Semana del 29 de Diciembre al 04 de Enero de 2018

El globero: Tradición que se extingue

El globero: Tradición que se extingue

Manuel Ramos

Ser globero no es fácil. Sobre todo en una época llena de infinita tecnología que va cubriendo esas estampas de la calle, antiguas, donde aquel hombre recorría con su montón de globos multicolores colonias, cuadras y avenidas, pero hoy, poco a poco se pierde esa bonita tradición que data desde hace muchos años, tradición que le da brillo a los cuadros públicos de las ciudades mexicanas, de los quioscos, de las kermeses, de las fiestas tradicionales de un país que se llena de aparatos tecnológicos que los niños prefieren en vez de globos y demás juguetes típicos.

Así le ha sucedido a Filiberto Sauceda Montoya, quien transita por la Plaza Principal de Valles en busca de que alguien le compre sus productos a bajo precio, –20 pesos cuestan–, le dice a una señora que ha pasado con su niño por un costado, preguntándole a cuánto los daba, mientras a tres o cuatro metros se escucha el bullicio de la recién inaugurada pista de hielo, donde los pequeños se divierten ante la mirada atónita de un público que no está acostumbrado a este tipo de espectáculos, ajenos a los globos tan cercanos.

HAY QUE TRABAJAR EN AÑO NUEVO
Aunado a esta labor, Sauceda Montoya tiene otra faceta a la que se ha dedicado durante más de una década, y es a la venta de productos congelados, mismos que también ofrece casa por casa, calle por calle, pero en esta época no vende este tipo de productos, por lo que tiene que entrarle a otra actividad, y por ello es que vende globos que pertenecen a otra persona, quien le dijo que si quería vender algodones también, pero él prefirió los primeros.

Es la primera vez que se dedica a vender esferas coloridas, y no importa si es Navidad o Año Nuevo, hay que trabajar, porque no se puede festejar cuando no hay dinero para ello –refiere Filiberto–, y continúa: “Si no trabajo, no como”, o “haga frío o calor, yo siempre trabajo”.

LAS DEUDAS NO PERDONAN
Es a causa de estos motivos que este globero, pero mucho más vendedor de productos congelados, no celebra estas festividades, no hay tiempo para andar gastando lo que se reúne con tanto esfuerzo, con tanto sudor, a pesar de que las temperaturas han sido variables en nuestra ciudad. Solamente el Día de Reyes la empresa en la que trabaja vendiendo sus productos fríos, les otorga la rosca tradicional y les da regalos; es lo único que puede presumir como festejo en estas fechas donde a muchos les sobra de todo, mientras a otros les hace falta.

Para este rioverdense es vital trabajar día a día, cada descanso es pérdida de tiempo y dinero, por eso siempre está buscando la manera de salir a comerciar sus productos, aunque a veces las ventas estén bajas, aunque a veces no salga más que lo del día, pero hay que trabajar y trabajar, no hay más –asegura con firmeza.

Filiberto tiene pensado vender globos hasta mediados de Enero, pues piensa regresar a sus congelados a partir de entonces, porque es prescindible obtener algunos pesos más y cubrir los gastos más importantes, los prioritarios, ya que asegura que: “La luz no perdona, el agua no perdona, la renta no perdona, y menos la comida”, es por ello que cumple con sus obligaciones, con su responsabilidad ciudadana, porque mientras salga para pagar las deudas, no saldrá para festejar la noche de año nuevo, mejor hay que llegar a dormir, y pensar que al día siguiente hay que trabajar para seguir saliendo de los compromisos fundamentales.

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