Semana del 01 de Diciembre al 07 de Diciembre de 2017

Este es el momento

Este es el momento

Rodolfo del Ángel del Ángel

Atravesamos por una época sombría, las negras nubes de la desesperanza y del miedo rodean por doquiera a la nación, a nuestra gente, nuestras calles y barrios. La muerte se pasea libremente y aparece dondequiera al ritmo de la metralla, amenaza a nuestras vidas, a nuestros niños y niñas, nos arrebata la tranquilidad.

La guerra terrible violenta y absurda ha producido ya en los últimos años 28,000 muertes, un saldo rojo superior al de la guerra en Irak.

¿Qué ha de hacer la iglesia del Señor en medio de estas circunstancias? Si para muchos estos son tiempos de desesperanza, de permitir que la confianza se rinda frente a la realidad, de creer que todo lo bueno está amenazado, nuestro presente y nuestro futuro, para nosotros, la iglesia del Señor, este es un “kairós”, es decir, un tiempo oportuno para vivir de una manera más plena y comprometida nuestra fe ¿Hacia dónde ha de volver su mirada una nación desgastada y sufriente para adquirir visión y esperanza si no ha de ser al pueblo de Dios?

Este el momento de creer la verdad del evangelio y vivir de acuerdo a ella en la verdad y la integridad que deben caracterizar cada uno de nuestros actos y decisiones.

Este es el momento de servir, de compartir de dar amor para que, quienes nos rodean, pueda seguir creyendo que la bondad y la generosidad existen y no hay arma, ni poder que pueda avasallarlos.

Este es el momento para compartir la fe y convocar a la esperanza, de estar juntos, de reunirnos de orar, de buscar la gracia del Señor, de mostrar a los demás como en medio del mar tempestuoso y amenazante por el que atravesamos en este tiempo podemos esperar que nuestra barca permanecerá a flote y tendrá rumbo porque el Señor está con nosotros. Él tiene el poder de traer paz en medio de las circunstancias más terribles y amenazadoras.

Este el momento de llamar desde nuestra fe a los que tienen responsabilidad en el gobierno, a los que hacen las leyes, a los que imparten justicia, la seguridad de los ciudadanos a que recuperar el sentido de integridad, y de decencia, porque la nación que queremos construir para el presente y para el futuro nos convoca y obliga a todos, porque somos responsables ante Dios, ante nuestros semejantes y la historia por nuestros actos y decisiones.

No nos rindamos ante el temor, no dejemos que nuestra luz se oculte, que nuestra sal pierda sabor. Si hay un momento en el cual la fe y la esperanza han de recuperar su significado, es el presente. Dios nos llama a ser agentes de gracia y de esperanza en estos tiempos difíciles. Un pueblo nuevo nacerá en el poder de la fe que nos viene de Dios y de su Hijo Jesús.