Semana del 05 de Febrero al 11 de Febrero de 2021

Vacuna vs Covid; esperanza (y cautela) para personal de salud en SLP

Vacuna vs Covid; esperanza (y cautela) para personal de salud en SLP

María José Puente Zavala

"Ese día me habla mi esposo, saliendo de guardia y me dice, << ¿qué crees? me acaban de hablar para ponerme la vacuna>>. Ahí me tienes llorando".

Carla; gineco-obstetra potosina radicada en Puebla.

Para Carla y su esposo, ambos médicos en activo en un hospital general del estado de Puebla, la pesadilla del covid comenzó como un rumor en enero, pero se convirtió en una dolorosa realidad cuyas secuelas se han hecho patentes, al menos, desde abril de 2020.

"Yo estoy en un hospital general; soy gineco-obstetra. Nosotros empezamos a escuchar de la pandemia por ahí de enero, pero pues lo veíamos como muy lejano [...] Recuerdo que la última semana de marzo nos dimos cuenta de que también nos iba a afectar a nosotros y entonces empezamos a hacer los protocolos de cómo íbamos a atender a un paciente, pero fue terrible porque buscábamos en internet y no había información; bueno, hasta la fecha batallamos porque no hay tratamiento preciso. Luego a mí me tocó buscar qué había para embarazadas".

Para enero de este año, datos de la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud federal colocaron la COVID-19 como la principal causa de muerte materna en México y, por ende, el personal a cargo del cuidado de pacientes embarazadas también enfrenta el riesgo de contagio e incluso de muerte.

"Todo lo que empezamos a hacer de procesos, o hacíamos de forma empírica", relata Carla, quien también enfrentó la sobrecarga de trabajo pues buena parte del personal médico en la institución donde labora, optó por resguardarse por presentar comorbilidades de riesgo o edad avanzada.

"En la mañana sólo habíamos 3 ginecos; uno en la mañana, otro en la labor y otro en piso [...] Ya en abril comenzamos a tener pacientes covid y tratábamos de darles altas rápido para evitar contagios tanto entre pacientes como para el personal", relata.

MÉDICOS, EL PERSONAL DE SALUD CON MÁS DECESOS
A nivel nacional, los datos indican que al menos 204 mil 070 trabajadores de la salud se han contagiado del virus y, de ese total, los médicos representan 26%, las enfermeras el 40%, 2% los laboratoristas, 2% los dentistas y un 30% restante corresponde a "otros trabajadores de la salud" como personal de limpieza y lavandería, entre otros.

Aunque no son el personal que presenta más contagios, los médicos son el personal de salud que más defunciones ha registrado, con un 47% del total. Les siguen otros trabajadores de la salud, con un 29%; las enfermeras, con un 19%; los dentistas, con un 2%; y los laboratoristas, quienes representan el 2% del total del personal de salud que ha perdido la vida por consecuencia del contagio.

"Antes nos llevábamos nuestro cafecito y le tomabas súper tranquilo y ahora es de <>. Cosas tan sencillas y tan simples y que de repente se convierten en algo que mejor te privas de hacerlo y sí te cuesta trabajo. Nos cambió todo".

SLP: 43 MUERTES POR COVID ENTRE EL PERSONAL DE SALUD
Según datos de los Servicios de Salud en San Luis Potosí, hasta el 22 de enero de 2021 se han contabilizado un total de 4627 contagios entre personal de salud, lo que representa un total del 10.28% de los contagios totales y que, además, ha derivado en, al menos, 43 fallecimientos.

Diana* es química farmacobióloga en un hospital público potosino y diariamente, tanto ella como su esposo, pueden llegar a estar en contacto hasta con 15 muestras de pacientes con covid. Además, reconoce que, en los últimos meses, el índice de contagios ha saturado los servicios de salud.

"Nosotros entramos a las áreas de urgencias y hospitalización covid con personas que están ya en tratamiento [...] Sí ha sido estresante. Ahorita ya un poco menos, pero de inicio sí estás con el miedo de contagiarte y de contagiar a tu familia. Porque desde que llegas al hospital, ya estás consciente de que por todos los lados donde pases, ya han sido lugares donde han pasado pacientes o personal que ha tenido contacto [...] Algunos compañeros no han regresado por las secuelas", indica.

Los laboratoristas, al igual que los dentistas, representan el 2% de los contagios a nivel nacional entre personal de salud. Además, también son el 2% del total de los fallecimientos en ese sector de la población.

"Yo no me contagié hasta el momento", reconoce Diana, "pero sí ha habido compañeros y compañeras que se han contagiado [...] Hemos dejado de ver amistades y familia. Mi esposo ya tiene prácticamente un año que no ve a su familia [...] Los hijos quieren ir a algún lado y no podemos dejarlos porque somos personal de riesgo", lamenta.

Diana reconoce que las restricciones para relacionarse con amigos y familiares por ser personal de riesgo han tenido un impacto emocional para ella y su familia. De hecho, entre el personal de salud, las restricciones sociales, el temor de contagio e incluso el duelo por la pérdida de pacientes o familiares por efecto del virus, han tenido un impacto psicoemocional que preocupa a los gobiernos.

En San Luis Potosí, los Servicios de Salud implementaron líneas de atención psicológica a través de las cuales se han proporcionado, hasta la fecha, 274 atenciones a personal médico.

Según indican los datos, el 43% han requerido contención emocional; mientras que un 20% presentaron cuadros de ansiedad; y un 13% tiene síntomas del llamado burnout o síndrome de desgaste laboral.

Hay otras afecciones psicoemocionales que han requerido atención entre las personas que laboran en el sector salud, como la depresión (8%), cuadros de angustia (7%), situaciones de duelo (6%) e incluso casos de violencia familiar (4%).

VACUNARSE; ESPERANZA CON CAUTELA
Tanto Diana como Carla se reconocen afortunadas de encontrarse entre quienes recibieron las primeras dosis de la vacuna contra la COVID-19 en México; sin embargo, ambas profesionistas refieren que todavía se está lejos de echar campanas al vuelo.

"Ese día me habla mi esposo, saliendo de guardia, me dice ¿qué crees? Me acaban de hablar para ponerme la vacuna. Ahí me tienes llorando. Al día siguiente me la ponen a mí. Ahorita ya llevo una semana con la vacuna", relata Carla y recuerda que esperó cerca de dos horas en una fila para recibirla.

"Te acuerdas todo el miedo que estás viviendo. Es como la primera lucecita de esperanza de que puede haber algo. De que mejore la situación", dice y rememora que, en los últimos días, su marido se planteó la posibilidad de habitar en otro lugar para no exponer más a su familia.

"¡No lo quiero ni besar! Me dice: <> (y es que) quieres llegar a tu casa, pero te da miedo".

Después de recibir la vacuna, dice Carla, "ahora, también pides, <> para obtener la inmunidad más completa, si es que nos ponen la segunda dosis [...] Tenemos que ser conscientes los que tenemos la vacuna. El hecho de que tengamos la vacuna no significa que no podamos seguir siendo vectores".

Diana, por su parte, reconoció haber tenido "algo de nervios por reacciones secundarias, pero al pasar 48 horas ya tienes una esperanza de que puedes seguir laborando [...] Te sientes un poquito más tranquilo, pero igual te sigues cuidando, como si no te la hubieran puesto porque pues son dos dosis y de aquí a que agarres anticuerpos estás igual de vulnerable que los demás [...] Tienen que pasar 15 días (entre cada dosis) para generar anticuerpos".

La científica también envía un mensaje a los potosinos para que acaten, en la medida de lo posible, las medidas de restricción de movilidad para detener los contagios: "al menos donde estoy yo, cada vez hay más saturación y eso fue resultado de las fiestas decembrinas que la gente se confió. Tú ves Facebook e Instagram y ves que la gente sigue igual, saliendo, haciendo fiestas, sobre todo los más chavitos que piensan que no les va a pasar nada. Todavía nos falta al menos lo que resta del año con esto".