Domingo, 22 de Diciembre de 2024
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Semana del 29 de Marzo al 04 de Abril de 2019

Advertencia: Temporada de Incendios y su Impacto

Advertencia: Temporada de Incendios y su Impacto

Pastor Héctor de Luna Espinoza



¿Qué se necesita para incendiar todo un bosque?

Para responder la pregunta anterior, quiero plantear y contestar primero la siguiente pregunta:

¿En qué se parecen un freno de caballo, un timón de un barco y la lengua que tenemos en la boca?

El freno que ponemos en la boca de los caballos sirve para que nos obedezcan y con él dirigimos todo su cuerpo.

Un pequeño timón hace que podamos gobernar y llevar por donde queramos todo un barco, por grande que este sea y por fuertes que sean los vientos que lo impulsan.

Y lo mismo pasa con nuestra lengua. Es una de las partes más pequeñas de nuestro cuerpo, pero es capaz de hacer grandes cosas. ¡Es una llama pequeña que puede incendiar todo un bosque! (Santiago 3: 3-5).
El daño que puede causar la lengua se puede comparar con una llama de fuego. La lengua sin control puede causar un terrible daño. Con la lengua se puede hacer división entre las personas e instigar enfrentamientos. Las palabras ociosas son peligrosas porque esparcen rápidamente destrucción y nadie puede detener los resultados una vez que se han pronunciado.

Debemos tener cuidado con lo que decimos, pensando que más tarde nos podremos disculpar, ya que el daño permanece. Algunas palabras expresadas con enojo pueden destruir una relación que necesitó años para establecerse. Antes de hablar, tomemos en cuenta que los palabras son como el fuego, que no se les puede controlar ni se puede anular el perjuicio que pueden causar.

Podemos dominar toda clase de animales salvajes, de aves, serpientes y animales del mar. Pero, ¿qué respecto a nuestra lengua?

Santiago 3:9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.

10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?

12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

A menudo nos desconcierta nuestro lenguaje contradictorio. A veces es correcto y agrada a Dios pero en otras ocasiones es violento y destructivo.

Cuidémonos de bendecir y no maldecir; y apuntemos a ser coherentes en nuestras palabras y acciones.

En nuestro mundo caído, a menudo se hiere verbalmente a las personas o se da la espalda si nos sentimos heridos. Pedro, recordando las enseñanzas de Jesús de dar la otra mejilla (Mateo 5:39), nos anima a responder con oración en favor de los ofensores.

1 Pedro 3:8 Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;

9 no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.

 


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