La naturaleza profunda de los hombres se forma de sentimientos, creencias, actitudes, fantasías, sueños, traumas, ambiciones, personalidades distintas y de deterioros en su mente. Subjetividades que a fin de cuentas son conducta humana visible o subconsciente y que es precisamente la materia de estudio lo que desde ahora denominaremos Psicología Política.

Todo esto viene a cuento porque seguramente muchos han intentado encontrar explicaciones lógicas, racionales o fundadas en la teoría política para comprender el comportamiento alocado del Tekmol.

Las extravagancias de este político potosino no encontraran una explicación a partir de la teoría política, más bien tenemos que echar mano de los descubrimientos que aporta la Psicología Política para comprender sus patologías. El caso del Tekmol es más adecuado para el diván de un psicoanalista que para la sapiencia y rigor profesional de un periodista o politólogo.

Específicamente nos será de mucha utilidad utilizar el concepto de PERSONALIDAD y sus trastornos para comprender la conducta de nuestro ilustre galán del espectáculo parlamentario.

¿Qué es la personalidad?

“La personalidad, o estructura de personalidad, es el conjunto de rasgos psicológicos que define todo el universo de sentimientos y cogniciones, que configuran los comportamientos y la manera habitual en que el individuo se relaciona consigo mismo y con los demás. La personalidad es la “máscara” que enseñamos fuera; una estrategia para ocultar algún aspecto interno y conseguir mejor aceptación social o, simplemente, para preservar una idea más valorizante de nosotros mismos”. (Tomado de Gabinete psicológico en Madrid Capital).

Tipos de personalidad política.

“La psicología política identifica 6 tipos básicos de personalidad política. 6 tipos de personalidad predominantes en quienes dedican buena parte de su vida a la política. 6 tipos de personalidad de gobernantes, candidatos, dirigentes, jefes de campaña, miembros de comandos electorales y militantes activos”. (Y de diputados, agregaría yo). (Tomado de: Maquiavelo&Freud. Psicología para Cambiar la Política).

De acuerdo a esta misma fuente tenemos que hay por lo menos los siguientes Tipos de personalidad en política: Autoritario, Narcisista, Manipulador, Obsesivo, Paranoide y Totalitario.

Para no abusar de su atención y evitar aburrirlos, solo me ocuparé del Tipo de personalidad que más dejar ver las deformaciones emocionales de nuestro famoso Tekmol. Hago lo anterior obedeciendo a las recomendaciones que me han hecho un grupo de expertos a los que convoque a una mesa redonda para que identificarán el rasgo más sobresaliente de la personalidad de nuestro ilustre protagonista.

Luego de un riguroso análisis y confrontación de hipótesis se concluyó que la personalidad del Tekmol es: La Narcisista. Veamos.

“El Narcisista busca ser el centro de atención en las noticias, en las reuniones y en todos los eventos políticos. Es convincente, seductor y carismático. Demanda lealtad de parte de los demás pero rara vez la concede en reciprocidad. Tiene un sentido de grandiosidad que raya en el exhibicionismo en cuanto a sus ideas, sus proyectos y su personalidad.

Una persona con trastorno narcisista de la personalidad tiene una necesidad extrema de reconocimiento y admiración por parte de los demás. Esto le lleva a presumir entre sus amigos sobre lo excepcional que es y de sus posesiones. (Hoteles, ranchos, empresas, inversiones, vehículos de lujo, guaruras, etcétera).

A corto plazo, obtiene la admiración de los demás aunque luego se dan cuenta de sus exageraciones, e incluso, que no es cierto, por lo que genera rechazo, confirmando así la certeza de que ésta persona narcisista tiene poca valía y es poco fiable. Esto le llevará a tener episodios de ansiedad y depresión”. (Tomado de: Psicología, Trastornos De la Personalidad, encontrado en la Web).

“El narcisismo es un desorden de personalidad, cuyo origen es la configuración irregular de los elementos que consolidan la estructura y dinámica del Yo, impulsor del proceso de individuación. El narcisista sobrestima sus habilidades por encima de las de los demás, siente la necesidad excesiva de afirmación, admiración y reconocimiento constante de los demás. Esta necesidad constante de reconocimiento crea en la persona narcisista una fuerte ansiedad y presión por tratar de conseguirlo, lo que puede desembocar (de no lograr su objetivo) en una depresión”. (ANTROPOSMODERNO. Narcisismo, un Trastorno de la Personalidad, M.L. Paula Durán Hurtado).

ALGUNAS CONCLUSIONES.

Como puede verse la psicología política puede darnos una explicación que la teoría política no podría. Ahora podemos ser más complacientes y tiernos con nuestro denigrado Tekmol. No importa si sus trastornos de personalidad incluyen un amplio catálogo de perturbaciones como las siguientes: Sentimiento de ser especial y único; falta de empatía; arrogante y soberbio; fantasioso de un éxito ilimitado en su vida; expectativas irracionales respecto a él y su futuro. Exagerado en sus presuntos talentos y logros; baja autoestima; muchas carencias internas; poca tolerancia a la frustración; vulnerable a las críticas; ausencia de recursos emocionales; orgulloso, jamás pide perdón; envidioso, quiere destacar por encima de los demás a toda costa; egoísta, no siente culpa por su comportamiento; falso sentido de autosuficiencia (“Soy una maquina sexual”); usa a las personas de su entorno como objetos en su propio beneficio. Le da mucha importancia a la superficialidad, muy pendiente de su imagen; no comprenden nada de temas profundos como la lectura, la escritura, el arte, la reflexión, los sentimientos complejos, etc. Se nutren del aplauso y admiración del resto de sus semejantes.

Lo dicho: Tekmol necesita ir psicólogo.