¡Ya salió el peine!, de acuerdo a una investigación del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos por presuntos actos de corrupción, lavado de dinero y narcotráfico y que dio cuenta de ella la portada de uno de los principales diarios nacionales, Humberto Moreira y algunos de sus familiares se les detectaron cuentas con varias decenas de millones de dólares en el vecino país del norte, Mónaco y las Islas Caimán.

Es obvio que los movimientos que salen a la luz pública, registrados entre el 2013 al 2016, ni son producto de la casualidad y menos aún, un acto de justicia. En efecto, sin justificar la conducta mendaz de ese impresentable individuo, que estuvo protegido en el presente sexenio, donde sin duda, sabían perfectamente todos los movimientos financieros, así, seguramente la molestia viene por la falta de disciplina de Moreira que inclusive, en su obsesión por obtener fuero aunque sea local como diputado del Congreso del Estado, enfrentó al Presidente Peña y su partido el PRI.

Qué curioso además que esa información surja precisamente en la época electoral, tema que da hasta para impugnar su candidatura, independientemente de colocarlo en la agenda de todas las campañas, puesto que para nadie era un secreto las irregularidades y excesos cometidos durante su administración, lo espectacular viene a raíz de la noticia precisa procedente de los Estados Unidos.

En principio lo han dejado solo: un hombre de mecha corta, demasiado hablador, busca pleitos, impositivo y de talante machista, resultó también receptor de un mensaje producto de estirar la liga de más, estaba convencido de que lo protegerían hasta el final, ¿a cambio de qué?, ya lo habían sacado del atolladero en España, sin embargo, por lo visto no se dio por pagado.

El hecho de exhibirlo de esa manera, adicional a las implicaciones legales, implica para el PRI, poner en riesgo la campaña en Coahuila, pues su candidato Riquelme es cercano al Moreirato, lo que significa que fue de tal magnitud el desencuentro que están dispuestos a correr los riesgos.

Aún que el PRI toma distancia de esos hechos mediante el discurso de exigir una investigación, está consciente de que es insuficiente para deslindarse. El mensaje no solo es para Humberto, es un secreto a gritos que quien manejó su administración fue su hermano, el actual gobernador: Rubén. Así las cosas, es obvio que va junto con pegado.

Nadie excepto él mismo ha salido a su defensa, en un caso indefendible, por lo evidente. A Guillermo Anaya le ponen en charola de plata el gobierno coahuilense, por lo visto, el hartazgo del Moreirato llegó a los Pinos, hacemos votos porque también llegue a algún penal de máxima seguridad.