Lo que está en juego no es solo el comercio exterior, sino el bienestar de millones de trabajadores y la estabilidad de regiones enteras.
El anuncio de nuevas políticas comerciales por parte de Donald Trump ha encendido las alarmas en México, y en particular en San Luis Potosí, una región cuya economía depende en gran medida de la industria manufacturera y automotriz. Con la posible imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas, las consecuencias pueden ser devastadoras para una entidad cuya zona industrial representa el motor económico del estado.
UNA AMENAZA PARA LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ
El sector automotriz es, sin duda, el más vulnerable ante estas políticas proteccionistas. En San Luis Potosí operan grandes armadoras como General Motors y BMW, cuya producción está fuertemente orientada a la exportación. La región ha experimentado un crecimiento acelerado gracias al desarrollo del "clúster automotriz", el cual ha generado miles de empleos directos e indirectos. Sin embargo, si los aranceles se mantienen y las condiciones fiscales en Estados Unidos se vuelven más atractivas, las empresas podrían considerar la reubicación de sus operaciones, dejando un vacío económico en la entidad.
Para que estas compañías opten por permanecer en México, sería necesario que el gobierno federal implemente medidas como reducciones en el Impuesto Sobre la Renta (ISR) o incentivos fiscales que amortigüen el impacto de los aranceles. No obstante, el estado actual de las finanzas públicas hace que esta alternativa sea poco viable, lo que deja a la economía de San Luis Potosí en una posición sumamente vulnerable.
LA ESTRATEGIA DE TRUMP Y EL ERROR DE CÁLCULO DE MÉXICO
Las políticas de Trump no responden meramente a un tema de equilibrio comercial. Más allá de la narrativa proteccionista, el trasfondo de estas medidas es una estrategia geopolítica para debilitar el "nearshoring" en México y reducir la influencia de China en la economía estadounidense. Las restricciones a las exportaciones mexicanas buscan cerrar la puerta a productos asiáticos que utilizan el territorio mexicano como trampolín hacia el mercado de Estados Unidos.
El problema es que México no ha reaccionado con la rapidez y contundencia necesarias. El gobierno mexicano subestimó la determinación de Trump, asumiendo que sus amenazas serían solo retórica de campaña. Ahora, cuando las medidas ya están en marcha, las opciones de negociación se reducen considerablemente.
UNA NEGOCIACIÓN EN DESVENTAJA
El gobierno mexicano enfrenta una difícil situación de cara a la renegociación del T-MEC en 2026. Los mejores negociadores del país no están siendo convocados, y el tiempo para diseñar una estrategia sólida se agota. El contexto económico y político de Estados Unidos es incierto, pero lo que sí es claro es que Trump es un negociador implacable. Su estilo de presión extrema, documentado en su libro "The Art of the Deal", se basa en llevar a sus oponentes al límite para luego forzarlos a ceder en sus términos.
Si México no define una postura firme y proactiva, la economía de estados como San Luis Potosí podría enfrentar un declive severo. La estrategia no puede limitarse a una actitud reactiva o a discursos de soberanía nacional; se requiere un enfoque pragmático que asegure la estabilidad económica y comercial del país.
EL SURGIMIENTO DEL TRUMPISMO COMO IDEOLOGÍA GLOBAL
Uno de los aspectos más preocupantes del contexto actual es la consolidación del Trumpismo como una corriente ideológica que está reconfigurando la política mundial. Esta corriente trasciende las fronteras de Estados Unidos y está influyendo en la toma de decisiones de otros gobiernos. La dicotomía tradicional entre izquierda y derecha se diluye frente a una nueva polarización basada en el nacionalismo económico y la protección de los intereses nacionales por encima de los acuerdos multilaterales.
El problema para México es que la transformación de su relación con Estados Unidos no obedece sólo a políticas comerciales, sino que también responde a cuestiones de seguridad nacional. El hecho de que México haya pasado de ser un socio comercial estratégico a un elemento de preocupación para la seguridad estadounidense limita el margen de acción en las negociaciones futuras.
REFLEXIONES FINALES
San Luis Potosí y la región centro-bajío han sido pilares fundamentales en el desarrollo económico de México en las últimas dos décadas. Sin embargo, el panorama actual presenta un desafío sin precedentes. Si el gobierno mexicano no actúa con rapidez y estrategia, la región podría sufrir un impacto devastador en su economía.
El tiempo para reaccionar es ahora. La negociación del T-MEC en 2026 no debe tomarse a la ligera, y es fundamental contar con expertos en comercio internacional que entiendan la dinámica política y económica de Estados Unidos. Apostar por una estrategia pasiva y esperar que Trump no se atreva a implementar sus amenazas es un error que podría costarle caro al país.
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