Jueves, 25 de Abril de 2024
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Opinión

Somos la mejor semilla del labrador

Por Héctor de Luna Espinosa

Mientras estamos en la espera de que comiencen las lluvias de esta etapa del año para muchos esto representa la oportunidad para sembrar.

Un agricultor o el labrador, es una persona que se dedica a cultivar la tierra para producir, alimentos vegetales como cereales, frutas, hortalizas, pasto, forrajes, etc, encontramos en la Biblia que Dios es un agricultor, de hecho Jesús describe a Dios Padre como el labrador y menciona en Juan 15:1 “Yo soy la vid verdadera y mi padre es el labrador o agricultor” y desde que Dios creó todo dijo “Que produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla, árbol de frutos que dé frutos según su género y que su semilla esté en él sobre la tierra” y fue así, y produjo la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza y árbol que da frutos cuya semilla está en él según su género, y luego dice que Dios vio que todo eso era bueno.

También Jesús nos enseñó sobre la parábola del labrador y nos explicó que parte de esa semilla, se cayó sobre el camino pero vinieron las aves y se las comieron; otra que cayó sobre pedregales donde había tierra y brotó pronto pero que no tenía profundidad la tierra, salió el sol, se quemó porque no tenía raíz y se secó, y otra parte cayó entre espinos pero estos crecieron y la ahogaron, sin embargo, hubo parte que cayó en buena tierra, esta vino y dio fruto.

Luego explica el significado de la parábola y que la que cayó junto al camino es aquel que oye la palabra y que no la entiende, viene el malo y la arrebata lo que fue sembrado en su corazón, luego la que fue sembrada en pedregales es la semilla que en algún momento se recibe con gozo pero como no tiene raíces en sí es de corta duración y al venir las aflicciones o la persecución por causa de la palabra luego viene un tropiezo, pero hubo quien fue sembrado entre espinos, y este es el que oye las palabras pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra más que el fue sembrado en buena tierra es el que oye y entiende la palabra y da fruto.

Además nos dice en su palabra que el labrador para participar de los frutos debe trabajar primero, y que debemos de tener paciencia hasta la venida del Señor, así como lo hace el labrador esperando el precioso fruto de la tierra, es necesario que el agricultor se despoje de la semilla que siembra mientras, y que luego espere la cosecha.

Un agricultor separa la mejor semilla para sembrar y poder tener una buena para la producción para la siguiente temporada; por ejemplo: tú puedes separar las semillas de la calabaza que te comes, del melón, de la sandía, de los chiles y sembrarla, pero escoges una buena semilla, la separas para esa luego ponerla en la tierra y despojarte de ella, la semilla es una pequeña maravilla que contiene todo lo que se necesita para que de algo tan pequeño se desarrolle toda una planta siempre que se coloquen las condiciones favorables.

El maíz, como toda planta que se cultiva, da mejores resultados si se usa una buena semilla y es que de la milpa se escogen las plantas más sanas y fuertes, y es necesario que la caña sea gruesa, que tenga solamente una o dos mazorcas, que tenga hileras rectas, un buen peso y se escoge de ahí la semilla, de esas mazorcas escogidas sacas todavía una mejor semilla, semillas que estén completas no rotas y escoges la mejor semilla para ir a producir una buena cosecha en el siguiente ciclo.

Pero Dios, él también separó la mejor semilla, el cómo labrador, como agricultor él sembró su semilla en la tierra, y la semilla que siembra muere para germinar y poder dar fruto, tiene que germinar, tiene que romperse, es un proceso que se lleva cuando el embrión se hincha y la cubierta de la semilla se rompe.

Yo creo que todos de alguna manera estuvimos en contacto con el experimento que se hace en primaria cuando se siembra un frijol en algodón y se le pone la humedad necesaria y vemos como se rompe esta semilla y de ahí sale una planta. Bueno, pues Dios sembró lo mejor, la mejor semilla, lo mejor de sí, él entregó a su hijo, a Jesucristo y él fue creado por nosotros.

Menciona Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquél que en él cree no se pierda y tenga vida eterna”. En Juan 12:24 “De ciertos, de ciertos os digo, que si el grano de tierra cae en tierra y muere queda solo, pero si muere lleva mucho fruto, él que ama su vida la perderá y él que aborrece su vida en este mundo para vida eterna la guardará”.

Jesús entregó su vida por nosotros, él fue esa semilla entregada por nosotros, vino a morir en la tierra, él se hizo hombre pero para que de él surja un fruto, que tú y yo seamos ese fruto que surge de Jesucristo. Dice en Segunda de Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”.

Hoy te invito a orar, Dios te damos gracias por la siembra preciosa que tú hiciste, entregando a Jesucristo, lo mejor, la mejor semilla que tenías la entregaste por nosotros, para que muriera en nuestro lugar y a través de él ahora nosotros podamos tener vida. Queremos estar en Cristo, creemos que Jesús es nuestro salvador, nuestro Rey, nuestro señor, nuestro libertador, nosotros así como tú entregaste la vida de tu hijo nosotros te entregamos nuestra vida, queremos morir para poder vivir.

Gracias señor por lo que tú has hecho por amor a nosotros, te entregamos todo lo que somos, mi nombre es Héctor de Luna y estoy para servirles, Dios los bendiga.


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