Semana del 21 de Julio al 27 de Julio de 2017

Carreras el mejor gobernador de México

Carreras el mejor gobernador de México

Ayax Idomeneo

No es risa. Es neta. Eso dijo Mikel Arriola, director del IMSS en su reciente visita a la entidad. ¿Qué pasa por la mente de los políticos que dicen este tipo de ligerezas como pensando que todos nos la creemos? No es si no parte de la propaganda de hacer discurso y política. La próxima semana irá Mikel a otro estado y dirá lo mismo: eres el mejor Gobernador de México, y así seguirá con la misma mentira repetida 100 veces. Es parte del manual de propaganda y discurso, darle aptitudes heroicas a quienes no las tienen.

De igual forma dirá lo mismo de los delegados del propio instituto. Luego éstos se irán orondos por la calle, con los corifeos de un lado “observándole” lo que dijo el director y se la creerá toda. Sabe que en el fondo miente por el gesto adusto que le envió antes, pero mientras fingirá demencia un rato.

Carreras no puede ser el mejor gobernador de México desde luego, es un gobernador muy regular, de la media hacia abajo, no tiene nada qué presumir. Es una especie de Fox guardando la distancia y responsabilidades. Tenía voto democrático, dividido pero democrático, representativo. Una especie de chance ciudadana para arrancar el gobierno sin molestarle.

Pero lo ha desperdiciado inmisericordemente. Los apelativos que la propia clase política y los opinadores le han otorgado son merecidos, ya no digamos la virulez de las redes sociales, donde hubiera durado seis meses en el cargo. No más.

El gobernador piensa que gastar en propaganda es una excelente estrategia. Así fue educado, con las grandes portadas de los periódicos diciéndole lo maravillosos que los gobernadores son al gestionar, obtener, lograr, inaugurar, fortalecer. Cuando el verbo más importante al ser responsable del estado no lo usa. No pone en práctica la mejor herramienta que posee que es la de hacer gobernabilidad y usar el enorme aparato estatal para el bien y la justicia, ¿es tan complicado?

Lo cierto es que el estado se está cayendo a pedazos en seguridad, no hay avance en la materia; de hecho, hay un retroceso enorme. Estamos peor que hace dos años: los homicidios dolosos han crecido exponencialmente y el director de seguridad pública indicando: “mesmamente así ha sido, es por la lucha de la plaza y los ajustes de cuentas”; criminalizan a todos los caídos, aún y cuando tengan 2 años de edad y ni fuerza para levantar un arma.

Y en el tema de gobernabilidad, pues estamos desamparados. Tenemos un gobernador con una debilidad institucional grande, con una personalidad meliflua y desinflada que no representa la categoría y la autoridad para ejercer el papel. Más de cuatro colaboradores directos debieron ser removidos al menos en el transcurso de dos años, y no. Se han acostumbrado a que el gobernador se ve a sí mismo como débil al remover a alguien y entonces, se placean, duermen tranquilos un sábado por la noche que al cabo no va a pasar nada y mañana, mañana es domingo y hay que ir jugar golf.

Estamos teniendo a la desesperanza como un elemento indisoluble y normal de nuestros males. Muy mal augurio.

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