Rodolfo del Ãngel del Ãngel
Hace tanto tiempo que la paz parece haber huido de nuestro mundo, no se la puede encontrar en las calles, en los hogares, en las plazas. ¿Dónde está la paz? ¿Cómo podemos recuperarla y experimentarla en estos tiempos inquietantes y difÃciles?
Un pensamiento ha venido a mi corazón: si quieres tener paz el primer lugar donde debes procurarla es dentro de ti; paz en tu mente y en tu alma. De otra manera vamos a interpretar el mundo y a vivir nuestras relaciones con ausencia de paz, y eso quiere decir: conflicto, batalla, tensión.
La Biblia habla mucho de paz, para los judÃos significaba la âshalom.â Shalom era mucho más que ausencia de guerras, implicaba un estado de bienestar, de salud plena de cuerpo y de alma, armonÃa en las relaciones entre las personas y los pueblos. El término está muy relacionado con otras palabras tales como justicia, salvación, verdad y amor. El Salmista es quien nos comunica, por medio de sugerentes y poderosas figuras de lenguaje, la relación que existe entre todos estos conceptos: âEl amor y la verdad se encontrarán; se besarán la paz y la justicia. De a tierra brotará la verdad y desde el cielo se asomará la justicia.â (Salmo 85:10-11).
Es interesante notar como en este versÃculo la paz y la justicia son caracterizados como dos amantes que se encuentran en el camino y se besan. Es verdad, no podemos construir la paz sin justicia. Justicia significa darle a cada persona lo que le corresponde. La justicia pasa por el reconocimiento de la dignidad y los derechos de los demás. La paz se construye respetando y promoviendo esos derechos y ello en realidad no requiere de tantas leyes. El Señor Jesús dio una sola al respecto y la llamamos la regla de oro por el valor que tiene para construir las relaciones entre personas: âAsà que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas.â (7:12). El principio es sencillo: Lo que das, recibes. Si das respeto, recibes respeto, si das amabilidad, recibes amabilidad; por el contrario, si eres violento, recibirás violencia, si criticas y condenas, serás condenado y criticado. Es una regla práctica y conveniente, clave para construir las relaciones humanas y generar la paz entre las personas.
Es interesante notar que de esta regla, Jesús dice lo mismo que del amor: Vivir conforme a ella, equivale a cumplir la ley y los profetas. Hay aquà un gran desafÃo. Esta regla que es la garantÃa de generar paz es mucho más que una regla conveniente, es un llamado a construir una civilización sobre el amor. Solo podremos aspirar a una verdadera paz, el dÃa que haciendo a un lado todos los odios y diferencias aprendamos a vivir conforme al amor, será, entonces que la paz y la justicia se podrán encontrar en el camino y besarse. Ese milagro, el de construir la paz, comenzará a ser realidad si dejamos que en nuestro corazón halle lugar el amor y la justicia.
emsavalles© 2006 - 2024 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos sin previa autorización.
Emsavalles Publicidad, Escontría, 216-A, Zona Centro, Ciudad Valles, S.L.P. Tel:481-382-33-27 y 481-381-72-86. emsavalles@hotmail.com. contabilidad@emsavalles.com
No. de Certificado de Reserva Otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2021-071615041800-203