Semana del 04 de Octubre al 10 de Octubre de 2024

Matehuala, fracasa la estrategia de seguridad

Matehuala, fracasa la estrategia de seguridad

El estado de San Luis Potosí enfrenta una realidad preocupante en términos de seguridad, particularmente en zonas como Matehuala, donde la violencia y la falta de gobernabilidad han llevado a este municipio a ser considerado un "Sinaloa en chiquito". La situación de inseguridad en Matehuala no es un hecho aislado, sino parte de una problemática extendida en todo el estado, reflejo de las limitaciones de las autoridades locales y federales para garantizar la seguridad y el orden.

Uno de los aspectos más alarmantes es el despliegue de la Guardia Nacional, una fuerza que, en teoría, debía ser la solución a los problemas de seguridad, pero que en la práctica ha demostrado ser ineficaz. El Senado y la Cámara de Diputados avalaron su incorporación al Ejército Mexicano, una medida que muchos consideran como una militarización del país, aunque el gobierno lo niegue. Esta decisión ha sido criticada no solo por sectores de la sociedad civil, sino también por los propios miembros del Ejército, quienes ven con recelo a la Guardia Nacional, un cuerpo que consideran sin la preparación necesaria para enfrentar los retos de seguridad del país.

La desconfianza hacia la Guardia Nacional no es infundada. Los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y grupos criminales en la Huasteca y Matehuala han puesto de manifiesto la falta de formación adecuada de muchos de sus miembros. Según testimonios de militares, los elementos de la Guardia Nacional, en muchos casos, ni siquiera han completado la secundaria, y son producto de un reclutamiento que recuerda a las viejas levas del siglo XIX, donde se capturaba a personas sin preparación para llenar las filas del ejército.

Este panorama de caos en la seguridad nacional y local es todavía más grave cuando se considera la inacción de los cuerpos de seguridad. Escenas donde los militares permiten el paso de delincuentes o evitan enfrentamientos directos se han vuelto recurrentes, generando una percepción de impunidad. Incluso dentro de la milicia, el sentimiento de frustración y falta de respeto hacia su labor es palpable. Los soldados se sienten devaluados, viendo cómo el sacrificio de años de entrenamiento y separación de sus familias se opaca ante un cuerpo, la Guardia Nacional, que no cuenta con la misma preparación y exigencia.

En Matehuala, esta debilidad del Estado ha permitido que el crimen organizado actúe con total impunidad. Los relatos de abusos policiales, como las famosas "tabladas", y el control de facto que ejercen los delincuentes sobre áreas del municipio, han convertido a esta zona en un territorio sin ley. El reto para el nuevo alcalde es inmenso, pues tendrá que recuperar un Matehuala que parece haberse entregado al caos y la corrupción.

Mientras tanto, la política nacional sigue inmersa en discursos contradictorios. La figura de Claudia Sheinbaum, futura presidenta, es constantemente desdibujada por las intervenciones del actual mandatario, quien, con un claro "machismo político", corrige y redirige decisiones que deberían estar en manos de quien aspira a ser la primera mujer en ocupar la silla presidencial de México. Este comportamiento no solo refuerza estereotipos dañinos, sino que pone en entredicho el avance democrático que ha costado décadas de lucha por la equidad de género en el país.

El panorama de inseguridad, falta de gobernabilidad y la creciente militarización del país plantean serios desafíos. Las próximas decisiones que tome el gobierno serán cruciales para definir si México avanza hacia un futuro de mayor control y orden, o si, por el contrario, seguimos viendo cómo lugares como Matehuala caen en manos de los poderes fácticos, donde la ley y el orden son solo un ideal lejano.

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