Semana del 02 de Febrero al 08 de Febrero de 2017

Oración para el momento de la prueba

Oración para el momento de la prueba

Rodolfo del Ángel del Ángel

Dios de infinita misericordia, vengo a ti en esta hora de necesidad. El dolor ha llamado a mi puerta y el quebranto invade mi alma. Desespero en medio de la debilidad, y aún mi fe vacila. La prueba supera mis capacidades, mi cuerpo cae vencido por el golpe fatal, y mi corazón acelera sus latidos. ¡No tengo fuerzas, Padre! ¡No sé cómo pasar por esta prueba! Aún en mi desesperación y mi temor siento que no podré resistir más.

A ti mi Dios acudo, ¡levántame Señor de mi postración! Dame la fuerza que necesito, dame de tu presencia y de tu auxilio divino porque sin ti, mi Dios, no seré capaz de soportar.

Señor, Jesús, te necesito ahora, tú que eres varón de dolores y experimentado en quebranto, dame de tu infinita comprensión, tú que oraste en el Getsemaní en profunda soledad y viviste tu hora en el Calvario, concédeme la fortaleza que necesito para atravesar mi propio Gólgota.

Tú que llevaste muerte y sufrimiento por mí y por todos los pecadores, tú que llevaste todas mis enfermedades y sufriste todos mis dolores en la cruz, ¡ven en mi ayuda en esta hora difícil! Toma mis cargas, consuela mi tristeza, fortalece mi fe. Ayúdame a recordar que todas las cosas ayudan a bien a aquellos que te aman, que tú me sostienes con tu mano y que, aunque la sombras me rodean en este valle de muerte que parece interminable, tú conoces el sendero y el destino.

Tú que no abandonas nuca a los tuyos, tú que comprendes el sufrimiento y la soledad humana, ven a ser mi compañía. No te ruego que me libres de los quebrantos, sino que me concedas la fe y la fortaleza para sobrellevarlos, lleva sobre tus hombros mis cargas, como llévate a aquella cruz a cuestas hasta el Gólgota. Concédeme la confianza con la que siempre buscaste el rostro de tu Padre, que así como te entregaste a su voluntad en todo momento, pueda yo querer también su voluntad. Que así como confiaste tu alma con infinita confianza a tu Padre, pueda yo descansar en la fidelidad de Aquel que no dejará mi alma en el pozo de la desesperación, sino que extenderá su mano para rescatarme.

Que no olvide, Señor, que el sufrimiento nunca es la última palabra en aquellos que esperamos en ti, y que, en tanto llegamos al hogar eterno, tu consuelas nuestras tristezas, tu sostienes nuestra mano a cada paso, tú llevas con nosotros nuestras cargas y aligeras el peso de nuestra cruz. Concédeme la paciencia para sobrellevar la prueba y ayúdame a comprender que, por medio de esas pruebas, como artífice divino en tu sabiduría acrisolas mi fe que es mucho más preciosa que el oro. Concédeme en esta hora tu paz que sobrepasa todo entendimiento y la confianza de que nada hay en este mundo, ni en el universo, que pueda sepárame de tu amor divino. Amén.