Semana del 08 de Septiembre al 14 de Septiembre de 2023

Geraldine y su sueño de trascender en la música

Geraldine y su sueño de trascender en la música

En el corazón de Ciudad Valles, en el ejido Lobo y anexas, se encuentra una joya musical que brilla con el resplandor del talento y la pasión. Geraldine García Ibarra, una joven violinista de tan solo 11 años, nos ha cautivado con su compromiso y su amor por la música. Hoy, les presentamos la historia inspiradora de esta promesa musical, quien ha sido becada para estudiar en el Centro Cultural de la Huasteca Potosina bajo la dirección del maestro Julián Díaz.

UN SUEÑO Y UNA DETERMINACIÓN INQUEBRANTABLE
"¿Quién es Geraldine y qué le gusta hacer?", le preguntamos a la joven violinista, quien nos abre las puertas a su mundo de pasiones y metas. Geraldine nos revela que disfruta de estudiar en la escuela y, por supuesto, de tocar el violín. A pesar de tener clases de violín solo dos veces por semana, le permitió sumergirse en la música.

A la temprana edad de 5 años, Geraldine comenzó su viaje en el mundo de la música, aunque en ese momento no sabía exactamente lo que quería. Sus padres tomaron la sabia decisión de inscribirla en clases de violín como una manera de canalizar su energía y ayudarla a desarrollar su sensibilidad. Esta elección resultó ser acertada, ya que con el tiempo, Geraldine desarrolló un profundo amor por el violín y una pasión ardiente por superarse a sí misma.

UN CAMINO MUSICAL EN EVOLUCIÓN
Geraldine ha estado estudiando en el Centro Cultural de la Huasteca Potosina durante aproximadamente seis años. Cuando le preguntamos sobre su experiencia en este centro de aprendizaje musical, su rostro se ilumina con entusiasmo. Describe su experiencia como "muy, muy agradable" y "bonita", destacando la diversidad de aprendizajes y los desafíos que ha enfrentado en su camino.

Además de sus clases de violín, Geraldine también ha incursionado en el mundo del huapango y ha participado en talleres de cuerdas, donde ha explorado la música clásica. Recientemente, completó su curso de violín, pero su inquietud por la música sigue viva y ardiente. Aunque aún no ha decidido en qué taller continuará su formación, está emocionada por el futuro y está decidida a seguir mejorando su destreza en el violín.

GABRIELA IBARRA, COMPARTE SU VIAJE
Gabriela Ibarra, la madre de Geraldine, revela los sacrificios y la dedicación que han sido necesarios para respaldar el talento y las aspiraciones de su hija. Cada día comienza temprano para esta familia, a las 05:40 de la mañana, cuando se preparan para el viaje.

Gabriela nos describe un día típico en sus vidas, donde se levantan temprano, preparan el almuerzo y viajan en autobús a la escuela en El Pujal. Luego, esperan hasta la una de la tarde, cuando Geraldine sale de la escuela, para comenzar su viaje a Ciudad Valles. Cuando Geraldine tiene clases de violín, a menudo regresan a casa alrededor de las 7:30 u 8:00 de la noche.

Este esfuerzo sobrehumano es un testimonio del apoyo incondicional de Gabriela y su esposo a los sueños de su hija. A pesar de los desafíos, su dedicación es evidente y ha sido fundamental en el viaje musical de Geraldine.

UN SUEÑO QUE EMPIEZA CON UNA INQUIETUD
Geraldine comenzó su viaje musical a la edad de 5 años, no solo como una pasión, sino como una manera de canalizar su energía y superar su hiperactividad. Según Gabriela, Angelita, un ser especial que ha brindado orientación y apoyo a la familia, sugirió que el violín podría ayudar a sensibilizar a Geraldine debido a su música suave.

Desde entonces, Geraldine ha abrazado su amor por el violín y ha avanzado en su formación musical. Ha participado en el huapango y en talleres de cuerdas, explorando la música clásica. Aunque su camino aún no está completamente trazado, su determinación y pasión la han llevado lejos en su viaje musical.

UN MENSAJE INSPIRADOR PARA LOS NIÑOS
Finalmente, Geraldine comparte un mensaje inspirador para los niños que la escuchan, especialmente aquellos que pueden identificarse con su historia de esfuerzo y perseverancia. Les insta a seguir sus sueños, a creer en sí mismos y a nunca perder la fe. Su historia es un testimonio de que los sueños pueden hacerse realidad cuando uno se esfuerza por alcanzarlos.

En esta conmovedora historia de apoyo familiar, dedicación y perseverancia, Geraldine García Ibarra se convierte en un ejemplo a seguir para la niñez y la juventud de todas partes, demostrando que el camino hacia el éxito comienza con el deseo de alcanzarlo y el apoyo inquebrantable de quienes creen en nosotros.

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