Miércoles, 24 de Abril de 2024
CIUDAD VALLES, S.L.P.
DIRECTOR GENERAL.
SAMUEL ROA BOTELLO
Semana del 13 de Octubre al 19 de Octubre de 2017

Pascual Oyarvide Sánchez “En la vida es mejor ser Cabron, que ser pendejo”

Pascual Oyarvide Sánchez “En la vida es mejor ser Cabron, que ser pendejo”

Samuel Roa Botello



Referente de la Huasteca Oyarvide Sánchez, reconoce que desde cero, ha consolidado una empresa líder en la información. Contribuye además al desarrollo económico, al generar cientos de fuentes de empleo. Hoy con el relevo generacional de sus hijos Emmanuel, Alberto y Arturo se declaran listos para escribir una nueva etapa

Detrás de los 42 años de trabajo diario del periódico El Mañana –que se dicen fácil-, está el esfuerzo constante, incesante de un muchacho que llegó de un rancho casi descalzo y, que aquel 5 de octubre de 1975, decidió junto a sus hermanos emprender un proyecto que con el paso del tiempo se ha consolidado, convirtiéndose en un medio de comunicación que es un referente social y económico no sólo en la región y el estado sino en el país.

Es Pascual Oyarvide Sánchez, quien durante más de cuatro décadas ha enfrentado de todo, incluso hoy enfrenta una situación difícil, la cual afirma habrá de superar, como lo ha hecho antes en otras condiciones. Pero al paso del tiempo está consciente de lo que ha logrado, y considera que si tuviera a sus padres, don Pascual y doña Asunción, en este momento le dirían: “Ése es mi hijote”.

Sin temor a equivocarse y como dijera el decano empresario Don Adán Larraga González, para el editor del medio con más antigüedad en la Huasteca Potosina, es mejor ser “Cabron, que ser pendejo”.

“ESTOY CONTENTO, PERO NO SATISFECHO…”
En entrevista con emsavalles.com, habla de lo que ha logrado en todos estos años: “Bueno estoy contento, pero no satisfecho, porque nunca dejamos de crecer y siempre hay proyectos, programas y actividades que se quedan en el tintero, y tratamos de analizarlo; actualmente muchas empresas atraviesan por crisis económicas, morales, sociales, y en El Mañana hemos procurado salir adelante a pesar de todo”.

Recuerda lo que fue el inicio, aquel primer tiraje. “Lo recuerdo perfectamente, después de casi un año de ensayos, porque llegamos en el ’74 a instalarnos e hicimos muchos números cero, tratamos de perfeccionar hasta que dijimos ‘esta es la fecha’”. Y aclara que la fecha no se buscó por algo en especial, “no, el tiempo lo marcó, estuvimos listos desde el 4, ese día hicimos el último número cero, lo regalamos y ya fue la prueba definitiva, y salimos al día siguiente”.

Tras tomar la decisión de ser periodista e iniciar la empresa, hoy a 42 años de distancia admite que no veía así a El Mañana. “Lo imaginaba mejor, lo he imaginado más arriba”, pero ha pasado por muchas etapas difíciles.

Los comienzos no son fáciles y eso lo vivió en carne propia. “Sí. La inexperiencia te hace cometer errores, pero aprendes de los errores, entonces es muy diferente hace 42 años a ahora, actualmente tengo la experiencia y conozco más de las cosas, y en aquel entonces iba como tractor para adelante”.

Sobre cómo se fue dando el proyecto, considera algo básico: “Bueno, yo soy el periodista, yo soy el que dirige, yo soy el que escribe, y se fue dando casi solo, con buenos administradores, cuidando los gastos y, sobre todo, invirtiendo en Valles, aquí mismo, dándole empleo a la gente de aquí, porque muchas empresas traen gente de fuera”.

LO FASCINANTE DEL OLOR A TINTA
No llega al grado de considerar que el periodismo sea para él un don de Dios, “pues fue mi primer trabajo y el único, desde la preparatoria empecé, hace cincuenta años, y me gustó. ¿Es una droga?, se le pregunta. “Sí, obviamente que es una droga, no puedes dejar de escribir todos los días, el día que no escribes sientes que te falta algo”, responde.

Algo que llama la atención a quienes se han dedicado al periodismo durante muchos años, es sin duda el área de impresión, principalmente la rotativa, con ese olor a tinta al que hace alusión en su libro García Valseca. “Es la misma tinta que se usaba hace cuarenta y tantos años, te gusta, necesita gustarte, necesitas sentirlo, necesita ser tu amor, tu primero o tu segundo amor, de lo contrario ni te metas, porque vas a pasar muchos problemas, de todo tipo, familiares, sociales, políticos, el periodista es como un juez, siempre va a quedar mal con una parte”, refiere.

Pascual Oyarvide rememora desde los inicios su trabajo y lo que a lo largo de los años ha conseguido, y considera que “antes que nada, Valles ha sido muy generoso, y lo único que puedo decir es: gracias, gracias por la preferencia, gracias por estar con nosotros día a día, y gracias por buscarnos, porque nosotros le ofrecemos a Valles lo mejor que tenemos, lo mejor que podemos hacer, que posiblemente no sea lo mejor de lo que es, pero nosotros lo hacemos con toda la voluntad, procuramos que la calidad siempre sea superior cada día”.

Justo en este momento de la entrevista entra una llamada de su amigo y compadre Don Arturo Esper Bujaidar, quien señala que Pascual Oyarvide es su amigo “de toda la vida, habló nomás para felicitarlo y decirle que no creo en las casualidades, que yo que lo conozco de toda la vida, he visto el esfuerzo, la constancia y el trabajo que le ha dedicado a su labor periodística, no me queda compadre, más que mandarte un abrazo y felicitarte”.

Y sobre cómo lo ve ahora en comparación con aquel que llegó joven de Tancanhuitz, afirma: “es el mismo de siempre, con la mira puesta en alto”.

“Gracias compadre, yo a ti te aprendí mucho, todos mis amigos en aquel entonces eran personas más grandes que yo y aprendí mucho de la experiencia de mi compadre Arturo, de Chucho, de Poncho, de todos ellos, fueron un referente en mi vida, realmente de mi compadre Arturo qué puedo decir, todos los días nos íbamos al rancho y le aprendía cosas que no sabía, y que me han servido de mucho a lo largo de la vida. Gracias compadre, por ser mi amigo”, agradece Pascual Oyarvide.

Concluida la llamada, reflexiona el periodista: “Yo tuve puros amigos Arturo, como Arturo Esper, Arturo Gámez, Arturo Fuentes, casi todos mis mejores amigos se llaman Arturo, y en honor a ellos le puse Arturo a mi hijo”.

Y aunque se considera un eterno enamorado del periodismo y que nunca se lo podrá sacar del alma, del corazón ni la sangre, está consciente que el tiempo avanza y cobra factura, de modo que ya se viene dando el relevo generacional con sus hijos Emmanuel, Arturo y Alberto, que ya son parte de la empresa en las áreas de administración general y editorial, información y diseño, respectivamente.

EL RELEVO GENERACIONAL: EMMANUEL, ALBERTO Y ARTURO
El mayor de ellos, Emmanuel Oyarvide expresa “de mi papá ya no hay mucho qué decir, él ya lo ha demostrado con el trabajo que ha hecho, las ganas que le pone, el tipo de periodismo que ha implementado aquí en la región, que es conocido, y El Mañana es un referente no sólo regional, es un referente estatal, el impacto que tiene, lo que se publica es gracias a la visión que tiene, él sabe lo que tiene, sabe lo que le costó y tiene el amor sobre todo puesto al periodismo, a la empresa, a sus empleados, a su familia, pero en todo un poquito, porque no puede estar al cien por ciento en todas las partes”.

Sabe también que “es muy difícil, ocupa mucho tiempo esta labor, pero nada más me queda ver cómo él ha manejado esto y tratar de que mejore, con el apoyo de mis hermanos, estando juntos, cada quien tiene una labor asignada dentro de la empresa, cada quien tiene especialidad en ciertas áreas, pero todos tenemos que saber de todo, si no estoy yo, está Alberto, si no está Alberto está Arturo, pero esto tiene que seguir, y la labor que se ha hecho, la gente la ve día con día, mi papá siempre dice que esto es como un bebé, que todos los días nace, y el consejo que siempre nos da es trabajar, trabajar y trabajar, todo lo ha logrado trabajando”.

Para el más joven, Alberto Oyarvide “siempre que se empieza una empresa, así es, se sacrifica un poco a la familia, pero así ha sido siempre, ya que estamos más grandes, nos damos cuenta que tenemos que rodearnos de colaboradores y delegar un poquito más, ahorita ya se puede hacer, porque el periódico absorbe mucho tiempo y eso quita un poco la salud, y sí a veces nos sentimos un poco presionados para mantener el nivel del periódico, que no bajé, porque para él es muy importante, para nosotros también pero sobre todo para él, porque él lo hizo desde cero, es su bebé”.

“Por lo menos hay que mantener el mismo nivel, pero también hacerlo crecer, que venda más, que esté mejor hecho, que tenga más contenidos, pero tenemos la responsabilidad de mantener el nivel para darle tranquilidad a mi papá”, agrega.

A Emmanuel, a quien le ha tocado enfrentar las etapas más difíciles de crecimiento, considera que si a alguien hay que preguntarle si ha valido la pena el esfuerzo diario, es a su papá, “aunque él nunca está conforme y así debe ser en la vida, siempre hay que ir buscando más en el buen sentido de la palabra, pero así como él dice y decimos nosotros: gracias al pueblo de Valles, a la Huasteca porque nos ha preferido, así le doy gracias a él por el empeño que ha puesto en todos los ámbitos, trabajo, familia y por el ejemplo”.

Insiste en que el jefe es un ejemplo, porque “él no tiene días de descanso, no tiene vacaciones, así esté enfermo ahí está trabajando, para que a mi papá lo tumben, es porque está amarrado en la cama y no lo dejan salir, porque si por él fuera, estaría trabajando y ahora es el claro ejemplo, con su tratamiento tiene que descansar más, pero ahí lo ves, es la pasión que trae por estar trabajando lo que le mantiene el ánimo y la salud, y lo que le puedo decir es gracias, por el ejemplo de dedicación”.

Y no elude responsabilidad, al advertir que “el relevo generacional tarde o temprano se va a dar, y yo tengo que estar bien para mis hijos, para ser ejemplo para ellos, para que sepan qué tipo de persona fui”.

“MI PADRE ES UN HOMBRE ACOSTUMBRADO A VENCER LA ADVERSIDAD”
Para Alberto, ser hijo de Pascual Oyarvide “no es fácil, hay cosas de las que uno se priva, que sabe que no puede o no debe hacer, uno acepta lo que tiene, no podemos quejaros de la vida, por lo que tenemos y no tenemos, debemos seguir adelante y trabajar, tenemos que avanzar y no lamentarnos, porque reflexionando: uno se queja de su vida, pero ve la de otras personas, que no tienen qué comer ni qué vestir ni nada de eso, cierras los ojos y dices lo que me pasa no es nada en comparación”.

“Pero también hay cosas buenas, a veces oportunidades que se te dan porque te dicen ‘eres hijo de Pascual, es mi amigo, te voy a ayudar’, pero así es la vida, no todo es cien por ciento bueno ni cien por ciento malo, depende cómo la tomes y qué hagas”, afirma.

Entra ahora la llamada de la Presidenta Municipal de Aquismón, Yolanda Josefina Cepeda Echavarría, para felicitarlo públicamente “por ese gran esfuerzo, por ese compromiso que tiene con la sociedad Huasteca y potosina, a nombre del gobierno municipal que me honro en presidir, me siento muy orgullosa de leerlo todos los días, de que soy fanática de su Glosario, que estoy sumamente agradecida por el periodismo que nos ofrece día a día, que deseo con el alma y la vida que Dios lo conserve muchos años más, a él, a sus hijos, a su empresa, que sé que ha dejado beneficios a muchas familias, que de ahí han sacado carreras sus hijos, una empresa muy importante hoy en día”.

“Los que sabemos la historia de Pascual, sabemos que es un hombre comprometido, sensible, que ama lo que hace, me sumo como una persona más, orgullosa de lo que ha hecho por el periodismo en la Huasteca Potosina”, termina.

Ahora es su hermano René Oyarvide Sánchez quien le llama, para expresarle “es un orgullo, iniciamos los tres hermanos, pero cuando nos separamos por razones de negocios él se quedó con el periódico, y lo sacó adelante y triunfó, que eso poco se ve cuando pasa una separación, pero él conocía el negocio y nosotros estuvimos apoyándolo, son 42 años y no cualquier empresario logra hacer eso”.

“Nuestra infancia fue de nómadas, por un problema familiar fue que nos separamos, pero él y yo hemos estado más juntos en esto, entonces hemos convivido mucho y yo lo admiro como empresario, como él dice: ¿qué se necesita para triunfar? Son tres cosas nada más: trabajo, trabajo y más trabajo”, finaliza.

“MIS HIJOS ESTAN REVOLUCIONANDO EL CONCEPTO EDITORIAL Y OPERATIVO”
Pascual vuelve a la entrevista y destaca “realmente nosotros somos la generación anterior, digamos un poco más vieja, y gracias a ellos (sus hijos) los cambios tecnológicos se han dado en el periódico, El Mañana se ha distinguido porque siempre ha estado a la vanguardia en cuanto a tecnología, y ellos están más inmersos en eso, en nuevos equipos, aparatos y programas, el 90 por ciento del crecimiento en ese sentido, es por ellos, y eso es un apoyo muy fuerte”.

Con la generación de más de 300 empleos directos y proyectos en puerta, El Mañana se ha consolidado por el esfuerzo y, él considera que “debe haber más personas que amen lo que hacen, si tú amas lo que haces, obviamente que te va a salir mejor, la situación de hace veinte años para acá cambió radicalmente, el periodismo en México es uno de los oficios más peligrosos, creo que más que policías, porque nuestra única arma es la pluma”.

No evade el tema de su condición física actual, sobre su batalla contra el Cáncer que lo aqueja, y refiere que “realmente es una prueba difícil, yo siento que Dios me ha puesto en este camino y la fe te saca adelante, no me estoy muriendo ni me voy a morir de esto ni voy a estar entubado, no lo he estado nunca, estoy en tratamiento y sigo mi vida casi normal, poquito menos trabajo, pero estoy en muy buen estado de salud”, refiere.

Y añade: “Hay rumores y los malos rumores crecen como vapor, no crean todo lo que oigan, muchas cosas se han dicho de Pascual Oyarvide y el tiempo se ha encargado de demostrar que no son ciertas, todo ha sido envidias, porque aquí lo que más se persigue es el éxito, y mucha gente no puede aceptar, bueno no mucha, porque no es tanta, que un muchachito venido de un rancho casi descalzo, haya logrado lo que he logrado sin el apoyo de nadie más que de mi familia”.

Y sobre los proyectos en puerta, son sus hijos los que están encargados de ellos, y al respecto Emmanuel precisa que se tratan de nuevas instalaciones, ampliar los medios digitales, nuevas plataformas, más dinámicas, más creativas, adaptándolas a los tiempos que se está viniendo, como El Mañana siempre lo ha hecho, “tenemos una nueva forma interna de hacer contenidos, estamos a punto de lanzar una plataforma que va a facilitar la integración digital impresa, la gran carrera para fomentar la vida saludable del domingo fue otro”.

Alberto comenta el proyecto de mudar la empresa al parque industrial, pero pide a las autoridades “que le pongan un poquito más de atención a la zona industrial, porque se escuchaban rumores de que no había drenaje ni servicios, que no había nada y por eso no se venían empresas acá a Valles, pero el periódico siempre he escuchado que es la empresa que tiene más empleados en toda la ciudad, las veces que hemos cambiado la nómina, los bancos se pelean por ella, porque es la que tiene más empleos”.

Termina Pascual Oyarvide con su percepción sobre algunos trabajadores y personajes que han sido claves en los 42 años del periódico El Mañana de Valles.

Voceadores
“Los voceadores son la parte más sensible de la cadena de producción, realmente los voceadores no son empleados, son comisionistas, pero son también mis amigos, los conozco a todos, de nombre, he apoyado a muchos, dicen que si haces una obra y la cuentas no tiene validez, pero ellos saben que pueden contar con la empresa y se lo hemos demostrado muchas veces, en enfermedades, en accidentes, en muchas de las carencias que tienen”.

Ernesto Escárcega Savignon
“Realmente don Ernesto fue mi segundo padre, una persona que llegó a la empresa ya con bastantes años encima, nadie le quiso dar trabajo en Valles y llegó conmigo, ‘véngase para acá’, un contador de 75 años, jubilado y con mucha experiencia es lo que necesitábamos, y realmente a pesar de ser chilango, era un elemento muy honrado, muy trabajador, que cuidaba a la empresa como si fuera suya, y me aconsejaba como padre, me decía ‘esto sí, esto no’, fue un elemento que realmente se extraña mucho”.

Jaime Oyarvide Sánchez
“Don Jaime, quién sabe dónde ande, debe andar por ahí haciendo sus travesuras; creo que lo expulsaron de allá abajo-el infierno-, porque no lo aguantaban. No, mi hermano compartía conmigo todos los días, por más de treinta años y realmente pues también se le extraña”.

Dios
“Que aumente mi fe, que me dé salud, y sobre todo agradecerle lo bondadoso que ha sido conmigo, muchas veces sin merecerlo”.

Hijos
“Que los quiero mucho, son la parte fundamental y sensible de todo este negocio, que son la generación que está empujando el cambio, son los que ya tienen gran control de la empresa, y que traten de ser cada día mejor, como yo lo haría”.

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