Semana del 01 de Diciembre al 07 de Diciembre de 2018

El Padre Xavier, Alcalde sin cargo y Obispo sin mitra

El Padre Xavier, Alcalde sin cargo y Obispo sin mitra

En el marco del inicio de la exposición de fotografías, pinturas y artículos personales del Padre Xavier Enrique Guerrero Briones, la maestra María del Carmen López Cárdenas lo recuerda como forjador de familias enteras, además de Alcalde sin cargo y Obispo sin mitra, por las obras que encabezó y la administración que hizo de todas las parroquias de la Huasteca Potosina.

Refiere que el Padre Xavier forjó a su padre Fructuoso López Sánchez, luego de quedar huérfano muy chico con todos los avatares del caso, el día de ayer con todos sus bemoles, que eran inquietudes, tentaciones, muchas cosas, tuvo el tino de orientarlo en todos los aspectos, en el intelectual.

“Porque fíjate, yo te puedo decir que mi padre no llegó más que a terminar el segundo año de primaria, y quien lo acercó a la lectura, que es la base de gran parte del crecimiento intelectual, fue él, le proporcionaba libros y le encargaba tareas, de tal forma que lo fue introduciendo y poco a poco acercando”, comenta.

“De tal forma que lo enseñó a ser un buen administrador, un hombre espiritual, y mi padre afirmaba lo siguiente: ‘me enseñó a amar a Dios, a amar a la patria y amar al hombre, y con estas tres cosas triunfé’, y realmente pues así fue”, agrega.

Destaca que de ella y todos sus hermanos, fue padrino el Padre Xavier, quien incluso les ponía los nombres, “a mi hermano mayor, Xavier Salvador, Esteban porque nació el día de San Esteban, un gran mártir de la iglesia… y mi papá había nacido el día de San Fructuoso, y a todos nosotros tuvo ese gran tino, y cosa que yo lo agradezco, de encauzarnos nuestra vida”.

Y por el impacto que tuvieron sus obras y acciones, la maestra López Cárdenas lo describe como “presidente municipal sin un despacho, sin marco jurídico, el rey sin corona, el obispo sin mitra, el abogado sin título, el arquitecto sin título, porque realmente no fue nada más eso, pues mi padre decía que sí era su padre, porque lo forjó en todos los sentidos”.

Pero también estuvieron muy apegados a él Rafael Castro Torres, las familias Esper y González, y agrega que comentaba con Alberto Enríquez, que es una eminencia intelectual, que si se hubiera hecho un Récord Guinness de ahijados, él la hubiera ganado, porque los tenía por doquier, de todos los estratos sociales, y los ubicaba a todos en el justo lugar en el que tenía cada uno que estar.

Precisamente rememoró que cuando estaba en México, él dijo ya era tiempo que se regresara, pero ella no se quería venir, porque era a época de los hippies, del rock, de Avándaro y todo eso, pero después reflexionó que por eso la trajeron para trabajar, pues él tenía un tino para llegarle a uno, los ponía a trabajar y trabajando se les olvidaban muchas cosas.

“Entonces realmente fue un hombre que llegó a todos lados, mira si decimos que fue un obispo sin mitra, antes de que llegara aquí el primer obispo, don Carlos Quintero, pues él era el que administraba todas las parroquias de la Huasteca Potosina, con excepción de Tamazunchale y Xilitla que pertenecían a la Diócesis de Huejutla, pero aún con ellos tenía muchísima presencia”, señala.

De esas travesías que hacía a diversos lugares a lomo de mula, atravesando los ríos, lloviendo y enlodado, recuerda una anécdota: una vez en Axtla había langostas que estaban acabando con todos los maizales, una plaga que era imposible de erradicar, pero el sacerdote que estaba allá le pidió que hiciera oración, y él quiso llevar además agua bendita, y le confesó “mira ahijadita, nos pusimos en oración toda la noche y muy de madrugada salimos a echar agua bendita y rece y rece, nuestro señor obró y era el tiradero de langostas por todos lados”.

Considera que las obras y acciones del Padre Xavier son muchas, y que esa fue la razón por la que se tomó la decisión de montar la exposición, que estará vigente hasta el 7 de diciembre, su aniversario luctuoso, en Prolongación Porfirio Díaz, a un lado del Rastro Municipal.

En la exposición hay arte sacro; la primera casulla que usó en una misa de difuntos, sin mangas, por supuesto raída ya; estolas; un incensario que usaba; un acetre, y algunas cosas que prestó la Parroquia, otras Carmelita Guerrero, su sobrina, y el primer sacerdote que se ordenó ya en la Diócesis de Ciudad Valles, el padre Manuel Chávez, y muchas otras cosas.

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