La guerra sucia ha iniciado, no es ninguna casualidad que comiencen los golpes bajos en contra de Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle, ambos aspirantes a ser candidatos a la Presidencia por el PAN o el incipiente Frente Amplio Democrático, con amplias posibilidades de competir contra AMLO, dejando por el momento en paz a Margarita.

Tampoco es para asustarnos de ello, siempre se ha dado, sin embargo, no deja de ser un reflejo de hacía donde pretenden llevar la contienda política que se avecina, ya se hizo en el Edomex, donde todo fue descalificación, golpeteo, calumnia y mentiras, provocando un alto abstencionismo que solo beneficia al actual sistema.

Es una práctica recurrente y frecuente, que encuentra eco informativo al acompañar la nota con altas dosis de morbo, sin importar su veracidad y menos su comprobación, simplemente basta con fincar un hecho negativo y atribuírselo al adversario político para que surta efecto, aventar la piedra y esconder la mano, sino, pregúntenselo a quien hace las veces de palero el Senador Miguel Barbosa.

Se trata de un juego de doble filo, pues si no se hacen las aclaraciones pertinentes ¡malo! con el riesgo de estar haciéndolo permanentemente; por otra parte, si se cae en el garlito, ¡peor! pues estaríamos dejando de lado lo importante, que es la propuesta del cambio profundo que requiere el país, contribuyendo al aumento del hartazgo ciudadano.

El evidenciar los errores cometidos por los adversarios y exhibirlos con elementos es completamente válido, pues sirve para ejemplificar las diferencias y confeccionar la propuesta, tal como lo hemos manifestado, señalando la necesidad de corregir el rumbo en cuanto al combate a la corrupción, a la pobreza, a inseguridad y recobrar el Estado de Derecho, pero otra cosa es calumniar y denostar sin sustento alguno.

Por lo visto, entramos al callejón de las patadas, donde el único beneficiario es el PRI, pues distrae la atención en la época del informe presidencial, quitándose críticas, además de poner cortinas de humo en asuntos como el de Lozoya, el socavón en Morelos o los desdenes del cuate de Videgaray, el Presidente Trump y, una serie de desatinos en el actual sexenio que colocan al revolucionario en una posición de franco deterioro.

En ese tenor, es comprensible que echen mano de la denominada: "estrategia de los enanos", que tiene que ver con una mentalidad estrecha y perversa, utilizada regularmente por actores políticos que encuentran lugar en la mediocracia; que con el objeto de suplir su carencia de propuesta, intentan a través de la difamación y la calumnia cortar las piernas del adversario para ponerlo en su estatura.