Emsavalles| | Martes, 22 de Abril de 2025| 09:00
El papa Francisco abrazó a San Lorenzo como el club de barrio que tanto amó
El pequeño Jorge de nueve años brincó de emoción con sus zapatos gastados y su pantaloncillo corto. Pegado al radio acabó por dimensionar la proeza de San Lorenzo de ganar el campeonato de 1946 cuando en el último partido derrotaron a Ferrocarril Oeste.
Hasta su barrio de Flores, en Almagro, abrazó a su padre, Mario Bergoglio, contador de profesión y a su madre Regina Sívori, quien le tenía lista la pelota. Cuervo de corazón, Jorge Bergoglio era un vendaval de niño al jugar, ya de grande, lo sería en las entrañas de la Iglesia católica.
Su primera trinidad sin embargo, no fue espiritual, sino más humana, a la que se entregó con ilusión. Era Armando Farro, que había llegado de Banfield, René Pontoni de Newell’s, que unidos a Rinaldo Martino en aquel viejo estadio de El Gasómetro, eran uno mismo, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, los arietes que anotaron 90 goles en 30 partidos y le dieron a San Lorenzo el campeonato de 1946.
"Siempre me gustó jugar al futbol, daba igual que no fuera muy bueno. En Buenos Aires, a los que eran como yo los llamaban pata dura. Algo así como tener dos pies izquierdos. Pero jugaba, a menudo de arquero".
Pudo haber elegido otro camino, porque su padre los fines de semana jugaba baloncesto en el Club San Lorenzo, pero Jorge Bergoglio prefirió ser futbolista. Aunque pronto a su pasión le puso límite un problema pulmonar, por lo que su madre le cuidó sobremanera sin descuidar a sus otros cuatro hermanos. "El futbol seguirá siendo el deporte más bello del mundo", diría ya desde el Vaticano como Pontífice al recordar esos viejos y buenos tiempos.
Su abuela Rosa, "la mujer que más influencia tuvo en mi vida", reconoció en algún momento, le empujó a los 20 años al Seminario de Villa Devoto. Entonces, Farro, Pontoni y Martino quedaron en esa vieja fotografía arrugada que se archivó entre sus papeles personales para empezar el camino del sacerdocio.
Nunca sacó de su mente de todas formas a San Lorenzo, el equipo de su vida por ser del barrio, el que heredó de su padre y en el que estuvo siempre al día con su carnet de socio.
La 88235N-0 será especial para este club como la Copa Libertadores que le entregaron como estrella de la buena suerte un año después de que Bergoglio fuera Francisco.
En 2014 San Lorenzo venció a Nacional de Paraguay con Edgardo Patón Bauza de técnico quien lo abrazó, no como el Coco Alfio Basile quien en 1998 lo mandó sacar del vestidor.
"Le pregunté al presidente que quién era ese cura. Me dijo que cada 15 días visitaba a los jugadores. Le pedí entonces que lo sacará, que había traído la mala suerte, por algo no ganaban", confesó.
Tiempo después le preguntaron si sabia que ése cura al que mandó sacar era el Papa y sorprendido dijo que no lo recordaba como tal.
Con Alfio Basile, San Lorenzo no ganó nada, con el Papa, sí.
emsavalles© 2006 - 2025 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos sin previa autorización.
Emsavalles Publicidad, Escontría, 216-A, Zona Centro, Ciudad Valles, S.L.P. Tel:481-382-33-27 y 481-381-72-86. emsavalles@hotmail.com. contabilidad@emsavalles.com
No. de Certificado de Reserva Otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2021-071615041800-203