrenos de la feria para que desarrollen las actividades, un solo sitio el Tianguis-Mercado-Bazar, en donde este proyecto de abrir los terrenos de la feria todo el año, es en beneficio del comercio que está en las calles, para esto la administración independiente está en pláticas y acuerdos con lÃderes y hasta con los propios vendedores ambulantes a fin de reubicarlos en ese lugar y despejar la zona centro, donde se calcula hay más de mil.
SÃLO QUIERO UN LUGAR SEGURO
Aferrado a querer estar en el sitio, Eustorgio tiene la idea de instalar una especie de casa remolque pequeña donde sea su casa y a la vez su taller de reparación, sabiendo que en cualquier momento un auto puede causarle daño a su frágil estructura es que dice que pedirá ayuda con el sector de los ambulantes para ver quien le puede ayudar con la estructura que estarÃa dispuesto a pagar en pequeños pagos, pues a diario logra apenas sacar para comer.
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