A las mujeres nos matan porque quieren y porque pueden.

¿Cada día que sales a tu escuela o trabajo tienes la plena seguridad de que vas a regresar a tu hogar? ¿Te sientes segura?

En menos de 24 horas ocurrieron 2 feminicidios en la capital potosina, pero pudieron ser más, esos son al menos los cuerpos encontrados, con signos de férrea violencia, mañana o más tarde los titulares de las noticias podrían sumar masa, una de ellas fue quemada y agonizó antes de ser auxiliada, otra fue masacrada a golpes y con el tiro de gracia, ambas jóvenes, con una vida y sueños.

Hasta parece una burla a la alerta de género, que está más que demostrado por mucho que ha fracasado, por si no te has enterado San Luis, tus estrategias de mantener a tus mujeres vivas no está funcionando.

Pero es que ya no sólo matan a las jóvenes, a esas chicas "que algo andarían haciendo", "a las que nadie las manda que anden en la calle de noche y alcoholizadas", "a las que se visten provocativas" porque al parecer al asesino se le despierta y provoca, también matan a niñas, a las adultas mayores que descansan en la "seguridad" de su hogar, en este bonito México en el que vivimos no importa siquiera el aspecto físico o la condición social, mujer te mató alguien que pudo y lo hizo, te mató tu pareja, tu ex, porque no supo lidiar con el rechazo, por venganza, o porque "las cosas se salieron de control"

Hace sólo unos días una mujer de la tercera edad murió violada y estrangula en la CDMX, y antes que ella una pequeña niña murió en manos de su abuela que la violentaba.

¿Y a quien se supone que recurrimos, cuando quienes deben amarte y protegerte, también quieren matarte?

Vaya, el monstruo de Ecatepec declaró que su misión en la vida era matar a todas las mujeres que pudiera.

Y tú mujer, ¿Te sientes segura? De llegar con bien a tu casa, a tu trabajo, a tu escuela, a esa fiesta a la que te diriges en la noche sola a bordo de algún medio de transporte? ¿Te sientes segura de salir muy temprano o tarde a hacer lo que amas, a hacer deporte, o en el fondo está ese pequeño temor de formar parte de las estadísticas?

¿Merecemos haber pedido esa tranquilidad sólo por ser mujeres?