Viernes, 19 de Abril de 2024
CIUDAD VALLES, S.L.P.
DIRECTOR GENERAL.
SAMUEL ROA BOTELLO
Semana del 27 de Abril al 03 de Mayo de 2018

Diego Olivares, un ejemplo de lucha ante la adversidad

Diego Olivares, un ejemplo de lucha ante la adversidad



De casi perder la vida en un accidente, se ha convertido en un joven emprendedor
Impulsó “El Parqueadero”, un concepto innovador que genera empleos en Valles

La vida transcurría normal para Diego Olivares Salazar, un joven originario de Ciudad Valles que estudiaba una carrera en la ciudad de San Luis Potosí, pero ésta le tenía preparada una difícil experiencia, de la que no obstante tendría la oportunidad de elegir entre amargarse justificándose en el negro destino, o resurgir para abrirse paso ante las dificultades y dar la batalla para salir adelante.

Apenas saliendo de secundaria, dejó este municipio para estudiar en otros lares la preparatoria, posteriormente ingresó al Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey Campus San Luis, en donde estudiaba la carrera de Finanzas, y en las vacaciones de cada año venía a la localidad y trabajaba con sus padres Tomás Olivares y Raquel Salazar durante los días de la feria.

Corría el año de 2010, cuando un día en compañía de sus amigos salía de un partido de futbol en el estadio de la Capital y sufrió un accidente, la camioneta en la que viajaban volcó y dio varias volteretas en el Periférico de aquella ciudad; “iba con unos cuates, de copiloto, y la verdad íbamos tomados, enfiestados, tuve una fractura en las cervicales, que dañó la médula ósea y el sistema nervioso, por lo cual no podía caminar”, confiesa.

“Era una tarde normal que sales con tus amigos, pasa un accidente, algo que yo ni siquiera conocía, yo no sabía que eso te podía pasar, y pues de repente de un día para otro la vida cambia, pero no sé, lo mejor que me pasó, fue que lo primero fue como agradecer que no me morí, porque el accidente sí realmente estuvo grave… yo llevaba el cinturón, si no me hubiera muerto”, recuerda.

Tras haber librado la muerte, como él dice, fue casi un año de estar en hospitales, en rehabilitación, con la ayuda de sus papás y de sus hermanos, y después de operarse en San Luis Potosí se trasladó a la Ciudad de México para recibir una mejor atención, en el Nacional de Rehabilitaciones, y cuando salió su familia lo convenció que estudiara Derecho y Finanzas en el Tec Campus Ciudad de México, que estaba a tres cuadras del nosocomio.

Y es que está consciente que luego del accidente y del tiempo de rehabilitación, sólo había dos alternativas: amargarse por lo que le había sucedido, o transformar ese episodio en una experiencia de vida para salir adelante.

“Tenía 23 años, pero realmente no fue un proceso, te despiertas y dices ¡ah la madre!, casi me muero, y ya te toca desde el primer día de la operación recibir visitas, primero no podía mover del cuello para abajo, y a empezar con terapia, todo ese año fue cada día algo nuevo, entonces no te da tiempo de ponerte a pensar y agüitarte, tienes que seguir… y lo bueno es que al principio todos los días vas mejorando, y así fue, ya después ya se me hizo normal, a todo te acostumbras”, comenta.

Superado ese proceso le vinieron ideas de iniciar algunas actividades productiva, gracias a que, afirma, en el Tec de Monterrey todo el día les están proponiendo que emprendan, que creen su propio trabajo, les inculcan una cultura de no salir a buscar trabajo sino salir a crearlo y generar empleos también, no hacerse rico, pero generar su propio trabajo donde no tengan que responderle a nadie más.

Esa fase para él empieza durante el último semestre que estuve estudiando, cuando con un amigo de San Luis, compran un camión viejo de Bimbo y lo empiezan a restaurar poco a poco, despacito, lo hicieron “full truck”, y lo ponían primero afuera de un terreno donde él vivía, hasta que los corrieron, y el problema fue que allá estaban bien difícil los permisos en ese entonces, porque no había ningún marco jurídico en el que entrara los “full truck”.

Entonces decide venir a Valles, en donde podría haber un terreno y empezó a buscarlo, para su fortuna encontró uno de la familia, se los rentó a unas tías, pero estaba abandonado, de hecho ahí había maquinaria y coches viejos, que hubo que sacar, y con un primo comenzó, instalando el camión y arreglando el lugar, y así poco a poco se fue generando el espacio.

“Y dijimos, el espacio está bien padre, no como para quedarnos con un camioncito, por qué no invitamos gente, entonces la idea original era hacer como un lugar donde nosotros pudiéramos parquear el camión, por eso se llama El Parqueadero, y que más gente llegara con otro tipo de comida y así hubiera una oferta para todos, de que si traes ganas de una raspa, vas ahí, de que si traes ganas de tacos, vas ahí”, expresa.

Empezaron con un menú de alitas y tacos, eran como dos restaurantes separados, pero no sabía a quién invitar porque como había salido muy joven de aquí, no conocía mucha gente, salvo cinco o seis amigos de cuando estuvo en la secundaria, por esa razón deciden aventarse solos y hacer ya más un tipo restaurante.

Pero después su primo continúa con otro trabajo y se queda solo este año, por ese motivo cerró por alrededor de tres meses, tiempo que aprovechó para darle una buena remodelada al lugar, una pintada, y le echó la mano el pintor Héctor Domínguez, para hacer un espacio muy adecuado, y resultó impresionante ver cómo hacía su trabajo, y así despacio se fueron dando las cosas.

Hoy nuevamente “El Parqueadero” está abierto y tiene seis empleados, y se ha convertido en un lugar de jóvenes que buscan un lugar de esparcimiento sano, y a Diego lo que más le gusta es que trabaja con gente más o menos de su edad, o sea casi todos son jóvenes, todos están aprendiendo sobre la marcha, y aunque ahorita ya no se siente, pero ya van a ser casi dos años de empezó con el proyecto.

“En mayo van a ser dos años, entonces sí hemos ido aprendiendo bastante, y lo de generar empleo aparte de que sí me causa mucha alegría, es una gran responsabilidad también, porque hay que empezar a generar empleo bueno, que tengan prestaciones de ley, que tengan todo”, destaca.

A Diego Olivares le tocó llegar cuando apenas había dos o tres personas dedicadas al mismo concepto de negocio, y lo curioso es que todas de su misma edad, “y no sé por qué, como que a nuestra generación nos entró la necesidad de que no hay lugares para ir a relajarte, a echarte una cheve, a ver un partido, o sea a mí me llegó a pasar aquí en vacaciones, de que quería ir a ver un partido y no había a dónde ir”.

“Entonces sí entiendes que es por la economía de la ciudad, que fue por la inseguridad que todos los lugares que había se cerraron, y a nuestra generación le tocó la calle vacía, entonces yo creo que nos nació esa urgencia de volver a revivir esto”, relata.

Diego Olivares se ha convertido hoy en un joven emprendedor, que está generando fuentes de empleo, pero que estuvo en riesgo de perder la vida y que pese a las consecuencias del accidente, no se limitó a abandonarse en lamentos y resignaciones, sino que de esa experiencia, sacó fuerzas para forjar su carácter, para luchar y para salir adelante, y convertirse en una historia de superación y éxito.

facebook. emsavalles Noticias Publicidad
twitter. @emsavalles
sitio web. emsavalles.com
e-mail. emsavalles@hotmail.com

 


emsavalles© 2006 - 2024 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos sin previa autorización.
Emsavalles Publicidad, Escontría, 216-A, Zona Centro, Ciudad Valles, S.L.P. Tel:481-382-33-27 y 481-381-72-86. emsavalles@hotmail.com. contabilidad@emsavalles.com
No. de Certificado de Reserva Otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2021-071615041800-203 04-2022-080212185100-30.