Semana del 25 de Agosto al 31 de Agosto de 2017

De lo importante a lo prioritario

De lo importante a lo prioritario

Rodolfo del Ángel del Ángel

Muchos de nosotros llevamos una agenda a fin de tener presente nuestros compromisos y organizar mejor nuestras actividades. Si echamos una mirada a la agenda, por ejemplo, del año que recién concluyó podremos darnos cuentas cuáles han sido los compromisos y las actividades a las que les hemos asignado la mayor importancia. Ese compromiso o actividad que reclamó tu atención como para ocupar un lugar en tu agenda fue, sin duda, una prioridad. Ciertamente que hubo algunos otros quehaceres que dejamos a un lado porque no tenían la misma importancia o exigían la misma atención de nuestra parte quedando, definitivamente, fuera de la agenda por la sencilla razón de que no valía la pena invertir tiempo en ellas.

Si le echáramos una mirada a la agenda de Dios, ¿Qué encontraríamos en ella? ¿Cuáles serían sus prioridades? Cuando anotamos un compromiso en nuestra agenda que tiene la mayor importancia y que exige que estemos muy atentos, algunos solemos escribirlo en letras mayúsculas y con algún color llamativo. Si tu agenda es electrónica eliges una alarma que te recuerde oportunamente del compromiso y no deja de escucharse hasta que le prestas atención. No hay duda de que en la agenda de Dios, con grandes letras mayúsculas y en color rojo están las misiones, es decir, la urgente tarea de hacer posible que toda la humanidad escuche la buena noticia de que en Cristo Jesús Dios ha querido darnos la gracia de su salvación, su misericordia perdonadora, ofreciendo a cada pecador el poder para restaurar sus vidas, reconciliarse con Él y obtener la vida eterna. No hay duda de que ese es un asunto de mayor importancia para Dios pues si vamos a la Biblia, su agenda revelada, vemos que ésta expresa claramente todo lo que Dios ha hecho para la salvación de los pecadores, de cómo Él ha enviado al Hijo de Su amor para que todo aquel que en Él cree no se pierda sino que tenga vida eterna.

La pregunta que implica el más grande desafío para el pueblo de Dios es si nuestra agenda refleja la de Dios, si también en grande letras mayúsculas de color rojo y en primer término en la agenda de la iglesia están anotadas las misiones no solo como una actividad, sino como la principal razón de ser de todo cuanto hacemos. Esto exige una revisión de cada una de nuestro programa, valorar la importancia de lo que hacemos y de qué manera contribuyen al cumplimiento de esta gran tarea. Es muy probable que nos llevemos una sorpresa pues nos daremos cuenta de que hay algunas actividades que en realidad no debieran estar dentro de la agenda, sencillamente, son irrelevantes, a otras tendremos que asignarle una importancia relativa, aún nuestro presupuesto exigirá una revisión pues la manera como invertimos los recursos económicos reflejan nuestras prioridades, y si estas prioridades son irrelevantes con relación a las misiones, sencillamente, será necesario, reestructurarlo.

A Dios le urge que la buena nueva sea anunciada por todas partes trayendo salvación y esperanza a cada persona en este mundo y que su reino sea establecido en cada corazón. Esta urgencia debe ser compartida por cada uno de aquellos que hemos recibido ya el regalo de su salvación. Es tiempo ya de actuar porque la alarma que nos impulsa a la acción ya sonó.