Semana del 08 de Diciembre al 14 de Diciembre de 2017

Doña Macabra: Misterio, terror y suspenso en un libro

Doña Macabra: Misterio, terror y suspenso en un libro

Nallely Rivera González

Manuel Ramos es un escritor nacido en Ciudad Valles, quien hoy nos comparte su obra literaria llamada “Doña Macabra”, la cual comenzó a escribir en 1997, cuando realizaba sus estudios en el CBTIS 46 de esta ciudad, y la terminó en el año 2000. Pero con el paso del tiempo la fue depurando con la ayuda de un profesor de la Universidad Autónoma de Nuevo León, llamado Abelardo Cantú, hasta que logró llevarla a una editorial en la CDMX y por fin la publicó este año.

La inspiración de Manuel Ramos para escribir esta novela viene desde su infancia, cuando se sentaba en torno a la mesa con sus abuelos, padres y tíos, para escuchar las pláticas que describían los espacios rurales, el campo en sí, las personas que vivieron en esos lugares y tiempos, y recuerda que uno de sus abuelos, don Ramón Ramos –de quien Emsavalles hizo un reportaje denominado “El Poeta Oculto” en días pasados–, oriundo del estado de Querétaro, se vino a vivir a Nogales, municipio de Rayón, San Luis Potosí, quien vivió en el campo, entre cultivos, arados y yuntas de bueyes.

Esto fue creando en Manuel una ideología, que con el tiempo fue madurando, y al llegar al bachillerato, a la Universidad, se encuentra con Juan Rulfo, Mariano Azuela y Martín Luis Guzmán, hitos en la literatura latinoamericana, especialmente de México, con textos como “Los de Abajo”, “Pedro Páramo”, “El Llano en Llamas”, “La Sombra del Caudillo”, entre varios más, que le dieron un panorama más amplio de lo que es la literatura de la Revolución Mexicana, y todo en conjunto lo llevó a construir esta obra literaria.

CONTENIDO DE LA OBRA
“Doña Macabra” encierra un conflicto político-social que se manifiesta a través de personajes rurales, como campesinos, hacendados, terratenientes y políticos. Está situada a finales del siglo XIX y principios del XX, en el estado de Michoacán, sobre todo en la etapa de la Revolución Mexicana, hasta concluir con la Constitución Política de 1917.
Es una historia de misterio, suspenso, terror y muerte, hay sangre, hay pasión, hay dolor, pero sobre todo hay actos macabros como lo refiere su título; es una confabulación gubernamental contra una sociedad que muere de hambre, de paz, pero más de injusticia.
Hay una confrontación interna, que los lectores irán descubriendo paso a paso, en cada texto, en cada capítulo, es una obra que recuerda un México convulsionado, de tradiciones, donde la cosmovisión de principios del siglo XX se dio entre el caos de la guerra por la lucha de las tierras, del espacio laboral, de salarios justos y buenos tratos, antes, durante y después del Porfiriato, en medio de la ignorancia y de la confrontación.

EL TEMA DE LA MUJER
En esta obra, Ramos se enfoca en la mujer de una manera primordial, ya que en aquella época la mujer no tenía voz ni voto, por ello en cada capítulo realza sus aptitudes, pero también lo cruel que puede llegar a ser cuando se lo propone.
La mujer abarrota cada espacio, cada momento, con matices claros y desteñidos que oscurecen o iluminan su presencia en los ámbitos políticos, educativos, religiosos, e incluso en el campo, en el hogar y en los burdeles.
Es, pues, la parte femenina, quien destaca a lo largo de la obra, quien está al frente de una historia que no busca más que transmitir una época, un lugar, problemas, estampas lóbregas y que las interpretaciones fluyan de diversas partes, diferentes y variadas, porque es una obra escrita donde el autor toma una postura despersonalizada.

INFLUENCIAS LITERARIAS Y DEL CINE
Sus influencias abarcan, como ya lo habíamos dicho de Rulfo, Azuela, Guzmán y otros del género revolucionario, pero también autores como Franz Kafka, Horacio Quiroga, Juan José Arreola, Octavio Paz fueron autores imprescindibles para que Ramos construyera personajes con características similares, con actitudes y valores semejantes, con relaciones y desaciertos que crean espacios de conflictos, temores, alegrías, incertidumbres, pero también de pleitos, de injusticias, de desorganización social y muerte.
A la par, también actrices de la Época de Oro del Cine Mexicano como Mimí Derba o Emma Roldán fueron los estereotipos para darle forma a la protagonista principal que adquiere rasgos característicos de una mujer de alcurnia, de sociedad y poder, que la van a conformar íntegramente en sentimientos y resentimientos.
Porte, arrogancia, señoronas de las haciendas, ese cosmos, ese carácter femenino, idealizar, crear y formar un personaje para plasmarlo en la obra, una mujer poderosa que llega a dominar un pueblo, pero está la contraparte que es una maestra, el conocimiento que se hace presente, quien dará voz y voto a esa sociedad que está en la ignorancia, en el desconocimiento, por lo que se da un confrontamiento femenino, a diferencia de la novela de la revolución donde se centra más en el personaje masculino.

UN LIBRO PARA COMPARTIR
Ramos menciona que esta novela la escribió porque fue un gusto personal, sobre todo porque deseaba escribir una historia situada en la época de la Revolución Mexicana, aunque no se considera el estereotipo del escritor de Novela de la Revolución, ya que ha realizado otras obras donde describe escenarios actuales y lenguajes modernos, así como descripciones tecnológicas, científicas y fantásticas, de diferentes corrientes y tratados, y lo que desea es compartir su obra.
Y refiere que a partir de que el escritor publica su obra y la comparte, ya no es dueño total de esa historia, porque pasa a formar parte del público. Dice que esta obra la realizó con el apoyo de sus padres y su familia. Que se debe recuperar esa narrativa a la que nos acostumbraron los autores de la Revolución Mexicana, no es fácil, en una época donde las obras han proliferado bastante, pero “Doña Macabra” busca integrarse al mercado literario a costa de volúmenes de prestigio o reconocidos por el tiempo, porque es una obra basada en el pasado, pero que pertenece a nuestra actualidad.

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