Semana del 01 de Septiembre al 07 de Septiembre de 2016

Una humilde petición a Dios

Una humilde petición a Dios

Rodolfo del Ángel del Ángel

Señor, guárdame de la impaciencia de querer las cosas a mi modo, guárdame también de la pretensión de creerme suficientemente sabio como para pretender saber qué es lo que me conviene. Ciertamente hay mucha insatisfacción en mi vida pues voy buscando afanosamente lo que deseo y no deseando lo que tengo.

Tú me has rodeado de bendiciones y de oportunidades, las bendiciones son para gozarlas, valorarlas y agradecerlas, las oportunidades son para procurarlas, para que la vida tenga su impulso procurando aquello que es verdaderamente bueno y deseable.

Qué monótona sería la vida si ya no fuera necesario esforzarse para alcanzar, para lograr, para luchar por lo que vale la pena. Así es que gracias por aquello que me has dado como promesa y aún no he obtenido. Eso es lo que me mantiene activo, constante, alerta, experimentando la gracia de estar vivo.

Pero ayúdame, Señor, a no desesperar, a no sentir que las búsquedas insatisfechas, que las ambiciones no logradas, me impiden ser feliz y agradecido contigo. Que pueda aprender que la búsqueda y el anhelo nos enseñan a perseverar en un camino, y en ello hay aprendizaje.

Aprendemos que hay cosas que se nos han concedido sin buscarlas y sin merecerlas, porque tú eres bueno con tus hijos.

Aprendemos que para querer y lograr lo que es verdaderamente valioso tenemos que procurar, perseverar, insistir, y que en ellos hay ya una ganancia ¡Estamos vivos y en la jugada!

Aprendemos que nos has dado dones, capacidades, inteligencia, anhelos para procurar la vida y esa es la gloria de ser hombres, no robots automatizados, preestablecidos, sin conciencia ni sentimientos.

Aprendemos que la vida está hecha de decisiones y de búsquedas y que si nos dedicamos a vivirla con intensidad, no siempre obtendremos todo tal y como las deseamos, pero si descubriremos en el proceso que tú tienes cosas mejores, más valiosas y deseables de las que andamos procurando.

Aprenderemos que somos responsables por nuestras decisiones. Hay elecciones en la vida que nos corresponden, son intransferibles. Si elegimos con valor y responsabilidad cosecharemos el fruto de la satisfacción y el logro, y si nos equivocamos tendremos tenemos la oportunidad de aprender que no todo está perdido. Siempre hay nuevas posibilidades, nuevos horizontes de esperanza, nuevos caminos que recorrer. La gloria de ser hombres no consiste en acertar siempre, sino saber que el fracaso es parte del camino, parte de la experiencia, parte inseparable del proceso de crecer.

En realidad el fracaso, Señor, es la manera tan especial y sabia como nos muestras que tienes mejores alternativas para nosotros.

Por eso te pido, humildemente que me enseñes a ser paciente, a no desesperar cuando las cosas vayan mal, y diligente y decidido para seguir insistiendo hasta alcanzar las bendiciones que tú ya tienes reservadas para mí.

Que mi oración sea siempre: "Hágase tu voluntad y no la mía" AMÉN.